Formas de sociabilidad y de relación con el territorio urbano - CIMOP

40 2ª parte La cultura urbana sevillana. Pautas tradicionales y factores de cambio y transformación
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3. La cultura urbana sevillana tradicional
Una vez brevemente descritos algunos elementos de la estructura social y productiva de Sevilla y su proceso de transformación histórica,
vamos a detenernos en estos capítulos en algunos rasgos de lo que podemos llamar su cultura urbana, en su sentido más específico. Creemos
que esta presentación puede ayudar a una mejor comprensión de los modelos de relación que mantiene Sevilla con su territorio y con su
urbanismo, y, en esa medida, puede ayudar a entender los intensos procesos de transformación que parecerían estarse viviendo a este
respecto en estos años de cambio de siglo.
Como es sabido, la cultura urbana de una ciudad suele ser un precipitado, una cristalización siempre abierta y dinámica, nunca cerrada
y acabada, en la que se depositan rasgos procedentes de las tradiciones históricas, de sus formas urbanas y constructivas, de los modos
de trabajo dominantes en sus habitantes, de las formas de vida de sus gentes, de las diferencias y de los conflictos sociales que en la
ciudad se han sostenido y de otro largo etcétera de elementos. En este sentido, aunque analíticamente puede ser ilustrativo clasificar los
diferentes rasgos culturales entre tradicionales y/o más modernos, la cultura se vive como presente, como un presente dinámico que cambia
insensiblemente día a día sin que muchos vecinos perciban dichos cambios hasta una vez transcurrido un cierto lapso de tiempo.
Así, en el caso de Sevilla, hay autores como A. Domínguez Ortiz (1996) que sitúan en el siglo XVI el origen de muchos de los rasgos
culturales de la actual sociedad sevillana al señalar cómo “el carácter sevillano, único, inconfundible, famoso en el mundo entero, conjunto
indefinible de donosura, galantería, desprendimiento que raya en prodigalidad, religiosidad compatible con un moderado epicureismo,
síntesis de Mañara y Don Juan (cara y cruz de Hispalis), es una creación del siglo XVI”. Algo similar puede deducirse también de los trabajos
de J.H. Elliot (1990) a este respecto.
A. Zoido (1998, 2000), entre otros, refuerza en sus análisis sobre la citada cultura el peso de la época de los Austrias y los procesos de
cambio desarrollados a lo largo del XIX y principios del XX. Otros autores, como los citados A. Bernal, C. Arenas y J.M. Macarro, concentran
más sus análisis en las transformaciones operadas en el primer tercio de siglo en torno a la celebración en Sevilla de la Exposición
Iberoamericana de 1929. Otros, por último, subrayan los cambios más recientes.
El hecho cierto es que la propia historia y cultura social urbana combina y remodela dicho conjunto de dimensiones, las tradicionales y las
modernas, las nacidas en su territorio y las foráneas para construir una especie de cultura singular, sui generis, en la que existen, sin duda, muchos
elementos comunes a muchas otras ciudades que forman parte de la cultura dominante en cada momento histórico, pero en la que también se
expresan dimensiones propias características de cada ciudad 9 que son constantemente recreadas y reinventadas por sus ciudadanos.
En este sentido, una de las dimensiones de la cultura urbana sevillana más subrayada y acentuada por sus ciudadanos, por los entrevistados
en el curso de esta investigación, es el extremado grado de singularidad idiosincrática que adopta dicha cultura. Durante la investigación no
sólo hemos escuchado una y otra vez expresiones como “Sevilla es la ciudad más bonita del mundo”, “Sevilla es la mejor ciudad del mundo”
y otras similares en las que se alababa y defendía constantemente la ciudad, su calidad de vida, la simpatía de sus gentes y la belleza de
sus calles, sino que en los discursos producidos por los sectores más expresivamente identificados y defensores de la Sevilla de “siempre” se
planteaba clara y desde una postura militante que la ciudad de Sevilla y su cultura eran y son hasta tal punto singulares y excepcionales que
no admiten parangón y comparación posible con cualquier otra ciudad.
Para este discurso fuertemente identificado con Sevilla, la ciudad y su cultura como tal tienen tanta identidad y fuerza que sólo puede
definirse tautológicamente con relación a sí misma.
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Esta definición esencialista de Sevilla, “Sevilla es lo que es”, llevaba a estos mismos sectores a enojarse cuando en los grupos se proponía
comparar Sevilla con otras ciudades españolas y poder analizar sus pros y sus contras con relación a éstas. Para estos sectores más
fuertemente “sevillanistas”, Sevilla es única, es inconmensurable y, por tanto, no tiene sentido establecer algún tipo de evaluación de las
dimensiones, de los aspectos en los que Sevilla podría aprender de otras ciudades.
Sin llegar a esta definición y defensa esencialista de Sevilla, el conjunto de discursos sociales producidos en la investigación sí participa
en alguna medida de esta orientación que subraya el hecho diferencial de Sevilla y de su cultura urbana con relación al de otras ciudades
españolas. Esta especificidad es especialmente subrayada con respecto a las ciudades y culturas más norteñas en función del clima y de
las formas de vida, así como de ocupación de la calle y de los espacios públicos, que los entrevistados también extienden al conjunto de
ciudades del Sur por otro tipo de razones diferenciales 10 .
De cara al conjunto de objetivos de la investigación, y a tenor de los citados discursos grupales, varios elementos merecen ser destacados
en la configuración de la cultura urbana sevillana, tal como la conciben y expresan los sevillanos entrevistados en el transcurso de
esta investigación.
El papel que dicha cultura asigna a sus gentes, a los sevillanos, y al entorno físico y urbano en la configuración de la identidad sevillana.
9. En la obra de I. Moreno, Las Hermandades Andaluzas. Una aproximación desde la Antropología (1999) se realiza una análisis de los conceptos de tradición y modernidad en el
caso de la “cultura andaluza” que es muy ilustrativo de la complejidad del tema y de la “actualidad” permanente de toda cultura “viva”, como es el caso.
10. En esta fuerte identificación y valoración de Sevilla se fundamentan los altos niveles de satisfacción con la ciudad que se han recogido a lo largo de la investigación. Como
veremos más adelante, más del 80% de los sevillanos encuestados está muy o bastante satisfecho con su ciudad.
RG. nº2
profesionales y
ejecutivos de
empresa 45-60 años
clase ma
centro y aljarafe
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Sevilla es lo que es y ojalá siga siéndolo durante mucho
años porque si fuera que estuviera a diez metros del mar
pues a lo mejor sería otra cosa, no sería...