ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10
ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10
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TESTIMONIOS DIRECTOS<br />
Los escritos del Nuevo Testamento hacen mención de toda<br />
una serie de personajes de la historia profana antigua. De<br />
Augusto a Tiberio, de Herodes el Grande a varios de sus<br />
descendientes, de Quirino a Galión, de Pilato a Festo, quedan<br />
trazadas las líneas esenciales del transfondo político-social del<br />
cristianismo naciente. De dichas figuras hablan ampliamente las<br />
fuentes literarias historiográficas, que, en esencia, no son otras<br />
sino las de Suetonio, Tácito, Dión Casio y Flavio Josefo.<br />
Dejamos aquí a un lado todo cuanto se refiere al mundo<br />
extracristiano (cf. supra: Primera parte). Reproduciremos tan<br />
sólo algunos testimonios epigráficos que, por su naturaleza,<br />
entrañan un valor documental más inmediato, concernientes a<br />
las figuras de Quirino, Pilato y Galión.<br />
Dedicaremos nuestra atención fundamentalmente a los nombres<br />
de los personajes que en el NT aparecen como protagonistas<br />
de la historia específicamente cristiana. Su mención en las<br />
fuentes no cristianas es muy esporádica y muy limitada (el<br />
Bautista, Jesús, Santiago; sorprende el silencio absoluto sobre<br />
Pablo). Esta especie de «pacto de silencio» ofrece, no obstante,<br />
sus aspectos marcadamente positivos. Ante todo nos da a entender<br />
que los primeros pasos del movimiento cristiano fueron<br />
hasta tal punto tenues, que no llegaron a dejarse oir ni en el<br />
ámbito de la alta política ni en el de la alta cultura del momento.<br />
Y esto cuadra tanto con los propios orígenes sociales del cristianismo,<br />
que se apartó de la que se ha dado en llamar «high<br />
society», dirigiéndose en cambio a la gente que no era noticia<br />
(cf. ICor 1,26-28; St 2,5); como, y sobre todo, con su íntima<br />
naturaleza, entreverada en aquellas palabras de Jesús: «El reino<br />
de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán: "Vedlo aquí o