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ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10

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94 <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />

hubieron de ser restaurados; posteriormente fueron expurgados<br />

por Augusto, el cual los llevó al templo de Apolo en el Palatino).<br />

También eran corrientes los oráculos de difusión popular. Los<br />

judíos de Alejandría usaron este género literario para propaganda<br />

propia (recalcando temas como el monoteísmo, el mesianismo<br />

o el juicio final, con múltiples y veladas referencias a la<br />

historia). Otro tanto harían los cristianos, que tuvieron en gran<br />

estima los escritos de esta índole ya existentes (Teófilo de<br />

Antioquía, por dar un ejemplo, llama a la Sibila jtQoq¡f\xic,:<br />

Ad Autol. 2,36).<br />

Los libros a los que tenemos acceso son una compilación<br />

de oráculos antiguos y nuevos elaborados por judíos y por<br />

cristianos anónimos. Estrictamente judíos son sólo los libros 3-<br />

5; el arco de tiempo que abarcan va del 190 a.C. circa (cf. 3,<br />

175-193: batalla de Magnesia e irrupción de Roma en Oriente)<br />

hasta fines del siglo I d.C. (cf. 4,130-136: erupción del Vesubio<br />

en el año 79, entendida como castigo por la destrucción del<br />

templo). La sibilística ha sido definida como la apocalíptica del<br />

judaismo de la diáspora helenista (Ph. Vielhauer), pero escrita<br />

para lectores paganos.<br />

Veamos un fragmento del libro tercero, citado por Virgilo<br />

en su célebre Égloga IV (cf. infra n° 48).<br />

39. Oráculos Sibilinos 3,785-812 51<br />

(785) Alégrate, muchacha, [virgen (xóon)], y regocíjate,<br />

pues te concedió el gozo de la eternidad<br />

aquel que creó el cielo y la tierra.<br />

En ti habitará y tuya será la luz inmortal.<br />

Los lobos y los corderos en los montes juntos comerán el pasto,<br />

las leopardos se alimentarán junto los cabritos,<br />

(790) los osos se albergarán con los terneros que viven de los<br />

pastos<br />

51. Cf. J. Geffcken, Die Oráculo Sibyllina, Leipzig 1902; V. Nikiprowetzky,<br />

La troisiéme Sibylle, París 1970.<br />

*Versión castellana de E. Suárez de la Torre, en: Apócrifos del AT... III,<br />

pp. 265-395.<br />

EL HUMUS JUDAICO 95<br />

v el carnívoro león comerá paja en el pesebre como la vaca,<br />

y los niños, aún los más pequeños, los llevarán atados,<br />

pues hará (Dios) inocuas a las fieras sobre la tierra.<br />

Las serpientes, junto con los áspides, dormirán con las criaturas<br />

(795) y no les harán daño, pues la mano de Dios estará sobre<br />

ellas.<br />

Una señal (oficia) muy clara te revelaré para que comprendas<br />

cuándo llegará el fin de todo (jiávriov óe rékog) sobre la<br />

tierra:<br />

será en el momento en el que en el cielo estrellado<br />

se vean en la noche unas espadas hacia poniente y hacia levante<br />

(800) y al punto también una nube de polvo<br />

se avalance sobre la tierra toda<br />

y desaparezca todo el brillo del sol al mediodía<br />

y los rayos de la luna serán visibles<br />

y de repente caigan sobre la tierra gotas de sangre<br />

y de las piedras como señal;<br />

(805) y en una nube veáis un combate de infantes y de jinetes<br />

como una cacería de fieras, semejante a las brumas,<br />

entonces será el fin que Dios, que el cielo habita, dará a la<br />

guerra.<br />

Mas es preciso que todos hagan sacrificios al gran rey.<br />

Tras dejar los grandes muros babilónicos de Asiría,<br />

(8<strong>10</strong>) por aguijón enloquecida, he venido a revelar con mis<br />

profecías (TtQotpnrevovoa)<br />

a todos los mortales las indicaciones de Dios,<br />

como fuego enviado contra la Hélade,<br />

de suerte que yo profetice para los mortales los enigmas divinos.<br />

Son evidentes las resonancias bíblicas en los vv. (785-787)<br />

(cf. Zc 2,<strong>10</strong>) y 788-794 (cf. Is 11,6-8); los signos celestes son<br />

los típicos de la apocalíptica (cf. Mt 24,30; Le 21,11.25; Ap<br />

12,1). El v. 805 habría que compararlo con Tácito, Hist. 5,13<br />

(visae per coelum concurrere acies).<br />

d) El, así llamado, Cuarto libro de los Macabeos habría que<br />

titularlo en realidad «Sobre la superioridad de la razón», para<br />

resumir su temática, que es desarrollada con una sensibilidad<br />

cultural típicamente griega. Su anónimo autor, influido por el

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