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ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10

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262 <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />

3Jn); en efecto, las cartas van dirigidas por lo general a comunidades<br />

enteras, esparcidas por diversas regiones y ciudades,<br />

especialmente de Grecia y Anatolia (véase también las cartas<br />

subapostólicas). Tal práctica, entre los antiguos, sólo sabemos<br />

que la tuviera Epicuro, de quien conocemos cartas dirigidas «a<br />

los amigos de Lampsaco», «a los amigos de Egipto», «a los<br />

amigos de Asia», «a los filósofos de Mitilene»; lo cual atestigua<br />

la difusión del nuevo movimiento filosófico originado en el<br />

Jardín de Atenas, así como la preocupación del fundador por<br />

mantener contactos con las asociaciones de discípulos suyos.<br />

Por desgracia, de estos escritos han sobrevivido solamente los<br />

títulos o pequeñísimos fragmentos; ahora bien, de todo ello<br />

cabe deducir que «en su literatura epistolar a las comunidades<br />

dispersas por oriente Epicuro parece ser el precursor de san<br />

Pablo» 18 .<br />

Los obras epistolares mencionadas hasta ahora son todas de<br />

escritores o filósofos de profesión: obras literarias o didácticas.<br />

Aunque contienen noticias de carácter personal y familiar, todas<br />

son lo que podríamos llamar alta literatura (por su autor, su<br />

lenguaje, su estilo); en su origen pudieron ser incluso un pasatiempo<br />

(cf. Cicerón, ad At. 1,12,4: «Aun si no tienes nada que<br />

decir, escribe cualquier cosa que te venga a los labios = quod<br />

in buccam venerit»; Séneca, Epist. 118,1 no comparte esta<br />

opinión).<br />

Pero poseemos toda otra serie de cartas provenientes del<br />

pueblo y escritas en el lenguaje corriente, las cuales reflejan<br />

de cerca, más aún desde dentro, casos vivos y cotidianos de<br />

gente de diversa índole. Privadas u oficiales, son obras no<br />

literarias; pero nos han llegado en su texto original, sobre papiro,<br />

conservadas durante siglos por la arena del desierto egipcio<br />

(sobre todo en las cercanías de Oxyrrinco); al menos para éstas<br />

no existe el problema de su autenticidad, ¡pues son documentos<br />

de primera mano! Las cartas del NT y de la edad subapostólica<br />

comparten algunas características comunes a este complejo<br />

18. B. Farrington, citado en: G. Reale, Storia della filosofía antica, III,<br />

Milano 1976, p. 175.<br />

PARANGÓN LITERARIO 263<br />

epistolar 19 : también están escritas en el lenguaje popular {koine),<br />

generalmente no se prodigan en ardides estilísticos, a menudo<br />

reflejan emociones directas de los respectivos autores, son siempre<br />

testimonios frescos e inmediatos de la situación concreta<br />

de sus destinatarios, auténticas secuencias vitales (comunitarias).<br />

El descubrimiento de escritos no literarios sobre papiro indujo<br />

a Deissmann (pp. 196-205) a distinguir netamente entre «epístola»,<br />

obra literaria y no espontánea, y «carta», escrito estrictamente<br />

personal que se diferencia del primero como la naturaleza<br />

del arte; pero asignar las cartas neotestamentarias al<br />

segundo género es una postura demasiado exclusiva y poco<br />

matizada. En realidad, ya los antiguos se plantearon el problema<br />

de las variantes que existen dentro del género epistolar. Cicerón,<br />

por ejemplo, {ad Fam. 2,4) distingue tres categorías: cartas de<br />

información, «genus familiare et iocosum», y «genus severum<br />

et grave». Sabemos, además, que el Ps.-Demetrio Falereo<br />

(siglo II ó I a.C.) escribió un breve manual de epistolografía<br />

(Typi epistolares, ed. V. Weichert), en el que enumeraba 21<br />

tipos de cartas con un ejemplo de cada uno de ellos. Otro<br />

Demetrio (probablemente del siglo I d.C), en un tratadito<br />

De elocutione, definió muy atinadamente la carta como «la otra<br />

mitad de una conversación = xó ETEQOV fiégog xov óiaXóyov»<br />

20 . La división más simple que podemos ofrecer aquí es<br />

tripartita: cartas privadas (cf. n° 117), públicas (cf. n° 121), y<br />

de ensayística (cf. n° 115).<br />

Vamos a leer primero dos ejemplos de cartas latinas de<br />

autores famosos: Séneca (que vivió entre el 5 a.C. y el 65 d.C.)<br />

y Plinio el Joven (61-113 ca.); a continuación, siete ejemplos<br />

de cartas de papiros griegos, dispuestas en orden cronológico.<br />

A estas últimas les damos particular importancia, pues sus<br />

autores (al igual que los del NT) provienen por lo general de<br />

los estratos más populares de la sociedad y al leer la frescura<br />

de sus escritos nos da la sensación de estar leyendo una carta<br />

viva; por otra parte, «quien tiene familiaridad con el griego del<br />

19. Cf. J.L. White, The Fortn and Function of the body of the Greek Letter.<br />

A Study of the Letter-Body in the Non-Literary Papyri and in Paul the Apostle,<br />

DS 2, Missoula 1972.<br />

20. Epistolographi Graeci, ed. R. Hercher, Paris 1871, p. 13,1.

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