ESCATOLOGÍA - Iglesia Reformada
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946 / Teología Sistemática<br />
por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y<br />
el mar entregó los muertos que había en él; ... y fueron juzgados<br />
cada uno según sus obras”. Ver también Apocalipsis 22.12, “He<br />
aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a<br />
cada uno según sea su obra”.<br />
Frecuentemente se objeta, si la base del juicio son las obras, y si<br />
nadie será salvo por sus obras, ¿cómo puede haber justos delante del<br />
gran trono blanco para juicio?<br />
La respuesta es que nadie se salva por sus obras, pero las obras<br />
se consideran, en cada escena de juicio en el Nuevo Testamento, como<br />
evidencia de fe, o de falta de fe. “Así también la fe, si no tiene obras,<br />
es muerta en sí misma. ... Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te<br />
mostraré mi fe por mis obras. ... Mas quieres saber, hombre vano,<br />
que la fe sin obras es muerta?” (Santiago 2.17-20).<br />
Son las obras que dan la evidencia de una nueva actitud del corazón,<br />
en relación con Cristo, en la escena del juicio en Mateo 25.31-<br />
46, especialmente 40-45. Nada es más claro que el hecho de que el<br />
apóstol Pablo sostiene la doctrina de la justificación por fe sola, aparte<br />
de las obras de la ley. No obstante, Pablo explica que la fe por medio<br />
de la cual nos salvamos, es una fe que obra. Dios da a cada uno<br />
según sus obras (Romanos 2.6-11).<br />
Apocalipsis 20.15 también afirma que nadie será salvo por sus<br />
obras. “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado<br />
al lago de fuego”. Es como si Dios dijera a todos los que confían en<br />
su propia justicia, “los tomaré de acuerdo con su propio criterio y<br />
juzgarlos según sus obras, pero verán el resultado temible”. En ese<br />
juicio final, nadie será salvo excepto por gracia por fe. Serán los que<br />
tienen su nombre escrito en el Libro De Vida del Cordero que fue<br />
inmolado desde la fundación del mundo.<br />
C. El “último enemigo”, la muerte (1 Corintios 15.26)<br />
Apocalipsis 20.14 dice, “Y la muerte y el Hades fueron lanzados<br />
al lago de fuego. Esta es la muerte segunda”. Esto, por supuesto, es<br />
lenguaje figurado, personificando la muerte y Hades, y el lugar de los<br />
muertos. Desde la caída, la muerte ha sido el fin de cada vida en la<br />
tierra, con la excepción de Enoc y Elías, que fueron trasladados, y<br />
con la excepción de Cristo, que fue resucitado y no morirá más. La<br />
muerte es una interrupción violenta a la existencia normal del hombre,<br />
creado a la imagen de Dios. La muerte llegó como resultado del<br />
pecado (Romanos 5.12). Ahora, en la resurrección final, la muerte