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Escrito sin permiso - Cadal

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manuEl VázquEz Portal<br />

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La barraca a donde me conducen para mis llamadas telefónicas tiene varios<br />

usos. Dividida en cubículos aloja las oficinas del Equipo Multidisciplinario,<br />

La Dirección de Reeducación, la mínima enfermería, la aún más pequeña y<br />

desabastecida farmacia, y el salón de visitas para los familiares de los presos.<br />

Detrás otra barraca fragmentada en varias habitaciones, de absoluta promis-<br />

cuidad, que sirven para brindar las licencias conyugales.<br />

Las celdas de castigo son en total 23; 15 a lo largo de un pasillo que corre<br />

de Norte a Sur y 8 que se disponen de Este a Oeste, encerradas por un muro de<br />

aproximadamente ocho metros de altura y malla peerless que se tiende desde el<br />

techo de las celdas hasta el borde superior del muro. Para penetrar a las celdas de<br />

castigo hay una gran puerta enrejada, tapiada por un muro posterior que impide<br />

toda visión hacia el interior y da acceso a otra puerta enrejada y tapiada con<br />

planchas de acero que conduce directamente a las primeras 15 celdas. Por la<br />

parte Oeste de estas primeras celdas, después de atravesar otra puerta enrejada,<br />

se pasa a un patio interior que conduce directamente a otra puerta enrejada y<br />

con plancha de acero que desemboca en las restantes 8 celdas. En las celdas de<br />

castigo la pestilencia y la humedad son insoportables. Los techos, agrietados por<br />

los constantes movimientos sísmicos típicos de la zona, dejan filtrar la lluvia a<br />

raudales. Los pisos de cemento <strong>sin</strong> pulir no permiten, a falta de silla, sentarse<br />

en ellos <strong>sin</strong> correr el riesgo de dañarse la piel. Las paredes, pintadas con cal,<br />

relumbran y provocan malestares en la vista que pueden convertirse, y se han<br />

convertido, en patologías oftalmológicas. Estas celdas, según normas del propio<br />

sistema carcelario cubano, son usadas solamente para corregir indisciplinas<br />

por 7, 14 y 21 días, según la gravedad de los actos de los reos. Sin embargo en<br />

ellas permanecen por meses, y hasta años, la mayoría de lo que aquí estamos<br />

ubicados<br />

Al patio salgo solo. Los restantes presos salen en grupos. Pueden conversar,<br />

jugar, y hasta practicar algún deporte. Mi único contacto con los demás es a<br />

través de la ventana del patio. Se suben al pretil y conversan conmigo, a pesar<br />

de que los guardianes se lo prohíben. Yan es quien más desobedece las órdenes<br />

de los carceleros. Ellos le gritan para que descienda de mi ventana. El hace caso<br />

omiso. Se ríe y me explica: “Ya estoy en las celdas de castigo, ¿qué más pueden<br />

hacerme?” Yo le recomiendo que se baje, que no se busque más problemas. El<br />

acepta y se va a vociferar, a discutir con los demás. Yan es un niño gigantón

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