08.05.2013 Views

Formas de sociabilidad y de relación con el territorio urbano - CIMOP

Formas de sociabilidad y de relación con el territorio urbano - CIMOP

Formas de sociabilidad y de relación con el territorio urbano - CIMOP

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

74 2ª parte La cultura urbana sevillana. Pautas tradicionales y factores <strong>de</strong> cambio y transformación<br />

75<br />

Es <strong>de</strong>cir, cabría hablar <strong>de</strong> todo un amplio y diverso <strong>con</strong>junto <strong>de</strong> <strong>con</strong>figuraciones sociales que se expresarían, ante todo, en <strong>el</strong> espacio <strong>de</strong> lo<br />

semipúblico y que se subdividirían, a su vez, en lo que podríamos llamar dos gran<strong>de</strong>s <strong>con</strong>juntos <strong>de</strong> “<strong>con</strong>figuraciones”: las más vinculadas<br />

a la “familia” y las más vinculadas a la “calle”. Es <strong>de</strong>cir, a los polos más privados y más públicos <strong>de</strong>l citado espacio “semipúblico”. En <strong>el</strong><br />

primer caso, tendríamos las casetas <strong>de</strong> Feria, los clubes sociales <strong>de</strong> los resi<strong>de</strong>nciales y <strong>de</strong> las urbanizaciones, y los clubes privados <strong>de</strong> los<br />

sectores más acomodados <strong>de</strong> la sociedad sevillana; en <strong>el</strong> segundo, las Hermanda<strong>de</strong>s, las peñas y asociaciones <strong>de</strong>portivas, y las asociaciones<br />

<strong>de</strong> vecinos.<br />

Asimismo, ambos grupos <strong>de</strong> <strong>con</strong>figuraciones sociales más directamente ligadas a la “familia” y al espacio más general <strong>de</strong> la “calle” expresarían<br />

<strong>de</strong> forma igualmente diferencial su vinculación <strong>con</strong> la propia estructura social sevillana. A tenor <strong>de</strong> lo producido en la investigación, cabría<br />

pensar, como veremos en los siguientes epígrafes, que las <strong>con</strong>figuraciones sociales más estrechamente vinculadas a la familia tendrían una<br />

<strong>r<strong>el</strong>ación</strong> más directa y estrecha <strong>con</strong> la situación social, <strong>con</strong> <strong>el</strong> estatus social <strong>de</strong> las familias respectivas. Por <strong>el</strong> <strong>con</strong>trario, las <strong>con</strong>figuraciones<br />

sociales más directamente vinculadas <strong>con</strong> la “calle” adoptarían una dimensión más interclasista, si se nos permite esta expresión.<br />

En todo caso, más allá <strong>de</strong> esta diferente vinculación <strong>con</strong> la estructura social sevillana, unas y otras <strong>con</strong>figuraciones <strong>de</strong>sarrollarían diferentes<br />

funciones sociales y simbólicas en lo que se refiere a la articulación <strong>de</strong> la “sociedad” <strong>con</strong> <strong>el</strong> “<strong>territorio</strong>”, tal como trataremos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar<br />

en los epígrafes siguientes.<br />

4.3.2.1. Las <strong>con</strong>figuraciones sociales más vinculadas a<br />

los espacios semipúblicos <strong>de</strong> recepción y <strong>de</strong> representación <strong>de</strong> la familia<br />

La familia sevillana en los grupos sociales <strong>de</strong> clases medias y medias altas y, en especial, en los sectores patrimonialistas más tradicionales<br />

se mantiene r<strong>el</strong>ativamente cerrada al exterior en <strong>el</strong> espacio <strong>de</strong> su hogar 40 . Ello no quiere <strong>de</strong>cir, sin embargo, que la familia sevillana no<br />

tenga ningún “espacio” <strong>de</strong> <strong>r<strong>el</strong>ación</strong> y <strong>de</strong> acogida, <strong>de</strong> interacción <strong>con</strong> los otros sevillanos. Al <strong>con</strong>trario, en la codificada cultura urbana<br />

sevillana aparecen diversos lugares y espacios públicos don<strong>de</strong> la familia parece ocupar un lugar fundamental a partir <strong>de</strong> un <strong>con</strong>junto <strong>de</strong><br />

