ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10
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302 <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />
acusativo de segunda persona singular («te ordeno», en lugar<br />
de «os ordeno»); la consecuencia es que la carta de Claudio<br />
supondría ya finalizado el mandato de Galión y que, entonces,<br />
estaría dirigida a su sucesor. Pero la construcción griega de la<br />
frase no admite un acusativo, en todo caso exigiría un dativo<br />
(no aé sino ooí ¿vréXÁofiai); además, sería sorprendente<br />
la mención de un «procónsul» (Galión en este caso) que no<br />
ocupara ya el cargo.<br />
d) Será útil reproducir también el texto de una inscripción<br />
griega del siglo I d.C, descubierta en Jerusalén en 1871, que<br />
prohibe a los paganos el ingreso en el recinto sacro del templo<br />
bajo pena de muerte.<br />
135. Inscripción del Templo herodiano (OGIS 598 = CH 1400)<br />
Ningún extranjero (áXXoyevrj) penetre más allá de la balaustra<br />
y del recinto (rovcpáxrov xcti KEQifióXov) que circunda ,el<br />
hierón [= zona del templo que seguía al patio de los gentiles];<br />
quienquiera que fuere sorprendido (en flagrante) será culpable<br />
de su propia muerte.<br />
De esta inscripción tenemos conocimiento asimismo por<br />
Flavio Josefo, si bien no nos ofrece el texto (cf. Ant. 15,417;<br />
Bell. 5,193-194). Su interés de cara al NT es doble. En primer<br />
lugar, estamos ante la única excepción a la práctica romana de<br />
reservarse la pena capital (cf. Bell. 6,126), dado que sólo el<br />
prefecto (o procurador) podía disponer del ius gladii, tal y<br />
como confirman los relatos evangélicos de la pasión de Jesús<br />
(cf. Jn 18,31); en este caso, no obstante, no se trataba de un<br />
auténtico proceso, ya que el reo quedaba abandonado al linchamiento<br />
de la multitud. Ilustra además, en segundo lugar, el<br />
caso de Pablo en Hch 21,27-32: el apóstol, acusado de haber<br />
introducido en el templo a un pagano (un tal Trófimo de Éfeso),<br />
cayó en manos de la gente allí presente, y se salvó gracias a<br />
la pronta intervención del tribuno romano que lo arrestó (año<br />
58; ¿o quizá el 53?).<br />
B. LITERATURA JUDAICA<br />
Y SIRO-PALESTINENSE<br />
TESTIMONIOS DIRECTOS 303<br />
Dando paso a los textos literarios, tenemos la fortuna de<br />
encontrar noticias explícitas respecto a algunos personajes relevantes<br />
del NT, del propio Jesús incluso. A decir verdad, dichos<br />
testimonios no son numerosos, pero por eso mismo tanto más<br />
dignos de atención.<br />
Contamos, en primer lugar, con textos de la literatura judía<br />
que hablan de Jesús o del cristianismo naciente. Podemos<br />
clasificarlos en dos grupos: por un lado está el historiador Flavio<br />
Josefo, quien en el amplio fresco que nos ofrece de la historia<br />
de su pueblo, titulado Antigüedades judías (abrev. Ant.), compuesto<br />
en Roma a fines del siglo I, no se priva de hacer<br />
referencia al Bautista, a Jesús y a Santiago (el menor); por<br />
otro, están los escritos rabínicos, que aun no siendo de género<br />
historiográfico, sino normativo (halaká) o edificante (haggadá)<br />
y dirigidos a la vida interna de la comunidad judaica, ofrecen,<br />
sin embargo, algún que otro indicio sobre los comienzos del<br />
nuevo movimiento, que desde su punto de vista aparece como<br />
una secta heteredoxa 5 .<br />
a) El primer texto en el que nos vamos a detener es el<br />
testimonio que da Flavio Josefo sobre la figura del Bautista; el<br />
personaje aparece encuadrado en el contexto de vicisitudes<br />
históricas no mencionadas en los evangelios, pero que a los<br />
ojos del historiador hebreo justifican su mención.<br />
136. Juan Bautista (Fl. Jos., Ant. 18,<strong>10</strong>9-119) 6<br />
(<strong>10</strong>9) Por este tiempo surgieron disensiones entre Aretas, el rey<br />
de Petra y Herodes (Antipas), por el siguiente motivo: Herodes,<br />
el tetrarca casóse con la hija de Aretas, y vivió con ella durante<br />
mucho tiempo. En viaje a Roma, fue a visitar a su hermano<br />
5. Cf. H. Cazelles, Naissance de l'Église. Secte juive rejétée?, Paris 1968.<br />
6. *Cf. Antigüedades... III, pp. 239-241.