ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10
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350 <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />
de treinta y nueve pelthros, del que pagaban las tasas y del que<br />
vivían, cultivándolo ellos mismos (avxovg avxovqyovvxag).<br />
(3) Y le mostraron las manos, dando fe de su trabajo personal<br />
(juaQTVQtov xfjg avxovgyíag) con la rudeza del cuerpo y<br />
los callos que se habían formado en sus manos por el asiduo<br />
trabajo (ém xwv lóíwv yziQÍbv xvXovg JtaQioxávxag). (4)<br />
Preguntados por Cristo y por su reino, por su naturaleza, el<br />
lugar y el momento en que se manifestaría, respondieron que<br />
su reino no era de este mundo ni de esta tierra, sino celestial y<br />
angélico, y que se cosumará al final de los siglos, cuando Cristo<br />
venga con gloria a juzgar a vivos y muertos y devuelva a cada<br />
cual según sus obras. (5) Entonces Domiciano no les infligió<br />
condena alguna, antes les despreció juzgándolos irrelevantes (ág<br />
tvxeXa>v xaxacpqovr]oavxa), les dejó marchar, y con un edicto<br />
hizo cesar la persecución contra la iglesia. (6) Una vez liberados,<br />
ellos dirigieron las iglesias en calidad de testigos y a la vez<br />
parientes del Señor (jiáoxvoag ófxov xal ánb yévovg ovxag<br />
xov XVQÍOV), y vuelta la paz conservaron sus vidas hasta<br />
(tiempos de) Trajano.<br />
Esta antigua página judeocristiana nos da noticias importantes<br />
sobre los orígenes del cristianismo. El «Judas» del que<br />
se habla es sin duda el mencionado en los evangelios entre los<br />
hermanos de Jesús (cf. Mt 13,55; Me 6,3). La existencia de<br />
nietos suyos adultos nos lleva a fines del siglo I 43 . La doble<br />
locución usada en el texto (19: avxov ovyyéveíav XQLOXOV;<br />
20,6: ano yévovg ovxag xov XVQÍOV) dice que el título<br />
del que se sentían orgullosos, al menos entre los cristianos, no<br />
era tanto el de ser descendientes de David, cuanto el de<br />
pertenecer al círculo de parientes carnales de Jesús, del que se<br />
subraya así su plena dimensión humana (o encarnación). Precisamente<br />
este título honorífico les lleva a desempeñar la función<br />
de jefes de las iglesias (palestinas sin duda); y esto, teniendo<br />
43. Pero M. Sordi (/ Flavi e il cristianesimo, en «Atti del Congresso<br />
internazionale di Studi Vespasianei», Rieti 1981, pp. 137-152) sostiene que se<br />
trata de un error de Hegesipo, el cual habría desdoblado el episodio de una<br />
orden dada ya por Vespasiano en el 69 o por Tito en el 71 (cf. Eusebio, Hist.<br />
eccl. 3,12) de buscar a los descendientes de David.<br />
TESTIMONIOS DIRECTOS 351<br />
en cuenta el caso precedente de Santiago (cf. supra: n° 139),<br />
nos obliga a pensar que los parientes de Jesús tuvieron durante<br />
cierto tiempo en Jerusalén y en Palestina una responsabilidad<br />
casi de carácter dinástico en la dirección de las comunidades<br />
cristianas, sin olvidar la importancia de los Doce y de su<br />
vocación.<br />
Desde el punto de vista material, sin embargo, eran gente<br />
humilde. La descripción de Hegesipo es casi despiadada y evoca<br />
muy bien la condición campesina de los «descendientes de<br />
Judas»: la gran penuria de recursos en la que vivían (N.B.: 1<br />
«denario» equivalía a unos 3,50 gramos de plata; 1 «plethro»<br />
a unos 30 m 2 ), la paga asidua de las tasas, la falta de otros<br />
medios de subsistencia y, sobremanera, los callos en las manos,<br />
les sitúa con extremo realismo en el cuadro concreto de las<br />
aldeas agrícolas de Galilea. Del texto se deduce, pues, que los<br />
parientes de Jesús no tuvieron éxito o privilegios materiales de<br />
ningún tipo, y que, no obstante, presidieron las primeras comunidades<br />
judeo-cristianas, las cuales veneraban en ellos, de alguna<br />
manera, al mismo Jesús 44 .<br />
44. Sobre el judeocristianismo, cf. B. Bagatti, Alie origini delta Chiesa, -<br />
I. Le comunitá giudeocristiane, Cittá del Vaticano 1981.