ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10
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248 <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />
entretenimiento» 9 , dado el carácter aventurero del protagonista<br />
(y el propio título original Tá ég xóv Tvavéa 'AnolXáviov<br />
se antoja semejante a los de la producción novelesca). A continuación<br />
ofrecemos solamente el inicio de la obra, que contiene<br />
obsevaciones metodológicas, después el relato de un milagro,<br />
para concluir con la descripción de la muerte milagrosa de<br />
Apolonio.<br />
111. Filóstrato, Vida de Apolonio de Tiana passim <strong>10</strong><br />
(12) Por consiguiente, me parece que no debo ver con indiferencia<br />
la ignorancia de la gente, sino dar una visión exacta de ese<br />
hombre en los momentos en los que dijo o hizo cada cosa y<br />
las particularidades de su sabiduría por las que acabó por ser<br />
considerado sobrenatural y divino. He recogido la información,<br />
en parte de cuantas ciudades lo amaban, en parte de cuantos<br />
templos se vieron restaurados por él cuando ya habían caído en<br />
desuso sus ritos, en parte de lo que dijeron otros acerca de él,<br />
en parte de sus propias cartas... Fue Damis un hombre en modo<br />
alguno ignorante, que vivió en tiempos de la antigua Nínive.<br />
Éste, unido a Apolonio en su quehacer intelectual, hizo un relato<br />
de sus viajes, en los que afirmaba haber tomado parte él mismo,<br />
así como de sus opiniones, discursos y de cuanto dijo como<br />
profecía...<br />
(IV 45) Otro milagro de Apolonio. A una muchacha se la dio<br />
por muerta en el momento de su boda. El novio acompañaba<br />
las andas con las lamentaciones propias de una boda no consumada.<br />
Se lamentaba con él también Roma, pues sucedía que<br />
la muchacha era de una familia de rango consular. Así pues,<br />
Apolonio, que se hallaba casualmente presente en el duelo, dijo:<br />
«Poned las andas en el suelo, pues os haré cesar del llanto por<br />
la muchacha» E inmediatamente preguntó qué nombre tenía. La<br />
gente pensaba que pronunciaría un discurso, como los discursos<br />
funerarios y que mueven al llanto. Pero él, sin más que tocarla<br />
y decirle algo en secreto, despertó a la muchacha de su muerte<br />
9. D. del Corno, «Introducción» a: FILÓSTRATO, Vita di Apollonio di Tiana,<br />
Milano 1978, p. 25.<br />
<strong>10</strong>. *Cf. supra: nota 28 del cap. 2 de la Primera Parte.<br />
PARANGÓN LITERARIO 249<br />
aparente. La joven recobró el habla y volvió a la casa de su<br />
padre, como Alcestis, vuelta a la vida por Heracles. Al regalarle<br />
los allegados de la muchacha quince mil 11 sestercios, dijo que<br />
se los daba como dote a la joven. Sea que descubrió en ella<br />
una chispa de vida que se les había escapado a quienes la<br />
cuidaban (se dice que Zeus hacía lloviznar y que ella despedía<br />
vapor por su cara), sea que a una vida que se había extinguido<br />
le había devuelto el calor y reanimado, la comprensión de esto<br />
se ha vuelto misteriosa, no sólo para mí, sino también para los<br />
que se hallaban presentes...<br />
(VIH 29)... Acerca de la forma en que murió, si es que murió,<br />
son muchas las versiones... (30) Unos dicen que murió en Éfeso,<br />
cuidado por dos criadas... Otros dicen que murió en Creta...<br />
A media noche se desató [de los cepos con los que había sido<br />
encadenado] y, tras llamar a quienes lo habían atado, para que<br />
no quedara sin testigos su acción, echó a correr hacia las puertas<br />
del templo y éstas se abrieron, y al entrar él, las puertas volvieron<br />
a su sitio, como si las hubieran cerrado, y que se oyó un griterío<br />
de muchachas que cantaban, y su canto era: «Marcha de la<br />
tierra, marcha al cielo, marcha».<br />
Por lo que respecta al supuesto manuscrito de Damis, hoy<br />
se considera que corresponde a la ficción del anónimo manzoniano.<br />
La resurrección de la niña romana cabe compararla con la<br />
de la hija de Jairo (en Me 5,22-24.35-43), teniendo en cuenta<br />
la diversa atmósfera espiritual, que viene marcada ya por la<br />
diversidad de perspectivas de cada escritor.<br />
La descripción de la muerte de Apolonio pertenece al género<br />
literario del «rapto» y, en sustancia, el hecho consiste en una<br />
glorificación directa; la distancia con respecto a los evangelios,<br />
que insisten en cambio en la muerte ignominiosa de Jesús, es,<br />
pues, enorme 12 .<br />
11. *La versión de A. Bernabé Pajares habla de ciento cincuenta mil<br />
sestercios.<br />
12. Con todo, el anuncio de la muerte redentora de Jesús no era muy ajeno<br />
a la mentalidad grecorromana de la época: cf. la amplia documentación ofrecida<br />
por M. Hengel, Crocifissione ed espiazione, BCR 52, Brescia 1988, pp. 133-<br />
177.