Formas de sociabilidad y de relación con el territorio urbano - CIMOP
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246 4ª parte La imagen <strong>de</strong> la estructura urbana <strong>de</strong> la ciudad<br />
247<br />
o mejor diríamos cada sector <strong>de</strong> sevillanos vive su particular Semana Santa, distinta a la que viven otros sin que tenga sentido alguno<br />
preguntarse cuál <strong>de</strong> todas <strong>el</strong>las es la verda<strong>de</strong>ra porque lo son todas” (I. Moreno, 1999a:36). Igual ocurre <strong>con</strong> Sevilla, <strong>con</strong> la ciudad como tal.<br />
Para los sevillanos su ciudad es distinta según quien la mire, cuando y como la mire.<br />
La citada experiencia personal <strong>de</strong> la ciudad emerge, a<strong>de</strong>más, no a partir <strong>de</strong> una re<strong>con</strong>strucción meramente “mental” <strong>de</strong> la urbe, <strong>de</strong> una<br />
aproximación global a ésta, sino <strong>con</strong> <strong>r<strong>el</strong>ación</strong> a los “<strong>de</strong>talles”, a los pequeños <strong>el</strong>ementos <strong>urbano</strong>s que su<strong>el</strong>en aparecer cuando, por ejemplo,<br />
<strong>el</strong> sevillano se pasea, cuando discurre r<strong>el</strong>ajadamente por sus calles, rin<strong>con</strong>es, plazoletas y calleju<strong>el</strong>as.<br />
C19<br />
De este modo, a lo largo <strong>de</strong> dichos paseos, <strong>el</strong> paseante, <strong>el</strong> sevillano re<strong>de</strong>scubre <strong>con</strong>tinuamente su ciudad, rememorando y recuperando<br />
momentos y olores <strong>de</strong> su infancia, viejas vivencias y experiencias que afloran y se mezclan <strong>con</strong> su <strong>de</strong>ambular actual y que le llevan a vivir<br />
“su” ciudad <strong>de</strong> una forma muy personal y “exclusiva”, que le llevan a revivir y recrear su ciudad personal <strong>de</strong> una forma cuasi permanente.<br />
C20<br />
A tenor <strong>de</strong> lo producido por la investigación, cabría apuntar que dicha vivencia y forma <strong>de</strong> apropiación <strong>de</strong> la ciudad se r<strong>el</strong>aciona, <strong>de</strong> forma<br />
compleja, <strong>con</strong> varias dimensiones que vamos a abordar necesariamente <strong>de</strong> forma muy somera:<br />
Las <strong>con</strong>diciones geográfico-naturales <strong>de</strong> la ciudad particularmente expresadas en su clima y en su orografía.<br />
Las <strong>con</strong>diciones <strong>con</strong>structivas arquitectónicas <strong>de</strong> la ciudad.<br />
Las principales formas <strong>de</strong> <strong>sociabilidad</strong> sevillanas y su expresión en lo que podríamos llamar la “educación <strong>de</strong>l ojo”, la “educación <strong>de</strong> la<br />
mirada sevillana”.<br />
De forma in<strong>el</strong>udible y como todos los sevillanos subrayan <strong>con</strong>cretamente, <strong>el</strong> clima es un factor <strong>de</strong>terminante para favorecer <strong>el</strong> salir a la calle,<br />
para pasar una gran parte <strong>de</strong>l tiempo en la calle, en los lugares públicos. Mientras que las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l norte invitan, según los sevillanos<br />
entrevistados, a <strong>de</strong>sarrollar una gran parte <strong>de</strong> la vida cotidiana en <strong>el</strong> interior <strong>de</strong> los hogares, <strong>de</strong> las viviendas y edificios protegidos <strong>de</strong> las<br />
inclemencias <strong>de</strong>l tiempo, <strong>el</strong> sol y <strong>el</strong> clima sevillano invitan, por <strong>el</strong> <strong>con</strong>trario, a salir, a ocupar la calle. Como señala A. González Trajano<br />
(1997:16) a la hora <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r la <strong>sociabilidad</strong> <strong>de</strong> los sevillanos, los rasgos particulares <strong>de</strong> su cultura urbana, “no pue<strong>de</strong> prescindirse <strong>de</strong><br />
tomar en <strong>con</strong>si<strong>de</strong>ración, por ejemplo, que una <strong>de</strong>terminada climatología, y unos hábitos <strong>con</strong>secuentes <strong>con</strong> <strong>el</strong>lo, predisponían a los sevillanos<br />
a jugar <strong>con</strong> <strong>el</strong> buen tiempo, fuera <strong>de</strong> casa, <strong>con</strong> un facilidad no equiparable a la <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> una ciudad más septentrional”.<br />
