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manuEl VázquEz Portal<br />
daño a Vázquez y si, ya que él me quiere tanto, yo lograra convencerlo de<br />
que respete la disciplina, pues a lo mejor hasta me conceden el beneficio<br />
de que mi esposo cumpla sus 18 años cerca de La Habana.<br />
10<br />
Este señor, que casi constantemente estuvo a mi lado en el Penal, no<br />
dejaba de decirme lo bondadoso que es en realidad y que nadie puede decir<br />
que él no hable mucho con la gente antes de tomar otras medidas. Hasta<br />
en una ocasión, en que me explicaba las características de la oposición en<br />
Cuba, me dijo que a la Revolución sólo se la tumbaba de dos maneras…<br />
Yo al oír esto agucé los oídos, pero se interrumpió bruscamente y no llegó<br />
a enseñarme cuáles eran esas dos formas.<br />
Entonces trajeron a mi esposo, <strong>sin</strong> esposas ni grilletes, y pude darle<br />
un abrazo grande. Nos dejaron ¡solos! en la oficina del Jefe del penal<br />
unos quince minutos. Luego apareció Madre Teresa de Calcuta y dio por<br />
finalizado el encuentro. Se llevaron a Manuel, <strong>sin</strong> esposas ni grilletes, y<br />
a mí me acompañó hasta la entrada de la cárcel el magnánimo Ramiro,<br />
quien me reiteró la incomprensión de que era víctima por parte de los<br />
opositores.<br />
Más tarde, cuando yo ya me encontraba en casa de Ana María Escobedo<br />
en compañía de Dolia, la esposa de Nelson Aguiar (que sólo pudo verlo unos<br />
minutos) apareció Madre Teresa de Calcuta de la Seguridad del Estado<br />
para decirme que me habían concedido una visita a Manuel al otro día y<br />
haciendo gala de su infinita bondad, me aconsejó que le preparara alguna<br />
carnecita para que se alimentara.<br />
Al otro día después de esperar durante dos horas en la antesala de la<br />
prisión vino el seráfico Ramiro lamentándose profundamente de haberme<br />
hecho esperar, y me condujo junto a mi esposo a una oficina preparada<br />
para el encuentro. Allí Manuel me habló de algunos logros que tuvo su<br />
huelga: televisión cuatro horas a la semana, lo sacan <strong>sin</strong> esposas ni gri-<br />
lletes, la comida, aunque sigue mala, no está descompuesta, se le permitió<br />
una visita extra de más de una hora, la jaba la dejaron entrar completa,<br />
no sacaron nada, la celda de aislamiento más amplia (ya no tiene el retrete<br />
a cinco centímetros de la cabeza) aunque en semejantes condiciones a las<br />
de Boniatico (el techo tiene goteras, hace mucho más calor, las alimañas<br />
se mantienen, etc).