ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10
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312 <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />
140. TB Sanhedrín 43a (sobre la muerte de Jesús); las palabras<br />
entre paréntesis aparecen sólo en algunos manuscritos 12 .<br />
Fue transmitido: En la vigilia (del §abbat y) de la pascua se<br />
colgó a Jesús (han-nósri = el nazareno). Un heraldo durante<br />
cuarenta días fue gritando a tal efecto: «Él (Jésü han-nósri) sale<br />
para ser lapidado, porque ha practicado la magia y ha instigado<br />
[hissít] y desviado [hiddfh] a Israel. Cualquiera que sea sabedor<br />
de algo en su descargo venga y lo haga público». Pero no<br />
encontraron disculpa alguna a su favor, y lo colgaron la vigilia<br />
(del sabbat y) de la pascua.<br />
Ulla [un rabino del siglo IV] decía: «¿Crees que él (Jésü hannósri)<br />
fue un tipo del que cabría esperar tuviera alguna disculpa?<br />
Fue, antes bien, un mesít [uno que induce a la idolatría] y el<br />
Misericordioso ha dicho: ¡No debes tener misericordia de él y<br />
encubrir su culpa! [Dt 13,9]». Con Jésü fue diferente, porque<br />
él estaba próximo al reino [malküt].<br />
A decir verdad, algunos investigadores identificaron al Jésü<br />
de este texto con el personaje del mismo nombre mencionado<br />
en un párrafo ulterior de dicho tratado talmúdico (Sanh. <strong>10</strong>7b),<br />
un discípulo rabínico apóstata que vivió hacia el año <strong>10</strong>0 a.C.<br />
Pero la crítica interna de los textos respectivos ha inducido,<br />
incluso a investigadores judíos (como J. Klausner), a ver en el<br />
caso que nos ocupa a Jesús de Nazaret. A tal propósito, el<br />
dato más interesante, en la medida en que concuerda literalmente<br />
con los evangelios, es el situar la ejecución de Jésü (=<br />
abreviatura de Jesüa c ) en la vigilia de la pascua, que por más<br />
señas caía aquel año en sábado (cf. Jn 19,14.31). Se muestran<br />
en cambio teñidos de polémica los dos cargos de acusación<br />
(magia e inducción a la apostasía). Cargos que, por un lado,<br />
connotan al menos parcialemnte la actitud de las autoridades<br />
12. La versión tiene presente la ofrecida por J. Maier, Jesús von Nazareth<br />
in der talmudischen Überlieferung, Darmstadt 1978, pp. 219-220; el a. refuta<br />
el valor histórico del pasaje talmúdico (véase la recensión crítica del volumen<br />
en D. Goldenberg, Once More: Jesús in the Talmud, Jew Quart Rev 73, 1982,<br />
78-86), mientras que es admitido por J. Blinzler, // processo di Gesú, Brescia<br />
1966, pp. 33-36.<br />
TESTIMONIOS DIRECTOS 313<br />
judías del siglo I (cf. el juicio de los fariseos en Mt 12,24 sobre<br />
la conexión milagros-Belzebú; así como la acusación ante Pilato<br />
de «alborotar al pueblo» en Le 23,2), y por otro, reflejan la<br />
progresiva e irreconciliable oposición entre hebraísmo y cristianismo.<br />
Lo que sí carece de todo valor es la noticia de un<br />
bando promulgado durante cuarenta días con el fin de ofrecer<br />
una posibilidad de defensa; cabe ver aquí la respuesta de la<br />
apologética judía a la presentación cristiana de la pasión de<br />
Jesús, en la que se describe un proceso llevado a toda prisa y<br />
falto de testimonios a favor del inculpado. Es interesante, por<br />
último, el uso del verbo «colgar» para designar la ejecución;<br />
esta perífrasis de «crucificar» aparece también en el NT (cf.<br />
Hch <strong>10</strong>,39; Gal 3,13; ver asimismo Le 23,39) y se explica a la<br />
luz de Dt 21,23 (cf. igualmente Fl. Jos., Bell. 7,202). En cuanto<br />
a la divergencia entre dicha pena y la promulgada por el heraldo<br />
(= lapidación), se podría explicar reconociendo en este texto<br />
un intento por concordar la verdad histórica de la crucifixión<br />
(= pena romana) con la idea de un proceso puramente judío.<br />
Otro pasaje no menos interesante lo leemos en el Talmud<br />
palestinense.<br />
141. TP Ta'anh 11,1 (65b) 13<br />
Abbahu decía: «Si alguien te dice "Yo soy Dios ('ani 'él)", ése<br />
es un mentiroso; (si te dice) "Yo soy el hijo del hombre ('ani<br />
ben-adám)", a la postre deberá arrepentirse de ello; (si te dice)<br />
"Yo ascenderé al cielo", lo dice y no lo puede hacer».<br />
El nombre «Abbahu» corresponde a un rabino de Cesárea<br />
del período amoraítico que vivió en el siglo III. El pronombre<br />
indefinido «alguien» evita mencionar a un personaje determinado,<br />
quizá para condenar con el mero anonimato las inadmisibles<br />
y hasta blasfemas pretensiones elencadas. Aun así, no<br />
resulta difícil vislumbrar aquí una alusión al caso de Jesús de<br />
13. Cf. J. Maier, o.c, p. 77.