Ahora bien, junto <strong>con</strong> este factor impulsor <strong>de</strong> la citada vida en la calle, existe otra dimensión geográfica, no subrayada ni acaso mencionada<br />
por los sevillanos, que a nuestro juicio ocupa una importante función en una <strong>de</strong> las formas particulares que tiene Sevilla <strong>de</strong> vivir la calle,<br />
<strong>con</strong> la aproximación a la ciudad a partir <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>talles: la orografía. En efecto, la orografía <strong>de</strong> la ciudad, <strong>el</strong> que Sevilla sea una ciudad<br />
plana y prácticamente sin alturas que permitan gozar <strong>de</strong> una perspectiva global sobre la ciudad, <strong>con</strong>lleva dos <strong>con</strong>secuencias básicas a<br />
nuestro juicio 93 .<br />
mujer 45-50 años<br />
clase mb<br />
Las Huertas<br />
C19<br />
Sevilla... son cositas aquí y allí muy puntuales... <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>talles... Me gusta mucho pasear por <strong>el</strong> río. Por El Alcázar,<br />
por <strong>el</strong> barrio <strong>de</strong> Santa Cruz... Después también... hay<br />
edificaciones... que mi marido me su<strong>el</strong>e llevar y me dice:<br />
mira este edificio... que son muy antiguos pero que son<br />
preciosos...<br />
C20<br />
Yo vivo aquí, ¿no? Yo salgo <strong>de</strong> mi casa y empiezo a<br />
andar, ando, me gusta andar. Entonces cojo <strong>el</strong> Arco <strong>de</strong> la<br />
Macarena, empiezo en la calle <strong>de</strong> San Luis, y yo empiezo<br />
a recorrer todo esto, la calle Feria... Ese trayecto <strong>de</strong> vez en<br />
cuando, casi todos los días, un día sí y otro no, me gusta.<br />
¿Y CUANDO VAS PASEANDO QUÉ VAS...?<br />
Viendo todo. Viendo todo en <strong>el</strong> sentido <strong>de</strong>... A mí me gusta<br />
mucho mirar para arriba, mirar para las casas. En Sevilla<br />
todavía hay muchos <strong>de</strong>talles, mucha <strong>con</strong>strucción <strong>con</strong><br />
muchos <strong>de</strong>talles.<br />
RG. nº7 RG. nº5<br />
RG. nº7<br />
varón 45-55 años<br />
clase m<br />
La macarena<br />
Por un lado, Sevilla es una ciudad que invita a pasear por <strong>el</strong>la.<br />
Por otro lado, en dichos paseos sólo se dispone <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> primer plano, <strong>de</strong> un plano corto <strong>de</strong> la ciudad en <strong>el</strong> que sólo entran ciertos<br />
“<strong>de</strong>talles” en <strong>el</strong> campo visual <strong>de</strong>l paseante.<br />
De esta forma, a lo largo <strong>de</strong> dichos paseos, la ciudad se va mostrando a través <strong>de</strong> múltiples planos sucesivos y <strong>con</strong>secutivos sin que exista<br />
un plano general <strong>de</strong> ésta, sin que se perciba la ciudad en su unidad y globalidad. El paseante “monta” (si se nos permite esta metáfora<br />
cinematográfica) estos planos a partir <strong>de</strong> las vivencias y <strong>de</strong> los recuerdos asociados a su situación social, su biografía personal, la vivencia<br />
<strong>de</strong>l propio momento <strong>de</strong>l paseo, etc.<br />
C21<br />
A diferencia, por ejemplo, <strong>de</strong> Granada, en la que la propia orografía e historia social <strong>de</strong> la ciudad se <strong>con</strong>jugan en la <strong>con</strong>stitución <strong>de</strong> un<br />
“paisaje” vertical <strong>con</strong> múltiples perspectivas globales sobre la ciudad (<strong>de</strong> ahí que en los granadinos se haya <strong>de</strong>sarrollado extraordinariamente<br />
la aprehensión visual <strong>de</strong> la ciudad a partir <strong>de</strong> sus distintos moradores, tal como tuvimos ocasión <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar en Con<strong>de</strong> [1999]); a diferencia<br />
<strong>de</strong> Hu<strong>el</strong>va, en la que la inexistencia simbólica <strong>de</strong> “la” ciudad en 1993 obligaba a los onubenses a reinventar <strong>con</strong>tinuamente la ciudad a<br />
partir <strong>de</strong> sus r<strong>el</strong>atos (Con<strong>de</strong> 1996); en Sevilla, su orografía más plana, más horizontal y su propia cultura urbana más social y experiencial<br />
