09.05.2013 Views

Escrito sin permiso - Cadal

Escrito sin permiso - Cadal

Escrito sin permiso - Cadal

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Escrito</strong> <strong>sin</strong> PErmiso<br />

en beneficios para mí y mis colegas encarcelados injustamente por ejercer su<br />

oficio. Indudablemente el premio significaba un reforzamiento de la campaña<br />

internacional por nuestra liberación y concitaba el interés de la opinión pública<br />

mundial sobre nuestra peligrosa situación dentro de las cárceles cubanas. Pero<br />

había que prepararse para la revancha del gobierno cubano. Estaba convencido<br />

de que simularían ignorarlo, como siempre que el premiado no es uno de ellos.<br />

Y estaba persuadido, además, de que azuzarían a algún idiota nativo, junto a<br />

algún compinche foráneo, para que despotricaran de mí cuando la noticia se<br />

conociera. Eso me tenía <strong>sin</strong> cuidados. Lo que más me atormentaba era si podría<br />

yo ser capaz de reciprocar a mis colegas del mundo tal muestra de solidaridad.<br />

Premio más o premio menos no era lo cardinal. Sin embargo no podía desha-<br />

cerme de cierto sentimiento de orgullo.<br />

La ceremonia de premiación, me había dicho Yolanda, se celebraría en el<br />

Waldordf-Astoria de New York, en el mes de noviembre. Yo no estaría. No sé<br />

si lo lamenté o me regocijó la idea de mi ausencia. La experiencia que tengo<br />

de anteriores solemnidades de este tipo –todas en Cuba- me habían dejado un<br />

regusto amargo. No pude menos que recordar.<br />

Era el año 1974. Mi libro de poemas Canto de Memoria había resultado<br />

premiado con una mención de honor en el Concurso Julián del Casal de la<br />

Unión Nacional de Artistas y <strong>Escrito</strong>res de Cuba. Era yo entonces un guajirito<br />

de apenas 23 años. Llegué a la recepción con mis ropitas campe<strong>sin</strong>as y mis<br />

modales provincianos. Fui casi una atracción circense entre aquellos mofletudos<br />

jerarcas de la cultura cubana, todos atildados como para grandes solemnidades.<br />

Me mareaban tantas frases de elogios, tantas falsas alabanzas, tanta postura<br />

paternalista. Ese año no hubo Primer Premio porque los jurados no llegaron<br />

a un acuerdo común. Cada uno de los miembros llevó un candidato diferente<br />

y la decisión final fue declarar el premio desierto y otorgar tres menciones de<br />

honor. Yo una de ellas. Lo curioso. Todos los miembros del jurado tuvieron<br />

“la delicadeza”, por separados, en breves encontronazos dentro del tumulto,<br />

de asegurarme que yo había sido el candidato presentado por ellos pero que<br />

los demás llevaban otros candidatos. 1979. Otra recepción en los jardines de<br />

la Unión de <strong>Escrito</strong>res. Otra mención de honor para un libro mío, esta vez de<br />

poemas para niños. La Guerra de las Abejas, su título. <strong>Escrito</strong> totalmente a la<br />

manera del romancero español. Otra vez los jerarcas mofletudos. Otra vez las<br />

14

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!