ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10
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202 <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />
Particularmente significativa es la inscripción de Priene (ciudad<br />
situada entre Éfeso y Mileto), del año 9 a.C, en la que<br />
consta cómo las ciudades de la provincia de Asia decretaron<br />
como primer día del año el día del nacimiento de Augusto (=<br />
23 de septiembre).<br />
96. Inscripción de Priene (OGIS 458) 62<br />
[... no se sabe] si es más apreciable o más provechoso el día<br />
del nacimiento (yevéfihog) del divinísimo César (rov fietorárov<br />
Kaíoagog [el original latino, encontrado fragmentariamente<br />
en Apamea, se limita a decir: principis nostris natalis])<br />
(5) al cual podríamos considerar con justicia igual que el principio<br />
de todas las cosas (x(bv Jiávrtov áo%f¡)... (<strong>10</strong>) Por ello se podría<br />
estimar que este acontecimiento ha sido para uno mismo el<br />
principio de la vida y de la existencia (ágxv v rov fiíov xal<br />
rijq t,(ofig) lo cual representa dejar al fin de arrepentirse (rov<br />
/uerafieMo&ai) de haber nacido. Y puesto que de ningún día<br />
podría nadie recibir motivaciones más venturosas para utilidad<br />
común y propia que del día que fue venturoso (evrvxovg)<br />
para todos, y como además sucede que ese momento coincide<br />
casi en las ciudades de Asia con la entrada en las magistraturas<br />
(XCUQOV rf\g elq rrjv áQ%r¡v eloódov), (15) ... y puesto<br />
que es difícil corresponder equitativamente en agradecimiento<br />
(xaf'íoov ev%aQLoreiv) a tantos beneficios suyos, a no ser<br />
que para cada uno ideáramos alguna modalidad de correspondencia...,<br />
(20) me parece bien [=el que habla es el procónsul<br />
de Asia «Paulo Fabio Máximo» (línea 44) en nombre de la<br />
ciudad] que el día primero del año de todas las ciudades<br />
(jioXireíüJv) sea uno solo y el mismo, el del nacimiento del<br />
divinísimo César, y que en él entren todos los magistrados en<br />
su cargo, a saber: el 9 antes de las calendas de octubre... (32)<br />
Puesto que la providencia que ordena (todas las cosas) de nuestra<br />
vida... dispuso el más cumplido bien para la vida al traernos a<br />
Augusto... (35) enviándole para nosotros y nuestra posteridad<br />
62. ^Traducción al castellano de L. Gil, en: El Mundo del NT... § 130,<br />
salvo la interpolación de la línea 37, marcada entre guiones.<br />
EL HUMUS GRECORROMANO 203<br />
como un salvador (oojrfjga xaoioapiévr]) que pondrá fin a la<br />
guerra y arreglará (todo; y puesto que con su aparición) el César<br />
(... ha sobrepasado) las esperanzas de los antecesores —y las<br />
albricias de todos (evayyéha návrcov)—, no sólo superando<br />
a los (benefactores) que hubo antes de él, sino no dejando<br />
siquiera esperanza (de superarle) a los que habrá en el futuro;<br />
(40) y como el día del nacimiento del dios (?) yevé'&kiog fjfxéga<br />
rov §eov) fue el comienzo para el mundo de las buenas<br />
noticias debidas a él (fjQ^EV de rm xóofico robv dCavrbv<br />
evayyeX'uüv)...<br />
El nacimiento de Augusto supuso, pues, para las ciudades<br />
de Asia el cambio de era, al igual que para los cristianos lo<br />
será la natividad de Jesús de Nazaret. El historiador Veleio<br />
Patercolo (muerto en los años 30 d.C.) escribió un significativo<br />
comentario sobre la importancia de Augusto: «Nada hay que<br />
puedan pedir los hombres a los dioses, nada que puedan conceder<br />
los dioses a los hombres, nada que pueda encerrarse en<br />
una oración, nada que pueda verse colmado con un feliz éxito,<br />
que no haya sido otorgado por Augusto al estado y al pueblo<br />
romano y a todo el mundo, tras su regreso a la capital» (Hist.<br />
rom. 2,89,2).<br />
En particular hay que subrayar en la línea 37 (que se trata<br />
de una interpolación textual) y sobre todo en la 40, el uso de<br />
la palabra «evangelio». En los escritos del NT siempre aparece<br />
en singular (= ¡el anuncio cristiano es en esencia único!); aquí,<br />
en cambio, está en plural. En realidad tal era el uso normal<br />
del término en el griego profano (así lo corroboran, por ejemplo,<br />
en el siglo I a.C: Cicerón, Ad Att. 2,3,1, para calificar la<br />
liberación de un amigo; en el siglo I d.C: Plutarco, Pomp. 41,<br />
por la muerte de Mirtríades); es más, también en LXX aparece<br />
sólo en plural. La voz evayyéhov en singular (aparte del<br />
significado de «recompensa por una noticia», que se encuentra<br />
sólo dos veces en Homero, Odyss. 14,152 y 166; y otras dos<br />
en Plutarco, Agesil. 33; Demetr. 17) con el sentido de «albricia»,<br />
«buena noticia», la encontramos por vez primera en Fl. Josefo,<br />
Bell. 2,42 (óetvóv evayyéhov = «espléndida noticia»: la<br />
dada al procurador G. Floro al agravarse la situación en Jerusalén<br />
a comienzos de la guerra judía en el 66 d.C).