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ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10

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304 <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />

Herodes [Filipo: Me 6,17], hijo de otra madre, pues Herodes<br />

el tetrarca era hijo de la hija de Simón el sumo sacerdote. (1<strong>10</strong>)<br />

Enamoróse de Herodías, la mujer de su hermano, hija de Aristóbulo,<br />

otro de sus hermanos, y hermana de Agripa el Grande<br />

[= Herodes Agripa I: Hch 12]. Tuvo la audacia de hablarle de<br />

matrimonio. No le disgustó a ella la propuesta; se convino entre<br />

los dos que ella iría a su casa así que él regresara de Roma;<br />

además él prometió repudiar a la hija de Aretas. (111) Después<br />

de formalizar estas promesas, él marchó a Roma. Cuando estaba<br />

ya de regreso, concluidos los asuntos para los cuales había ido<br />

a Roma, su esposa, informada de lo pactado con Herodías,<br />

antes de que él supiera que ella lo sabía, se dirigió a Maqueronte,<br />

fortaleza que se encuentra en los límites del territorio de Herodes<br />

y Aretas, sin que él sospechara sus propósitos. (112) Herodes<br />

le envió a donde pedía ir, ignorando que su esposa estaba bien<br />

informada. Pero ella, que había enviado algún tiempo antes<br />

emisarios a Maqueronte, lugar que entonces dependía de su<br />

padre, encontró allí todo preparado por su comandante para el<br />

viaje. De allí pasó a Arabia haciéndose escoltar por comandantes<br />

de los pueblos sucesivos, para llegar cuanto antes a presencia<br />

de su padre, y descubrirle las inteciones de Herodes. (113) Aretas<br />

buscó un pretexto de hostilidad a propósito de las fronteras del<br />

territorio de la Gabalítide. Los dos reunieron sus ejércitos con<br />

fines bélicos y enviaron a sus generales en lugar de tomar ellos<br />

el mando. (114) Iniciadas las hostilidades, todo el ejército de<br />

Herodes fue vencido y muerto, pues fue traicionado por algunos<br />

prófugos que estaban al servicio de Herodes, auque eran de la<br />

tetrarquía de Filipo. (115) Sobre esto Herodes informó por carta<br />

a Tiberio. Éste, indignado con Aretas, escribió a Vitelio [Legado<br />

en Siria entre los años 35-37: cf. Tácito, Ann. 6,32] que le<br />

hiciera la guerra y se lo enviara vivo, encadenado, o, si era<br />

muerto, la cabeza. Tales fueron la órdenes de Tiberio al gobernador<br />

de Siria.<br />

(116) Algunos judíos creyeron que el ejército de Herodes había<br />

perecido por la ira de Dios, sufriendo el condigno castigo por<br />

haber muerto a Juan, llamado el Bautista. Herodes lo hizo<br />

matar, a pesar de ser un hombre justo que predicaba la práctica<br />

de la virtud, incitando a vivir con justicia mutua y con piedad<br />

hacia Dios, invitándoles a recibir juntos el bautismo (fian-<br />

TESTIMONIOS DIRECTOS 305<br />

TiOfiíó ovviévaí). Así, según él, el bautismo (rf¡v fiámioiv)<br />

sería agradable (a Dios); se servían de él no para hacerse perdonar<br />

ciertas faltas (jih em uvcov á/uagráócov jtagairijosi %Q(Ü-<br />

JUÉVCOV), sino para consagrar el cuerpo, con tal que previamente<br />

el alma hubiera sido purificada con la práctica de la justicia.<br />

(118) Hombres de todos lados se habían reunido con<br />

él, pues se entusiasmaban al oírlo hablar. Sin embargo, Herodes,<br />

temeroso de que su gran autoridad indujera a los subditos a<br />

rebelarse, pues el pueblo parecía estar dispuesto a seguir sus<br />

consejos, consideró más seguro, antes de que surgiera alguna<br />

novedad, quitarlo de en medio (áveÁelv), de lo contrario quizá<br />

tendría que arrepentirse más tarde. Es así como por estas sospechas<br />

de Herodes fue encarcelado y enviado a la fortaleza de<br />

Maqueronte, de la que hemos hablado antes, y allí fue muerto<br />

(xTÍvvvxaí). Los judíos creían que la derrota del ejército fue<br />

cosa de Dios, que quiso castigar a Herodes por haberlo condenado.<br />

El rey Aretas, del que habla el texto, es el mismo que<br />

menciona el apóstol Pablo en 2Cor 11,32 a propósito de su<br />

fuga de Damasco (ciudad sobre la que hacía valer su influencia<br />

en los años 30, quizá a través de alguna tribu local). Se trata<br />

de Aretas IV, rey de los nabateos (con capital en Petra) del<br />

9 a.C. al 40 d.C, precisamente el periodo más floreciente de<br />

dicho reino (autónomo desde el siglo III a. C. hasta Trajano);<br />

conservamos inscripciones y monedas suyas (cf. Shürer, I,<br />

pp. 690-704).<br />

La noticia del matrimonio de Herodes Antipas con una hija<br />

(de nombre desconocido) de Aretas es novedosa respecto a lo<br />

que sabemos por los evangelios. Por contra, queda confirmado<br />

el dato del matrimonio con su cuñada (y sobrina) Herodías (cf.<br />

Mt 14,3s; Me 6,17s; Le 3,19), que tenía ya una hija llamada<br />

Salomé (cf. Fl. Jos., Ant. 18,136s); esponsales que, según la<br />

ley mosaica, eran ilícitos, dado que su hermano estaba aún vivo<br />

(cf. la explícita prohibición en Lv 18,16; 20,21). Pero aquí el<br />

testimonio de Flavio Josefo sobre el fin violento del Bautista<br />

es diverso al que nos dan los sinópticos. Estos consideran que<br />

la condena fue provocada por los reproches contra la irregular<br />

situación matrimonial entre Herodes y Herodías; Josefo aduce

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