Formas de sociabilidad y de relación con el territorio urbano - CIMOP

86 2ª parte La cultura urbana sevillana. Pautas tradicionales y factores de cambio y transformación
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En efecto, como se observa en el cuadro de datos anterior se produce un gradiente claro de pertenencia a alguna hermandad en función
del citado estatus social. A mayor clase social, más declaración de afiliación a una Hermandad (25%) y a menor clase social, descenso en la
declaración de pertenencia (14% en las clases bajas y medias bajas). Sin embargo, más allá de esta diferenciación social, el mundo de las
hermandades y cofradías presenta un carácter interclasista muy acentuado.
En el marco de ese peculiar sistema de contrapuntos y de contrapesos que organiza la cultura urbana sevillana entre sus distintos
componentes y expresiones, si la presencia de los sevillanos en los clubes, en las casetas viene marcada por la necesidad de representar
un estatus, de escenificar, a veces mediante el derroche de las invitaciones, una cierta posición social, en las hermandades se desarrolla lo
que podríamos llamar un espíritu “igualitario” e interclasista en el que el sevillano puede desarrollar su sociabilidad como tal, más allá de
la escenificación de unos u otros papeles sociales, como nos recuerda también I. Moreno. “Para el individuo, la hermandad constituye un
medio apropiado para desarrollar la sociabilidad, es decir, la relación social por sí misma, en la que se ponen en contacto directamente (face
to face, como diría un anglosajón) las personalidades de los participantes y no solamente determinados papeles sociales –roles– segmentados
de éstos.” (Moreno. 1999b:39). Este igualitarismo llega hasta el punto de suponer una cierta inversión en su seno de los papeles sociales
que se desempeñan habitualmente en la vida cotidiana, tal como también subraya algún entrevistado.
C51
El igualitarismo social, la amplia penetración popular de las hermandades y cofradías y centralidad simbólica en el imaginario colectivo en
la cultura urbana sevillana hacen de las citadas configuraciones sociales un medio extraordinario para desarrollar y promover la vinculación
de los sevillanos con el territorio de la ciudad en varios planos muy diferenciados.
En el ámbito de la ciudad, como tal territorio urbano unificado.
En el ámbito de los barrios en los que residen, en las múltiples vinculaciones y servicios que desarrollan y prestan. Estos servicios, en
muchos casos, están muy alejados de la dimensión “religiosa” fundante de la hermandad, pero, al igual que ocurre en el caso de las peñas
deportivas, conllevan el desarrollo de una acción social en el barrio, y enraízan más a la hermandad con la contemporaneidad de éste y
con los problemas actuales de sus vecinos.
C52
En el ámbito de las vinculaciones y relaciones que se establecen entre los barrios de nacimiento de los sevillanos o de su residencia actual,
y el “centro histórico” de la ciudad como representación por antonomasia de Sevilla.
identificación con La ciudad
El primer plano expresivamente más dominante de la vinculación de las hermandades y cofradías con la ciudad se produce a lo largo de
la Semana Santa. En estas fechas se produce la mayor movilización de las hermandades y la ocupación física y simbólica de sus calles por
parte del conjunto de procesiones es máxima.
RG. nº
varón 40-50 años
clase ma
centro / sevilla
C51
Hay quien en una hermandad obtiene poder, obtiene
negocio, obtiene una posición social, incluso es muy
curioso porque en las hermandades se invierte la jerarquía
social, por ejemplo, imagínate que tienes de Nazareno a un
catedrático y el celador que dirige la fila es un bedel y en
ese momento el que manda es él. Sabes que los costaleros
son hermanos pues el capataz está en un puesto C de la
administración determinado y puede tener catedráticos,
jefes de servicio, gente con una posición social más
elevada...
RG. nº5
varón 35-45 años
clase m
tomares
C52
Han hecho un centro... han comprado un local y han puesto
un centro de rehabilitación de toxicómanos, o sea, labores
que se extralimitan un poco a lo que es la hermandad, pero
ellos funcionan como una hermandad.
De hecho, como subraya I. Moreno en la obra ya citada, “en las grandes ciudades, además, en los días de Semana Santa se expresa también,
como en ningún otro momento, la afirmación del derecho a la ciudad, como lo muestra la ocupación de los centros histórico-simbólicos,
durante muchas horas del día y de la noche, por ciudadanos de todas las edades, condiciones sociales e ideologías, muchos de ellos
cotidianamente periféricos, tanto residencial, como socialmente... o la venida a las carreras oficiales de nuevas cofradías de reciente fundación
desde barriadas del extrarradio situadas a muchos kilómetros de distancia. Lo uno y lo otro están apuntando a la reproducción, por parte
del imaginario colectivo, durante esos días de fiesta, de una ciudad soñada inexistente cotidianamente, donde la reafirmación contrastiva de
las identificaciones fragmentadas de los diversos barrios y sectores sociales, representados por cofradías, imágenes y contextos, se conjuran
desembocando en una identificación con la ciudad como comunitas. Es esta una de las razones fundamentales de la fuerza significativa y
del auge actual de la Semana Santa andaluza: haberse constituido en un referente de identificación de cada una de las ciudades y pueblos
andaluces.” (Moreno 1999b:187). Esta afirmación es válida para muchas ciudades andaluzas y, sin duda, para Sevilla, donde durante la
Semana Santa la propia “Catedral adquiere un carácter de calle como en ningún otro momento” del año (Moreno 1999a:99).
La identificación simbólica más global del conjunto de hermandades y cofradías con la ciudad de Sevilla se traduce también en una amplia
diversidad de elementos más particulares. Hemos creído conveniente seleccionar algunas de las expresiones que más directa relación
tienen con el tema de la “apropiación del territorio”. De este modo puede observarse no sólo la riqueza simbólica de las Hermandades y
Cofradías en este terreno, sino también el hecho de que en dicho mundo simbólico se expresan, en muchas ocasiones, los conflictos, las
diferencias sociales, las cuestiones sociales y urbanas que afectan a la ciudad y a sus ciudadanos, y que en la cultura urbana sevillana
han encontrado su cauce de expresión más a partir de éstas y otras dimensiones simbólico-culturales que a partir de otros canales
directamente políticos.
Un ejemplo clave de ello lo podemos observar en cómo se expresa la división centro-periferia en el mundo de la Semana Santa. En efecto,
ésta es una de las dimensiones estructurales de la percepción de la organización del espacio social y urbano, como desarrollaremos en
alguno de los capítulos posteriores de esta obra. En la división centro-periferia se inscribe toda una amplia problemática de desigualdad
social dotaciones, equipamientos, calidad de vida, etc., de forma que mientras que el centro se asocia a todas las dimensiones positivas de
la relación asimétrica centro/periferia, en la periferia se sitúan prácticamente todas las negativas.
El mundo de las hermandades y cofradías también parece expresar dicha división a tenor de lo declarado por algún entrevistado. En clara
línea de continuidad con los análisis e interpretaciones del fenómeno de las hermandades y de la Semana Santa por parte de I. Moreno,
más de un entrevistado nos ha señalado la importancia que tiene la citada dimensión en la estructuración interna del mundo de las
hermandades, en cómo unas y otras cofradías se expresan de modo diferente según sean del centro o de otros barrios menos céntricos.
C53
RG. nº
varón 40-50 años
clase ma
centro / sevilla
C53
Hay una distinción clásica en Semana Santa entre
hermandades de centro y de barrio, hermandades de cola,
hermandades de capa. Entonces, el hábito las hermandades
de centro que son donde viven o vivian las personas con
un nivel adquisitivo más alto son hermandades serias
donde no tienen música habitualmente y la tela que llevan
es “ruan” es una tela vasta, negra y en vez de cíngulo
suelen tener esparto para apoyar el cirio, entonces, eso por
ejemplo la hermandad del Silencio, las más antiguas, las
clásicas, había hermandades que tenían números cláusus,
había que pertenecer a determinadas clases sociales para
poder acceder a ellas, entonces bueno, estas hermandades
van con tela, sin música, muy pocas flores, son muy
estoicas en sus manifestaciones externas, al modo sevillano
nunca va a ser como el de Valladolid pero dentro de lo que
es en Sevilla...
...
Las hermandades así más de barrio llevan unas telas,
llevan capas, la capa es más de hermandad de barrio,
llevan una capa, La macarena lleva por ejemplo el antifaz
de terciopelo.
...
Las hermandades de barrio son más ostentosas, más flores,
más música, pueden llegar a tener música delante de la
Cruz de guía.