inducen a una aproximación más biográfica y sensorial. Esta aproximación es <strong>de</strong>sarrollada y plasmada especialmente en los “paseos”, en<br />
los recorridos a pie por sus calles, a partir <strong>de</strong> los “<strong>de</strong>talles” que en <strong>el</strong>las se encuentran 94 .<br />
Por <strong>el</strong>lo, como <strong>de</strong>cíamos antes, a lo largo <strong>de</strong> la investigación cada sevillano quería hacernos <strong>de</strong>scubrir “su” Sevilla secreta, los “rin<strong>con</strong>es”<br />
<strong>de</strong> la ciudad que sólo él cree que <strong>con</strong>oce, los lugares don<strong>de</strong> hay que ir y en qué momentos para ver la mejor perspectiva <strong>de</strong> la Giralda, por<br />
ejemplo, o mejor sentir <strong>el</strong> olor <strong>de</strong>l azahar en aqu<strong>el</strong>la plaza recóndita... o aqu<strong>el</strong> trozo <strong>de</strong> verja, aqu<strong>el</strong> <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> la fachada que rev<strong>el</strong>a una<br />
historia, una vivencia pasada, una manera distinta <strong>de</strong> ser y <strong>de</strong> expresarse “su” Sevilla.<br />
Y es que es en esta forma <strong>de</strong> aproximación a la ciudad en la que cobran pleno sentido las dimensiones “arquitectónicas” y <strong>de</strong> “<strong>sociabilidad</strong>”<br />
señaladas anteriormente.<br />
93. J. M. Izquierdo en su obra Divagando por la ciudad <strong>de</strong> la gracia (1914) señala que Sevilla como toda “ciudad que aspira a ejercer su capitalidad” tiene una altura, una montaña<br />
o una torre que en <strong>el</strong> caso <strong>de</strong> Sevilla sería la Giralda, “para mirar al ci<strong>el</strong>o, y a la tierra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las cumbres, y verla en su unidad”. Sin embargo, la experiencia <strong>de</strong> la investigación<br />
nos señala que Sevilla, en la práctica, sería una ciudad sin alturas para po<strong>de</strong>rla observar en “su unidad”, quizás porque no sea habitual subir a la Giralda. Algunos entrevistados,<br />
al señalarles esta cuestión, nos han comentado que <strong>el</strong> mirador sobre Sevilla sería la cornisa <strong>de</strong>l Aljarafe.<br />
94. Es significativo <strong>con</strong> <strong>r<strong>el</strong>ación</strong> a estas distintas aproximaciones <strong>de</strong> cada “cultura urbana” a su ciudad, las formas discursivas, los estilos discursivos puestos <strong>de</strong> manifiesto por<br />
cada una <strong>de</strong> <strong>el</strong>las. En Hu<strong>el</strong>va se observa un estilo muy narrativo. En Granada una mezcla <strong>de</strong> parquedad, <strong>de</strong> silencio -la ciudad habla por sí misma- y <strong>de</strong> metáforas para <strong>de</strong>scribir, la<br />
globalidad <strong>de</strong> la ciudad. En Sevilla sería un discurso más metonímico <strong>con</strong>struido a partir <strong>de</strong> sus distintas partes y fragmentos “como si” hubiera una dificultad <strong>de</strong> aprehen<strong>de</strong>r y <strong>de</strong><br />
hablar <strong>de</strong> la globalidad <strong>de</strong> la ciudad, <strong>de</strong> su totalidad, y hubiera que partir y <strong>con</strong>struir la ciudad siempre a partir <strong>de</strong> sus “<strong>el</strong>ementos parciales”, <strong>de</strong> sus “partes”, <strong>de</strong> sus “fragmentos”.<br />
En estrecha <strong>r<strong>el</strong>ación</strong> <strong>con</strong> esta cuestión, también cabe señalar cómo, si en Granada es la “mirada” y la perspectiva visual, <strong>el</strong> sentido que más se <strong>de</strong>sarrolla, en Sevilla parecería serlo<br />
<strong>el</strong> tacto y <strong>el</strong> olfato. Mientras que la “mirada” marca una distancia, <strong>el</strong> tacto y <strong>el</strong> olfato <strong>con</strong>llevan una aproximación, una cierta forma <strong>de</strong> fusión.<br />
mujer 45-50 años<br />
clase mb<br />
Las Huertas<br />
C21<br />
Me gusta pasear, me voy fijando... en la <strong>con</strong>servación, en<br />
los jardines, en que se están perdiendo todas las terrazas<br />
<strong>de</strong> flores... es muy raro ver hoy en día las terrazas <strong>con</strong> las<br />
flores... En los pisos como todo <strong>el</strong> mundo las cierra y pone<br />
persianas y eso... Les daba otra estampa más bonita... me<br />
gustaban más las terrazas...