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ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10

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<strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />

tu prójimo (d c lk sny lhbrk 1' t c byd zr): Esto es toda la Torah;<br />

lo demás sólo es comentario; ve y aprende».<br />

Este breve pasaje es interesante por muchos motivos. Se<br />

capta inmediatamente el estrecho paralelismo entre la respuesta<br />

de Hillel y la denominada «regla de oro» enunciada por Jesús<br />

(en Mt 7,12). Hillel, opuesto a su contemporáneo Sammay,<br />

murió hacia el año <strong>10</strong> de nuestra era; fue el fundador y jefe<br />

de una escuela rabínica comprensiva e indulgente en la hermenéutica<br />

de la Torah con relación a la vida (por ejemplo,<br />

según Mek.Ex. 22,7, los partidarios de Sammay consideraban<br />

que la culpabilidad de una acción mala comenzaba ya en la<br />

intención del sujeto, mientras que los hillelitas la limitaban a<br />

la ejecución). Jesús, por tanto, en este caso genérico, debía<br />

aparecer como un hillehta (no así en la cuestión particular del<br />

divorcio, en la cual, según la interpretación dada por el célebre<br />

Hillel a Dt 24,1, bastaría con que la mujer se dejase quemar<br />

la comida para poderla repudiar, mientras para Sammay debía<br />

mediar algo gravemente inmoral: cf. M. Git. 9,<strong>10</strong> y Sifré Dt<br />

24,1 con Mt 5,32; 19,7; Me <strong>10</strong>,11; Le 16,18).<br />

Por otra parte, se evidencia aquí que una fuente redaccionalmente<br />

tardía como el TB pueda contener material arcaico,<br />

que se remonta a tiempos de Herodes el Grande.<br />

Entre el siglo I a.C. y el inicio del III d.C. la tradición<br />

judaica cuenta seis generaciones de Maestros (llamados tanna'ím<br />

= «repetidores»; cf. Apéndice 8), entre los que cabe destacar<br />

a: Hillel y Sammay; R. Gamaliel I (cf. Hch 5,34; 22,3), nieto<br />

de Hillel y muerto hacia el año 40 (cf. M. Sot. 9,15: «Con la<br />

muerte de Rabbán Gamaliel el Viejo cesó la gloria de la Torah<br />

y falleció la pureza y la abstinencia»); R. Yohanan ben Zakkay<br />

aseguró la continuidad del judaismo al fundar la academia de<br />

Jamnia tras los sucesos del 70 (murió hacia el año 80) 24 ; R-<br />

24 «Salía una vez Rabban Yojanán B Zakkay de Jerusalén y R Yehosua,<br />

su discípulo, que iba tras el, vio el templo en ruinas Exclamó (Ay de nosotros 1 ,<br />

pues está en ruinas el lugar donde se expiaban los pecados de Israel (Pero<br />

Rabbán Yojanán ben Zakkay) le dijo Hijo mío, no te aflijas Nosotros contamos<br />

con una expiación que es tan efectiva como aquella 6Y cuál es' Las obras de<br />

misericordia » (Abót de R Natán 4,6, «traducción de M Navarro Peiró,<br />

Valencia 1987)<br />

EL HUMUS JUDAICO 53<br />

Haninah ben Dosah, conocido como taumaturgo (cf. infra: n°<br />

22; murió después del 70); R. Ben c Azzay (hacia el año <strong>10</strong>0)<br />

recordado por el hecho excepcional de su opción celibataria<br />

(cf. TB Jeb. 63b: «¿Qué puedo hacer si mi alma arde en deseos<br />

por la Torah? El mundo puede ser continuado por otros»); R.<br />

Eliezer ben Hyrkanos (cf. infra: n° 142); R. c Aqiba, uno de<br />

los más ilustres: fue él el primero que intentó una redacción<br />

de la Misnah (cometió el error de señalar a Ben Kosiba como<br />

el Mesías; «pero R. Yohanan ben Torta le respondió: Aqiba,<br />

crecerá la yerba entre tus mandíbulas antes de que aparezca<br />

el Hijo de David» TB Taan. 68b; cf. su martirio en el año 135:<br />

infra, n° 23); R. Meír, discípulo del anterior y guardián de la<br />

tradición tras la dura derrota del 135; mencionemos por último<br />

a R. Jehuda han-Nasi, muerto hacia el 217.<br />

En el plano histórico, las diferencias fundamentales entre<br />

estos personajes y Jesús de Nazaret son las siguientes: él no<br />

acoge a discípulos espontáneos, sino que los llama personalmente;<br />

no enseña sólo a un círculo restringido, sino públicamente<br />

a las masas; no se limita a insistir sobre la conversión de los<br />

pecadores, sino que les busca y acoge; no es sólo un repetidor<br />

de la Torah, sino que se atreve a corregirla; su método de<br />

enseñanza es preferentemente haggádico (cf. las parábolas).<br />

Con todo, él asume varios elementos de la tradición rabínica;<br />

véase, por ejemplo, M., Abót 3,2 (cf. también 3,6): «Si dos<br />

personas están sentadas juntas y median entre ellas las palabras<br />

de la Torah, la majestad de Dios está en medio de ellos» (cf.<br />

Mt 18,20); M. Sot. 9,15: «En la cercanía (de la venida) del<br />

Mesías la insolencia crecerá... El hijo deshonrará al padre, la<br />

hija se alzará contra su madre, la nuera contra la suegra, los<br />

enemigos serán los propios familiares» (cf. Mt <strong>10</strong>,34-36; ambos<br />

textos remiten a Mi 7,6); y Mek.Ex. 31,13: «A vosotros os ha<br />

sido entregado el sábado y vosotros no habéis sido entregados<br />

al sábado» (cf. Me 2,27). Por otra parte, tanto Jesús como<br />

Pablo conocen las reglas rabínicas de la interpretación bíblica,<br />

codificadas ya por Hillel y ampliadas posteriormente a trece<br />

por R. Ismael (contemporáneo de R. Aqiba y autor de la Mek.<br />

Ex); su exposición se encuentra al comienzo de Sifra Lv.:<br />

recordemos sobre todo la que reza Qal wahomer (= «ligero y<br />

pesado»), que consiste en un razonamiento a minon ad maius

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