Formas de sociabilidad y de relación con el territorio urbano - CIMOP

56 2ª parte La cultura urbana sevillana. Pautas tradicionales y factores de cambio y transformación
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Este modelo de consumo “suntuario comunitario” de carácter tradicional en Sevilla 32 , una vez más, adquiere su máximo esplendor en los
momentos de la Semana Santa, como analiza I. Moreno en sus obras, pero se generaliza al conjunto de ámbitos sociales y expresiones
colectivas, como puede observarse durante la Feria, en el derroche de las casetas, o como puede observarse en las distintas formas de
consumo urbano, o en la preocupación por el mantenimiento de unas “apariencias” claramente vinculadas a la defensa y escenificación
de un estatus familiar, del linaje familiar de la familia extensa. La preocupación social por las apariencias está especialmente presente
en el seno de las clases altas más tradicionales de Sevilla, más allá de que dichos sectores sociales mantengan en la actualidad recursos
suficientes como para mantenerlas.
C13
La preocupación social por las “apariencias” se extiende, en todo caso, al conjunto de grupos sociales presentes en Sevilla, inscritos en su
cultura urbana, aunque varía, lógicamente, la forma expresiva de las “apariencias”, la “forma” en que éstas se manifiestan.
En este sentido, cabe señalar dos anotaciones importantes, según los discursos producidos en la investigación a este respecto.
En el terreno colectivo y social, la citada pauta de “consumo suntuario comunitario” tendría una clara forma de expresión colectiva en
el “sistema de emulación” establecido entre Hermandades y Cofradías a lo largo de la Semana Santa, en uno de los momentos claves de la
vida urbana sevillana, en ese “ritual de autorreconocimiento de la ciudad, de su peculiaridad”, como definen a la Semana Santa J. Jiménez
Barriento y M.J. Gómez Cava en el prólogo a la obra de Eugenio Noel Semana Santa en Sevilla (1991:14). Este sistema de emulación y
ostentación es reconocido por el conjunto de entrevistados como una de las claves interpretativas de la Semana Santa sevillana y analizado
de forma minuciosa por I. Moreno en sus distintas obras acerca de las Semanas Santas andaluzas en general y sevillana en particular.
La diferencia entre este sistema de emulación colectiva y el individual/familiar citado anteriormente es que, mientras que en este último
se trata de mantener las “apariencias”, el prestigio social de un cierto “linaje familiar”, en el sistema de emulación “ostentosa” de las
Hermandades y Cofradías se trata de superar el “prestigio” de otros barrios 33 , su presencia simbólica en Sevilla, su centralidad en los pasos
de Semana Santa aportando más cofradías, haciendo más guapa a la Virgen, tocando las músicas más bonitas, organizando el mejor desfile
procesional y otras formas de expresión bien conocidas por los sevillanos.
En el terreno individual, la preocupación por las “apariencias”, las citadas formas expresivas, estarían más presentes en las clases “acomodadas”,
en el conjunto de clases medias-medias altas y altas de la sociedad sevillana que en el resto de las clases y sectores sociales.
En ambos casos cabría señalar, además, que el sistema de emulación de la cultura urbana sevillana parecería acentuar más la dimensión
de “no ser menos que”; de ser “más que”. Es decir, frente a situaciones más clásicas de promoción social donde el “ir a más”, es decir, la
superación de la actual posición social juega un papel clave, en la cultura urbana sevillana parece ser más importante el más reactivo “no
ser menos que”.
RG. nº3
mujeres 50-60 años
clase ma
Heliópolis
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La sociedad de aquí es muy tonta, la sociedad de aquí es
muy tonta, que no entras, que te ponen los puntos, que
vienes a verlos y te dicen que hoy no es día... A la hora
de arreglarse y a la hora de ir a los sitios, y su Pineda y el
Golf...
Hay mucha gente muerta de hambre... hay mucha
tontería... porque yo los veo... andan como igual que
siempre han andado los señoritos, pues igual que los de
Jerez...
El mismo sistema de emulación existente en la Semana Santa parecería inscribirse en este modelo, tal como lo relata I. Moreno al señalar
que “la idea subyacente en la fiesta de cada hermandad es la de superación de la contraria, la de no ser menos,,, respondiendo en cada
ocasión con un mayor esfuerzo económico que la vez anterior” (Moreno 1999b:202). Las mismas pugnas entre el Betis y el Sevilla también
parecerían inscribirse en este modelo en el que de lo que se trata es, no tanto de ser el primero en la liga, por ejemplo, sino de situarse
mejor que el otro equipo, o al menos, no en peor posición 34 .
Más aun, en el estricto terreno de la promoción social más individualizada, cabría decir que en un amplio sector de las clases acomodadas
tradicionales y de las nuevas clases medias y medias bajas funcionales, se ha evidenciado como más importante, se ha expresado como
más dominante el miedo a perder la actual situación o estatus social más que el afán de su superación. En cierto modo, es “como si” en la
cultura urbana sevillana se expresara más el miedo a lo que podríamos llamar “una movilidad social negativa” que el afán de mejora, de
“una movilidad social positiva” y ascendente en la escala de la jerarquía social.
En el citado contexto cultural sevillano, en esta menor importancia de los procesos personales de promoción social más meritocrática, el
citado miedo a una movilidad social negativa podría haberse visto incrementado por la situación de debilidad estructural de ciertos sectores
de las clases acomodadas sevillanas, así como por la propia vulnerabilidad social tradicional de amplios sectores de las clases medias y
medias bajas sevillanas. Las situaciones de debilidad estructural de la sociedad sevillana se reflejan en este miedo a la pérdida de estatus,
en este miedo a perder posición social.
En todo caso, más allá de las posibles razones estructurales de dicho miedo social, el hecho cierto es que dicha preocupación está muy
extendida en la sociedad sevillana, a tenor de la investigación realizada. Y ello adquiere unas expresiones muy importantes en el terreno
de la vivienda y de la ciudad que constituyen el punto nodal de la investigación. En efecto, a diferencia de otras ciudades donde el “afán de
mejora de zona y de vivienda” domina sobre el afán de “huida”, de escapada de lo que se entiende por una “mala zona”, los que expresan su
deseo de cambiarse de vivienda lo argumentan más desde el “miedo” a “empeorar” por la zona en la que residen que desde una afirmación
positiva de “promoción social” personal como tal.
cánones que iban a seguir los futuros pasos de las vírgenes”. De esta forma, como subraya dicho autor, “en este primer tercio de siglo Sevilla iba engendrando con su nueva fisonomía
(urbana), una tradición también novedosa”, de una tradición que hoy parece de la Sevilla de “siempre” pero que históricamente no tienen más de un siglo de existencia.
29. Carlos Cano en una de sus canciones “Sevillanas de Chamberí” apunta claramente a estos desplazamientos de la cultura urbana sevillana cuando canta “ pero un día de Febrero,
verdiblanca la alegría, el alma de Andalucía de pronto se levantó y mandó parar la juerga con acuse de recibo, “ca” mochuelo “pa” su olivo y aquí se acabó el carbón... y cuando
más clarito ya lo tenía, otra vez la peineta “pa” Andalucía.”
30. Más adelante comentaremos cómo dichos mecanismos simbólicos de integración se están modificando al calor de las transformaciones más recientes de la ciudad y de la corona
metropolitana.