<strong>con</strong>figuraciones sociales en las que la familia, <strong>de</strong> una forma u otra, mantiene como tal dichas r<strong>el</strong>aciones sociales, se abre al exterior o recibe<br />

a sus invitados. En este sentido, jugando <strong>con</strong> las expresiones “hogar” y “casa” cabría <strong>de</strong>cir que los sevillanos tien<strong>de</strong>n a encerrarse en su<br />

“hogar”, mientras mantienen diversas formas <strong>de</strong> representación, como “linaje” familiar, como “casa”.<br />

Las principales <strong>con</strong>figuraciones sociales que han surgido en la investigación a este respecto han sido las siguientes:<br />

La Caseta <strong>de</strong> la Feria.<br />

El club social <strong>de</strong>l resi<strong>de</strong>ncial o <strong>de</strong> la urbanización.<br />

Los clubes privados.<br />

La segunda resi<strong>de</strong>ncia.<br />

Hay espacios y <strong>con</strong>figuraciones sociales asociados a estos que guardan una cierta asociación <strong>con</strong> una segmentación social básica:<br />

Los Clubes privados (por ejemplo, Pineda, Círculo <strong>de</strong> Labradores y Gana<strong>de</strong>ros, etc...) más minoritarios y estrechamente asociados a los<br />

sectores más acomodados, <strong>de</strong> más estatus y tradición en las clases altas y medias altas sevillanas.<br />

Las Casetas <strong>de</strong> Feria, más minoritarias en su origen y más <strong>de</strong>mocratizadas en la actualidad, siguen siendo, sin embargo, un “espacio <strong>de</strong><br />

representación” accesible, ante todo, a las clases medias y medias altas sevillanas.<br />

Por último, los “clubes sociales”, los “bares” y los “espacios <strong>de</strong> reuniones” en las urbanizaciones y resi<strong>de</strong>nciales ocupan un espacio<br />

social más amplio y segmentado que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los “clubes/urbanizaciones” <strong>de</strong> más estatus a los “espacios <strong>de</strong> reunión” <strong>de</strong> los resi<strong>de</strong>nciales<br />

o urbanizaciones más accesibles a las clases medias y medias bajas.<br />

Los cLubes Privados<br />

En la cima <strong>de</strong> los espacios sociales <strong>de</strong> representación <strong>de</strong> la sociedad sevillana, allá don<strong>de</strong> están más presentes los “linajes” familiares más<br />

tradicionales <strong>de</strong> Sevilla y don<strong>de</strong> se tejen las r<strong>el</strong>aciones sociales más estrechas entre los miembros <strong>de</strong> dichos linajes, se sitúan los “clubes<br />

privados”. Éstos se <strong>con</strong>stituyen como espacios <strong>de</strong> socialización por antonomasia, como <strong>el</strong>ementos vertebradores <strong>de</strong> primera magnitud <strong>de</strong> la<br />

<strong>sociabilidad</strong> <strong>de</strong> las “élites” sevillanas 41 .<br />

C33<br />

Clubes privados que no sólo operan como espacios <strong>de</strong> representación <strong>de</strong> las élites locales en función <strong>de</strong> su mero estatus e<strong>con</strong>ómico, sino<br />

que, sobre todo, operan como espacios <strong>de</strong> socialización y <strong>de</strong> representación <strong>de</strong> las élites que no sólo tienen un estatus, sino que, ante<br />

todo, poseen también una “solera”, una tradición protegida r<strong>el</strong>ativamente <strong>de</strong> lo que podríamos llamar “nuevos ricos”, como señala <strong>el</strong> texto<br />

anterior. En efecto, en la medida en que la pertenencia al club se su<strong>el</strong>e heredar y reproducir <strong>de</strong> padres a hijos varones, se mantienen la<br />

reproducción <strong>de</strong> los “linajes” familiares. Por otro lado, en la medida en que existen unas normas <strong>de</strong> acceso y <strong>de</strong> nuevas admisiones muy<br />

s<strong>el</strong>ectivas que prescriben que “aunque tengas dinero, tienes que estar presentado por socios”, se garantiza <strong>el</strong> cierre <strong>de</strong> dichos clubes a<br />

aqu<strong>el</strong>los <strong>el</strong>ementos que, aunque tengan “dinero”, no gozan <strong>de</strong>l “placet” <strong>de</strong> los sectores más tradicionales afincados en cada uno <strong>de</strong> los<br />

citados clubes privados.<br />

40. En la investigación no hemos podido avanzar, por falta <strong>de</strong> medios y tiempo, en cómo se <strong>de</strong>sarrolla esta cuestión en las clases medias bajas. Los indicios recogidos permiten<br />

pensar que los hogares en estos sectores están más abiertos al exterior, pero, dado <strong>el</strong> escaso tamaño <strong>de</strong> las viviendas, pareciera que los bares, tascas y otros lugares próximos se<br />

utilizarían como espacios <strong>de</strong> encuentro en los citados sectores sociales. En este sentido, diversos autores han señalado la importancia <strong>de</strong> los bares y las tabernas como espacio <strong>de</strong><br />

socialización masculina <strong>de</strong> los sectores trabajadores sevillanos. P. Almoguera y J. Hernán<strong>de</strong>z (1991) señalan, por ejemplo, cómo a finales <strong>de</strong> los 50 e inicios <strong>de</strong> los 60, la “taberna<br />

era <strong>el</strong> lugar privilegiado para la evasión <strong>de</strong>l trabajo. En <strong>el</strong>la coincidían amigos que se i<strong>de</strong>ntificaban entre sí, por sus vínculos parentales, vecinales y laborales. Dentro <strong>de</strong> las tabernas<br />

se solía jugar a las cartas (El cuco”, “<strong>el</strong> tute”, “la ronda o <strong>el</strong> subastado”...), al dominó, se cantaba flamenco y se bebía vino blanco. Bebiendo vino, los vecinos huían <strong>de</strong>l ritmo<br />

incesante <strong>de</strong>l trabajo industrial, al tiempo que <strong>de</strong>sarrollaban re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cooperación e intercambio recíproco”.<br />

41. Los autores M. Pinçon y M. Pinçon-Charlot (2000) analizan en su obra Sociología <strong>de</strong> la burguesía la importancia <strong>de</strong> los clubes privados en la reproducción social <strong>de</strong> la alta<br />

burguesía francesa.<br />

RG. nº5<br />

varón 35-45 años<br />

clase m<br />

tomares<br />

C33<br />

Sí, está Pineda, Labradores 42 , está <strong>el</strong> Náutico, hay cuatro<br />

o cinco, casi todos están a la orilla <strong>de</strong>l río aunque alguno<br />

<strong>de</strong> <strong>el</strong>los tienen su se<strong>de</strong> en <strong>el</strong> centro, <strong>el</strong> centro funciona más<br />

como funcionaban antes los casinos, su sitio para leer la<br />

prensa, para tomar copas, para ir a p<strong>el</strong>arse porque tienen<br />

ahí su barbero y sus... vamos, como hace 50 años y luego<br />

tienen la parte más <strong>de</strong>portiva, don<strong>de</strong> tienen los campos<br />

<strong>de</strong> fútbol, don<strong>de</strong> tienen los club <strong>de</strong> remos, las canchas <strong>de</strong><br />

baloncesto, están casi todo a niv<strong>el</strong> <strong>de</strong>l río, esos ya para un<br />

niv<strong>el</strong> <strong>de</strong> gente... porque son club muy caros, también hay<br />

club en la Abase, está <strong>el</strong> club Saudí, está <strong>el</strong> club <strong>de</strong> golf <strong>de</strong><br />

las Minas, Pineda aunque está también retirado, también<br />

hay mucho club pero son club caros, o sea, ahí vale una<br />

acción muy cara y en algunos aunque tengas dinero tienes<br />

que estar presentado por socio o ser hijo <strong>de</strong> socio.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!