ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10
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1<strong>10</strong> <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />
éste le concedió formar parte de su familia, de la que adoptó<br />
el sobrenombre (Flavio). De sus cuatro obras dejamos a un<br />
lado ahora las históricas (Bell, Ant., Vita), a las que ya hemos<br />
recurrido anteriormente, y nos fijamos en su Contra Apionem,<br />
publicada en Roma después del año 94. Es un clásico del género<br />
apologético, en ella demuestra una gran familiaridad con los<br />
historiadores, poetas y filósofos griegos (de los que cita amplios<br />
párrafos), junto a un sincero y apasionado celo por su pueblo<br />
y su religión. Josefo responde a numerosas acusaciones dirigidas<br />
contra los hebreos y nos ofrece así un interesante cuadro del<br />
antisemitismo del siglo I (mencionemos tan sólo la curiosa acusación<br />
de adorar una cabeza de asno: 2,80; cf. Tácito, Hist.<br />
5,3-4; que también habrán de soportar los cristianos: cf. Tertuliano,<br />
Apol. 16; Min. Félix, Oct. 9,3; 28,7; o el grafito del<br />
Palatino de la época severiana). Josefo, por su parte, dirige<br />
sus ataques contra la religión griega y la inmoralidad de sus<br />
dioses (cf. 2,237-254).<br />
Veamos algunos de sus fragmentos más significativos.<br />
46. Fl. Josefo, Contra Apionem, passim 57<br />
(1,38) No existe entre nosotros un sinnúmero de libros en desacuerdo<br />
y en contradicción, sino solamente veintidós que contienen<br />
los anales de todos los tiempos y se granjean un justo crédito<br />
[lectura variante: «que justamente nos han sido confiados»]...<br />
(42) Todos los judíos, desde su nacimiento, piensan de modo<br />
natural (ovfMpvtov) que ahí está la voluntad divina (fteov<br />
doy fiará), la respetan y, en caso de necesidad, mueren por ella<br />
con alegría...<br />
(2,169) Mientras que su filosofía (la de los griegos) se dirige a<br />
un pequeño número tan sólo y (mientras) que ellos no se<br />
atrevieron a difundir entre el pueblo, atado a opiniones antiguas,<br />
la verdad de sus creencias, nuestro legislador, poniendo de<br />
57. Cf. «Loeb» 186.<br />
*La versión española es de F. de P. Samaranch, en: FLAVIO JOSEFO, Contra<br />
Apión. Sobre la Antigüedad del Pueblo Judío, Madrid 1966.<br />
EL HUMUS JUDAICO 111<br />
acuerdo sus actos con sus palabras (rá soya ov/iqxova tole,<br />
Xóyoig), no sólo persuadió a sus contemporáneos, sino que<br />
implantó en el alma de las generaciones sucesivas que habían<br />
de nacer de ellos una fe en Dios innata e inmutable... (173) No<br />
ha dejado en modo alguno sin explicación la práctica de las<br />
costumbres, ni ha sufrido que el texto de la ley quedara sin<br />
efecto (ánoaxTOv)... (190)... Dios, perfecto y bienaventurado,<br />
gobierna el universo; se basta a sí mismo (aírágxng) y es<br />
bastante para todos los seres; él es el principio, el medio y el<br />
fin de todas las cosas (áQxr¡ xal fx'eoa xal xékog zebv<br />
jiávxwv)... (192) Es a él a quien todos deben seguir y servir<br />
practicando la virtud... (199) Veamos ahora cuáles son las leyes<br />
relativas al matrimonio. La ley no conoce más que una unión,<br />
la unión natural (xará cpvoiv) con la mujer, y solamente si<br />
tiene como fin el procrear... (201) La mujer, dice la ley, es<br />
inferior al hombre en todas las cosas... (202) La ley ha ordenado<br />
criar y alimentar a todos los hijos y ha prohibido a las mujeres<br />
provocar el aborto o destruir de cualquier otra forma la semilla<br />
vital; pues suprimir un alma y disminuir la raza sería un infanticidio<br />
(rexvoxróvog) [cf. Epíst. Bern. 19]... (283) Ellos<br />
(griegos y bárbaros) se esfuerzan también en imitar nuestra<br />
concordia (ófióvotav) y nuestra liberalidad, nuestro ardor en<br />
el trabajo (ró (piXegyóv) y en los oficios... (293)... Por eso<br />
me atrevo hasta a decir que nosotros hemos iniciado a los demás<br />
pueblos en muy numerosas y también muy bellas ideas...<br />
i) El Libro de José y Asenet, inspirándose en Gn 41,45.50,<br />
narra la historia del matrimonio del patriarca José con la hija<br />
del sacerdote egipcio Putifar (= «Pentefrés»). Puede ser calificado<br />
como una novela de amor, de intención apologética y<br />
misionera. Hace de la muchacha Asenet el modelo del prosélito<br />
que se convierte al verdadero Dios (por mucho que en este<br />
caso no se den las tres condiciones requeridas a tal efecto: la<br />
circuncisión, un sacrificio en el templo y un bautismo. Que no<br />
se dé el primero es comprensible, pues se trata de una mujer;<br />
también el segundo, ya que la historia sucede en la diáspora;<br />
respecto al tercero, es objeto de discusión cuándo comenzó a<br />
practicarse este rito entre los prosélitos y en qué áreas geográficas<br />
del judaismo se llevaba a cabo; cf. no obstante 14,12: