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ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10

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228 <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />

El texto prosigue (en I 6,2-4) marcando la distinción exacta<br />

que existe entre los hombres «psíquicos», que se paran en la<br />

fe y tienen necesidad de una buena conducta de vida, y los<br />

espirituales o «pneumáticos» o «perfectos», que pasan a la<br />

gnosis y están destinados «por naturaleza» a la salvación, y al<br />

igual que el oro no puede ser contaminado por el fango, ellos<br />

pueden cometer «todas las acciones prohibidas». Estamos, pues,<br />

ante una interpretación plenamente gnóstica de ICor 2,6-16,<br />

basada en una visión dualista, no meramente antropológica sino<br />

cosmológica incluso, como lo demuestra la prolija especulación<br />

teosófica del texto que acabamos de leer.<br />

Todos estos textos y sus respectivos entramados intelectuales<br />

muestran a qué grado de sincretismo se veía tentado el mensaje<br />

cristiano. Y al mismo tiempo, demuestran que en el ámbito<br />

del cristianismo se estaba abriendo camino una irracional condescencia<br />

cultural. Se trataba de un choque decisivo, global,<br />

tal vez el mayor que iba a conocer en su dilatada historia. El<br />

conflicto fue radical, pues la gnosis representaba en realidad<br />

una alternativa. Lo que estaba en juego era de capital importancia,<br />

y podríamos resumirlo en los siguientes interrogantes:<br />

El pléroma divino ¿está formado por una complicada estructura<br />

interna, de componentes andróginos tal vez, o consiste en<br />

una simple relación tri-unitaria? ¿Es Jesús acaso un ser mítico<br />

y atemporal, o bien un ser históricamente encarnado? El mal<br />

del mundo ¿depende sólo de una suerte adversa que se juega<br />

en las esferas extraterrenas, o más bien del pecado del primer<br />

hombre y del pecado, libre, de sus descendientes? ¿Existe una<br />

historia de la salvación o, por el contrario, todo se decide a<br />

un nivel abstracto y subjetivo? ¿Es acaso el mundo obra espúrea<br />

y «no buena» (contra Gn 1,31) de un dios malvado, o proviene<br />

de la palabra creadora de un Dios providente? La salvación<br />

¿consiste tan sólo en el retorno del alma a una originaria patria<br />

celeste, o, por el contrario, afecta también al cuerpo con miras<br />

a una resurrección y, por ende, a una condición futura verdaderamente<br />

nueva? La liberación del hombre ¿consiste sólo<br />

en liberar a la propia naturaleza divina (¡ontológica!) de la<br />

cárcel de la materia, o en una «nueva creación» en Cristo<br />

mediante la remisión de los pecados? Como medio salvífico<br />

LA TENTACIÓN GNÓSTICA 229<br />

¿basta tal vez el mero y «genuino» conocimiento intelectualista<br />

de «sí mismo», o se precisa el don de una gracia divina oportunamente<br />

administrada por actos sacramentales? ¿La gnosis<br />

origina un estado de salvación cierta e inamovible (coexistente,<br />

paradójicamente, tanto con una vida ascética como libertina)<br />

o, por contra, dicha salvación se experimenta humildemente en<br />

la luminosa oscuridad de la fe? ¿Acaso es peligroso el amor<br />

al prójimo e inútil la esperanza, o bien son ambos esenciales?<br />

La respuesta a estos interrogantes iba a ser decisiva para<br />

la configuración del cristianismo en los siglos sucesivos.

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