You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
manuEl VázquEz Portal<br />
21<br />
Al oficial Zapata los presos le dicen Zapatica. Es un hombre pequeño.<br />
Habla con moderación y en voz baja. Tiene la mirada triste. Da la<br />
impresión de que ha sufrido mucho. Vino a sustituir al reeducador<br />
Sabino. Sabino enfermó. Dicen que está ingresado en Jagua. Jagua es el hospi-<br />
tal psiquiátrico provincial de Santiago de Cuba. Zapatica me preguntó por los<br />
problemas de la celda. Los expliqué por no sé qué número de veces. El anotó<br />
en una agenda. Yo sonreí. “La misma rutina de Sabino”, pensé. Pero me equi-<br />
voqué. El hombre emprendió lo que pudo resolver. Por la tarde vino un preso<br />
con un cubo de cemento y colocó un pequeño muro en la puerta de mi celda<br />
para que las aguas residuales del pasillo no siguieran penetrando. Ese mismo<br />
preso subió al techo y dejó filtrar por las fisuras un fluido de agua y cemento<br />
para que se sellaran las goteras. Hasta ahí pudo Zapatica.<br />
La iluminación de la celda quedó pendiente. El acceso a la prensa quedó<br />
pendiente. El servicio religioso quedó pendiente. Las mejoras de la alimenta-<br />
ción quedaron pendientes. Salir juntos al patio quedó pendiente. El calendario<br />
de visitas y licencias conyugales quedaron pendientes. La atención médica<br />
especializada quedó pendiente. Los motivos por los que Nelson y Juan Carlos<br />
querían lanzarse a la huelga no se resolvieron con la aparición de Zapatica.<br />
Edel había solicitado un proctólogo. Normando había pedido un gastrólogo.<br />
Juan Carlos había demandado un dermatólogo. Yo había requerido un neumó-<br />
logo. A Edel lo molestaban las hemorroides. Normando padecía de disturbios<br />
estomacales. Juan Carlos, además de la vitiligo, continuaba con una aguda<br />
irritación en los genitales y toda la zona inguinal. Yo recibía la visita intermi-<br />
tente de cierto dolor intercostal que me parecía de procedencia pulmonar. El<br />
cigarrillo, carajo, el cigarrillo.<br />
Agosto prometía ser un mes caliente. Los lagartos feos como igüanas di-<br />
minutas y con las colas enroscadas proliferaron. Venían en manadas buscando<br />
alivio para sus pieles escamosas a los umbrales de las ventanas. Se acomodaban<br />
en el antepecho, y mientras escapaban de la sofocante canícula, cazaban. El<br />
primer día los espanté temeroso. Después los dejé para disfrutar del espectáculo<br />
0