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manuEl VázquEz Portal<br />
El Diario.<br />
31 de mayo.<br />
18<br />
Las primeras horas de la mañana fueron de mucha ansiedad. Esperaba<br />
la llegada de mi familia. Sería la primera visita en la cual verdaderamente<br />
tendría tiempo de hablar con ellos. ¡Qué alegría! Vino mi hija Tairelsy y mi<br />
hijo Gabriel. ¡Qué lindos son! ¿A quién habrán salido? La verdad es que<br />
tuve buen gusto para elegir a sus madres. Yoly es la verdadera heroína. ¡Qué<br />
grandeza de mujer! ¡Qué esposa me ha otorgado Dios! Estoy tan orgulloso<br />
de ella. No debí nunca haber conocido otra mujer. A veces creo que no la<br />
merezco, que Dios ha sido demasiado bondadoso conmigo. Haré todo lo<br />
que deba para seguir mereciendo su amor. Gabriel me trajo fotos de toda<br />
la gente que quiero. Un tal Moisés, de la Seguridad del Estado, estuvo en<br />
la casa molestando a Yolanda. La amenazó con encarcelarla y declarar a<br />
Gabriel “hijo de la patria”. Ya eso sería el colmo de una dictadura. Van a<br />
chocar con un muro. Yolanda está hecha de la fibra de los inclaudicables.<br />
Nunca quise vincularla a mis ideas y mis actividades, pero los sicarios del<br />
régimen no tendrán en cuenta que ahora sólo defiende a su esposo de la<br />
injusticia. Es bueno que el mundo esté alerta. Los tiranos no tienen límites<br />
en su crueldad.<br />
La visita fue estimulante. Y vaya sorpresa. Cuando regresé a mi celda,<br />
encontré que me habían cambiado mi colchoneta rota, sucia, dura por una<br />
colchonetita de espuma de goma. Los huesos se aliviarán. ¡Ah mis viejos, can-<br />
sados huesos! No dormí bien. Mucho calor, muchos mosquitos, muchas ideas y<br />
recuerdos agolpándose. Compartí mi comida –la que me trajo mi familia- con<br />
Próspero y Normando. La moral de los que estamos aquí es alta. Los presos<br />
siguen siendo solidarios y los guardias respetuosos.<br />
Mañana trataré de escribir a mis hermanos Darío y Arturo, a mis amigos<br />
Ernestico y Oscar Mario, a mis amigas Anita, Bettty y Maité. Hacer cartas no<br />
deja que se me muera el amor por la gente dentro de tanta miseria que observo<br />
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