Formas de sociabilidad y de relación con el territorio urbano - CIMOP

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CONCLUSIONES
El texto que figura a continuación corresponde a las conclusiones de la investigación llevada a cabo entre junio y octubre de 2001 sobre
la ciudad de Sevilla y las demandas de vivienda. Investigación llevada a cabo por BRASEL, INICIATIVAS ECONóMICAS Y EMPRESARIALES y
CIMOP, S.A., en el marco de los trabajos del PGOU de la ciudad.
1ª PARTE
La cultura urbana de Sevilla
1La imagen existente sobre el área metropolitana de Sevilla desde el punto de vista productivo señala la debilidad tradicional de su
sector industrial y la fuerza de los servicios, principalmente de las administraciones públicas.
La escasa importancia económica del sector agrícola se contrapone, sin embargo, a la gran presencia simbólica de dicho sector en la cultura
urbana de la ciudad de Sevilla, ya que, según los entrevistados, una gran parte de los rasgos más singulares de la cultura urbana sevillana
(el gran respeto por las “apariencias”, por ejemplo) se debería a las influencias de las clases altas sevillanas vinculadas a la propiedad de
la tierra.
2La imagen de la estructura social sevillana se ha configurado tradicionalmente de un modo muy dualizado: una clase alta y reducida
frente a una amplia mayoría de población trabajadora, poco cualificada y con escasos recursos. En este contexto, la democracia y la
autonomía aparecen como los procesos históricos asociados al desarrollo de nuevas clases medias asalariadas que se sitúan en el origen de
nuevas pautas de conducta, de nuevos estilos de vida más innovadores y parcialmente disociados de las rasgos culturales más tradicionales
del “sevillanismo”.
El que un importante componente de dichas clases medias provenga de otras provincias andaluzas y españolas no deja de reforzar la
creciente complejidad y diversidad de la actual sociedad sevillana.
3Una constante de los discursos sociales de los sevillanos es el “sevillanismo”, es decir, la opinión que señala la singularidad de Sevilla
en su doble plano: urbano, “la belleza de la ciudad”; y humano, la apertura y la hospitalidad de sus gentes.
El citado “sevillanismo” configura un discurso muy dominante en la ciudad, que los más críticos definen como “ombliguista” o “narcisista”. El
“sevillanismo” subraya el carácter idiosincrático de Sevilla y defiende muy apasionadamente a la ciudad y a los sevillanos.
Siendo dominante el citado sevillanismo, la investigación ha puesto de manifiesto la existencia de amplios sectores (jóvenes, principalmente;
clases medias y medias bajas asalariadas, en otro orden de cosas) que pugnan para que en Sevilla se desarrolle otra forma de hacer y de
concebir la ciudad y su futuro.
3.1. Algunos de los rasgos más relevantes de la cultura urbana tradicional serían los siguientes:
A. La importancia de la dimensión humana y social de la ciudad sobre su componente monumental. Lo más importante de Sevilla serían los
sevillanos, más que la propia dimensión física y monumental de la ciudad, por “bonita” que sea.
a.1. La escasa relevancia que dicha cultura tradicional ha concedido a la “naturaleza” representada en Sevilla por el “río” y las “zonas
verdes”, como si fuera una dimensión urbana inexistente en dicha cultura, como si en Sevilla no hubiese “paisaje”.
a.2. Asimismo, la importancia de lo “social”, de los propios sevillanos en la imagen de la ciudad se traduce en la gran centralidad e
importancia que adquieren en la vida de esta y en las relaciones de los sevillanos con el espacio físico, con el territorio urbano, el amplio
y variado conjunto de “formas de sociabilidad” existentes en la ciudad: grupos de amigos, peñas, casetas, hermandades, asociaciones de
vecinos, intercomunidades, etc.
b. La cultura sevillana tradicional se caracteriza también por la gran fuerza que tienen sus “expresiones simbólicas”, más allá de cualquier
otro tipo de expresión más social, económica, y/o política de su compleja realidad social.
Dentro de dicha dimensión simbólica, destacan varios rasgos de interés:
Su tradicional “dualidad” expresiva, como si Sevilla tuviese que representarse más como diferencia y emulación entre “partes” de la ciudad
que de forma unitaria como tal Sevilla en su conjunto.
El desarrollo de un modelo de consumo que hemos optado por denominar “suntuario comunitario” desde la doble perspectiva de conceder
una gran importancia a las “apariencias” y al “derroche” (desde un discurso más estrictamente racional-funcional), y a las expresiones
“grupales” y “colectivas” de este. Este modelo de consumo “suntuario comunitario” alcanza en la Feria y en la Semana Santa algunos de
sus momentos más álgidos y expresivos.
C. En el terreno de la expresión social de los procesos de movilidad social y personal, la cultura urbana tradicional de Sevilla parece subrayar
más los procesos colectivos y grupales que los más estrictamente individuales. Asimismo, evidencia más un temor acentuado a la pérdida
de estatus y situación social que un afán de mejora y de promoción social.
D. Existe una fuerte identificación con Sevilla como ámbito, como territorio, desarrollándose lo que hemos denominado “un modelo de
apropiación comunitaria” del espacio que promueve la defensa, el cuidado y el mantenimiento de los lugares de residencia, de la propia
ciudad por parte de sus ciudadanos.
3.2. En el marco de dicha cultura tradicional, aparecen fuertes emergentes vinculados a las nuevas clases medias urbanas con múltiples
expresiones en campos sociales muy diversos:
Nuevas pautas de consumo.
Formas más meritocráticas e individualizadas de promoción social.
Estilos de vida más próximos a la recuperación de la “naturaleza” y la vida más reposada y menos “urbanita”.
Etc.
4La cultura urbana sevillana se expresa, ante todo, en la “vida en la calle” y en las múltiples expresiones que adopta la ocupación de
dicho espacio público. En el decir de los sevillanos, la ocupación abierta de la calle se opone casi frontalmente a la formas más cerradas
de vivencia del espacio más íntimo, del espacio del hogar. Así, un 84,8% de entrevistados declara que la cultura sevillana esta volcada hacia
la calle, frente a un 14,9% que declara que lo está hacia el hogar. De modo similar, un 93,4% de los entrevistados declara que los sevillanos
son “hospitalarios”, frente a un 6,2% que afirma que son cerrados.
Sin embargo, entre ambas formas más opuestas de vivencia de los espacios más públicos y más íntimos, quizás una característica de la
cultura urbana sevillana (y de otras culturas urbanas de Andalucía occidental, como Córdoba y Cádiz) sea la proliferación de ciertas formas
de “sociabilidad”, que hemos denominado “configuraciones sociales”, que viven y se apropian de modo diferencial de todo un conjunto de
espacios “semipúblicos” existentes en Sevilla.