ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10
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<strong>10</strong>2 <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />
que experimenta ese Divino arrebato (év&ovoiéorjq) y no está<br />
ya en sí misma sino se halla fuertemente impulsada, enloquecida<br />
por un celestial amor (EQODXL oúgavía), conducida por el que<br />
realmente existe y arrebatada hacia Él en las alturas, guiada por<br />
la verdad, que remueve todo obstáculo de su camino para que<br />
avance sin tropiezos por él. ... (74) abandónate a ti misma y<br />
huye de ti misma. ¿Qué significa esto? Significa que no debes<br />
guardar para ti misma el pensamiento, las determinaciones y las<br />
aprehensiones, sino atribuirlos y dedicarlos al que es fuente del<br />
exacto pensar y de la aprehensión no engañosa... (82) ... uno<br />
que ama a Dios y es amado por él... considera como un tránsito<br />
por extranjera tierra (ájtoótjfiía) toda la vida en el cuerpo, y<br />
entiende que reside en su patria (év icargídi) cuando puede<br />
vivir exclusivamente en el alma... (84) ...Es que la inteligencia,<br />
cuando ofrece con pureza sus servicios a Dios, no es humana<br />
sino divina... (85) Con toda razón, pues, está dicho: «lo sacó<br />
afuera» [= Gn 15,5], afuera de las prisiones del cuerpo, de las<br />
cavidades de los sentidos, de las argucias de la palabra engañadora<br />
y, sobre todo, lo sacó de sí mismo y de la creencia de que<br />
piensa y aprehende mediante una inteligencia que de nada depende<br />
y se gobierna por sí misma.<br />
Páginas adelante de este mismo tratado, hablando de la fe<br />
(de Abrahán: cf. Gn 15,6), Filón la define como «la más perfecta<br />
de las virtudes» (ib. 91) «obra (egyov) de una grande y celestial<br />
inteligencia» (ib. 93), «acto de justicia y conformidad con la<br />
naturaleza» (ib. 95) y en otro lugar, «irreprochable y hermosísimo<br />
sacrificio» (De Cher. 85); sería aleccionador parangonarlo<br />
con san Pablo (cf. Rm 4). Pero la perspectiva de Filón es<br />
intelectualista. Por encima de todo queda la incomprensibilidad<br />
o inasibilidad de Dios (al que califica de áxatáXnjtrog: Deus<br />
62; De post. C. 15; De pot. ins. 89; De somn. 1,67), y también<br />
aquí Filón ha fijado una terminología inédita: la de la teología<br />
apofática. Desemboca en el lenguaje místico, por ejemplo<br />
cuando describe la «sobria ebriedad» (Omn. prob. lib. 13) de<br />
quien se deleita en la Sabiduría divina (cf. De ebr. 152: «(el<br />
alma)... llegará a tocar hasta los confines del universo y continuará<br />
hacia la más hermosa y loable de las visiones, la visión<br />
del Increado»).<br />
EL HUMUS JUDAICO<br />
Un tema típico del alejandrino es el del Logos, que asume<br />
rasgos de una personificación tal que en parte puede parangonarse<br />
al título cristológico del evangelio de Juan (cf. Jn 1,1-<br />
5). Se trata del intermediario por excelencia entre Dios y el<br />
mundo, entre Dios y el hombre, y tiende a superar sus respectivas<br />
distancias. Sus funciones características no son solamente<br />
cosmológicas, sino también antropológicas e incluso soteriológicas.<br />
Examinemos algunos de sus textos más relevantes<br />
al respecto, que ofrecemos en forma de catena.<br />
43. Filón de Alejandría, passim (el Logos)<br />
[Del De opif. mund. ] (20) Como la ciudad concebida previamente<br />
en el espíritu del arquitecto no ocupa lugar alguno fuera de él,<br />
sino se halla impresa en el alma del artífice, de la misma manera<br />
el mundo de las formas ejemplares no puede existir en otro lugar<br />
alguno que no sea el Logos divino, que las forjó con ordenado<br />
plan... (31) Aquella invisible luz aprehensible por la inteligencia<br />
adquirió existencia como una imagen del Logos divino, en quien<br />
halla explicación su nacimiento... (139) Es evidente que también<br />
el alma del primer hombre era excelente. No cabe pensar que<br />
para su formación el Creador haya empleado como modelo a<br />
otra cosa alguna de las creadas, sino solamente a su propioLogos.<br />
Por ello dice Moisés que el hombre ha sido creado como imagen<br />
e imitación de éste (ánELXÓviofia xal nípinfia).<br />
[Del De Cher.] (127) Contempla la más grande cosa o ciudad,<br />
es decir, este mundo. Hallarás en efecto que su causa es Dios,<br />
por quien ha sido creado; que su materia son los cuatro elementos<br />
de que está compuesto, que el instrumento es el Logos de Dios,<br />
mediante el cual fue construido (ó¿' ov xareoKEváo / dr¡); que<br />
la causa final de la construcción es la bondad del constructor.<br />
[Del De poster. Caini] (122) El divino Logos habita (évoixet)<br />
y transita (¿/¿JCEQIJCCITEI) en aquellos que honran la vida del<br />
alma.<br />
[Del Quod Deus inmut.] (134) Mientras el Logos no ha entrado<br />
aún en nuestra alma como en una residencia, todas las obras<br />
de ésta están libres de culpa, por cuanto el instructor, el padre,<br />
el maestro o como deba llamársele al sacerdote, el único que<br />
puede censurarla (VOV&EXETV) y guiarla hacia la sensatez<br />
(oaxpQoviodfivai), está muy lejos de ella.<br />
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