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ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10

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22 <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />

judía pide el fin de la dominación de la familia de Herodes],<br />

(91) Por lo cual, humildemente todos rogaban... que juntasen<br />

los confines y términos de Judea con los de Siria, y que nombrasen<br />

gobernadores romanos... (93) Oídas ambas partes, César levantó<br />

la sesión y pocos días después asignó a Arquelao la mitad del<br />

reino con el título de «etnarca», prometiéndole hacerlo rey si se<br />

mostraba digno de ello. (94) Dividió la parte que quedaba en<br />

dos tetrarquías y se las asignó a los otros dos hijos de Herodes:<br />

una a Filipo [= hermanastro de Arquelao y de Antipas] y la<br />

otra a Antipas, el que había contendido con Arquelao sobre la<br />

sucesión del trono. (95) Antipas obtuvo Perea y Galilea, con<br />

una renta de doscientos talentos anuales. Filipo, Batanea, Traconítide<br />

y Auranítide... con una renta de cien talentos. (96) La<br />

etnarquía de Arquelao comprendía Idumea, toda Judea y Samaría,<br />

exonerada, no obstante, de la cuarta parte de los tributos<br />

como recompensa a no haberse sublevado con los otros. (97)<br />

Quedaban bajo su mando las ciudades de Torre Estratón [=<br />

Cesárea Marítima], Sebaste [= la antigua Samaría], Joppe y<br />

Jerusalén; mientras que las ciudades griegas de Gaza, Gadara<br />

e Hippos quedaron excluidas de su reino y anexionadas a la<br />

provincia de Siria. La renta de los territorios otorgados a Arquelao<br />

era de cuatrocientos talentos. (98) Quiso también César que<br />

fuese Salomé [hermana de Herodes el Grande y ducha en<br />

intrigas] señora de Jamnia, de Azoto y de Fasélide, además de<br />

todo lo que le había sido dejado en el testamento del rey. Le<br />

dio asimismo un palacio en Ascalón; de todo ello percibía una<br />

renta de sesenta talentos, pero sus posesiones estaban sujetas a<br />

la jurisdicción de Arquelao.<br />

Lo que entonces sucedió (cf. también la versión de Ant.<br />

17,219-249.299-321) nos da el telón de fondo de la situación<br />

política reinante en los primeros años de la vida de Jesús, y<br />

está parcialmente reflejado en Le 3,1; asimismo, la noticia de<br />

la delegación popular contra Arquelao encuentra eco en la<br />

parábola de las minas de Le 19,12.14s.<br />

Los tres dominios sufrieron diversa suerte. El de Filipo,<br />

quien construyó la ciudad de Cesárea (llamada, por ello, «de<br />

Filipo»; cf. Mt 16,13), a su muerte en el año 34 d.C. pasó<br />

provisionalmente a poder de Siria, y a la postre, en el 38,<br />

EL HUMUS JUDAICO 23<br />

quedaría sujeta al cetro de Herodes Agripa I (cf. infra). El de<br />

Herodes Antipas, que en el 18 d.C. construyó en la ribera<br />

suroeste del lago de Genesaret la ciudad de Tiberíades y a<br />

quien Jesús calificó de «zorro» por su astucia (Le 13,32), engrosará<br />

también el reino de Herodes Agripa, pero después de que<br />

el tetrarca fuera exilado a Lión en la Galia en el año 39-40,<br />

seguido de su segunda mujer, la célebre Herodías (cf. infra: n°<br />

136), hermana del propio Herodes Agripa a quien envidiaba,<br />

y tras intentar hacer valer sus intrigas ante el emperador Calígula<br />

para obtener el título real (cf. Fl. Jos., Ant. 18,240-255).<br />

En cuanto a la etnarquía de Arquelao tuvo una suerte más<br />

compleja. El etnarca se granjeó a pulso la impopularidad y<br />

Augusto terminó por deponerlo en el año 6 d.C. cuando cumplía<br />

el décimo año en su cargo; fue recluido en la ciudad de Viena<br />

en las Galias (cf. ib. 17, 344; Estrabón 16,2,46). Su territorio<br />

se convirtió en una provincia directamente sometida al emperador,<br />

quien nombrará prefectos (más tarde denominados procuradores;<br />

cf. infra: n° 133), como representantes personales,<br />

elegidos de entre el orden ecuestre. El primero de ellos fue<br />

Coponio, quien tomó el cargo el mismo año —el 6 d.C— que<br />

lo hacía el nuevo gobernador de Siria, P. Sulpicio Quirino, y<br />

que ordenó al punto un censo sobre las propiedades de los<br />

judíos (cf. ib. 18, 1-2; ver infra: n° 6). También este sector del<br />

territorio de Palestina engrosará, a partir del año 41, los dominios<br />

del soberano Herodes Agripa I, quien reasumía, de este<br />

modo, el esplendor de su abuelo «el Grande» (cf. ib. 19,274-<br />

277.328-352); moriría, no obstante, el año 44, dejando un hijo,<br />

Herodes Agripa II (que en el 66 intentará en vano disuadir a<br />

los judíos de hacer la guerra a los romanos: Bell. 2,344-407),<br />

y tres hijas: la más célebre sería Berenice (amante a la postre<br />

de Tito: cf. Suetonio, Tit. 7; cf. ambos hermanos mencionados<br />

al alimón en Hch 25,13ss.); Drusila casó con el procurador<br />

Antonio Félix (cf. Hch 24,24; Fl. Jos., Ant. 20,141-144: su hijo<br />

Agripa morirá a consecuencia de la erupción del Vesubio en<br />

el año 79).<br />

El año 44, y hasta el año 66 en que estallará la guerra judía,<br />

se restauró la serie de procuradores imperiales, cuyo dominio<br />

comprendía ahora también Galilea y Perea (para la sucesión<br />

de procuradores cf. Apéndice 6). Permaneció, con todo, la

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