ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10
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340 <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />
156. Luciano, De ¡norte Peregr. 11.13.16 35<br />
(11) Fue precisamente entonces cuando (Proteo) conoció la<br />
admirable doctrina de los cristianos (xr¡v -&avfiaoxr¡v oocpíav<br />
Ttov yQioxiavibv), al encontrarse en Palestina con sus sacerdotes<br />
y escribas (role, ÍEQSVOIV xal ygafx/uaxEvoiv aixíbv). Y<br />
¿qué creéis que pasó? En poco tiempo los hizo parecer como<br />
niños descubriendo que él era únicamente el profeta (nQocprjxng),<br />
maestro del culto (•&iaoágxr¡g), conductor de sus reuniones<br />
(ovvayojyevq), todo en suma. Interpretaba y explicaba una parte<br />
de los libros sagrados, muchos los escribió él mismo. En resumen,<br />
lo tenían como a un ser divino, lo utilizaban como legislador<br />
y le daban el título de jefe (jigooxáxng). Después, por cierto,<br />
de aquel hombre a quien siguen adorando, que fue crucificado<br />
en Palestina (áv&gwjiov xbv év xfj TlaXaioxívy ávaoxokomoftévxa)<br />
por haber introducido esta nueva religión en la vida<br />
de los hombres.<br />
(12) ... [Proteo es encarcelado y los cristianos «movieron cielo<br />
y tierra para conseguir su libertad»]...<br />
(13) Más aún, hasta desde algunas ciudades de Asia llegaron<br />
enviados por las comunidades cristianas (xibv %gioxiav(bv)<br />
para ayudar, defender judicialmente y consolar a nuestro hombre.<br />
Y es que se manifiesta un interés increíble cada vez que se hace<br />
público un suceso de este tipo. Para decirlo en pocas palabras,<br />
renuncian a todo. Y efectivamente, también entonces fue a parar<br />
a manos de Peregrino, con el pretexto de su misión, mucho<br />
dinero procedente de esta gente y con ello se consiguió una<br />
aportación más importante. Ocurre que los infelices (oí xaxodaífioveg)<br />
están convencidos de que serán totalmente inmortales,<br />
y que vivirán eternamente, por lo que desprecian la muerte<br />
e incluso muchos de ellos se entregan a ella voluntariamente.<br />
Además, su primer legislador (vo¡uo$£xng) les convenció de<br />
que todos eran hermanos (á>g ádekcpol jiávxeg elev áXXr]-<br />
XCDV) y así, tan pronto como incurren en este delito, reniegan<br />
de los dioses griegos y en cambio adoran a aquel sofista cru-<br />
35. "Traducción de J. Zaragoza Botella en: LUCIANO, Obras, III, Madrid<br />
1990, pp. 255s.257s.<br />
cificado (xbv óe ávEOxoXojiiOfiévov éxelvov oocpioxrjv)<br />
y viven de acuerdo con sus preceptos. Por ello desprecian igual<br />
todos los bienes, que consideran de la comunidad (xal xoiva<br />
fjyovvxai), aunque admiten estos principios sin una total certidumbre<br />
(ávev XLVOC, áxgijiovc; níoxecag xa xotavxa<br />
jtagade^á/^evoi), pues si se les presenta un mago cualquiera,<br />
un hechicero o un individuo que sepa aprovecharse de las<br />
circunstancias, se hace rico en muy poco tiempo y deja con la<br />
boca abierta a esos hombres tan simples.<br />
(14-15)... [Vuelto a casa el parricida, cedió públicamente todos<br />
sus bienes al pueblo, para doblegar las iras de sus paisanos, y<br />
así se ganó sus simpatías]...<br />
(16) Salió pues por segunda vez a recorrer el mundo, con los<br />
cristianos (xovg igioxiavovg) como único viático, gracias a<br />
cuya protección no carecía de nada. Así vivió algún tiempo;<br />
pero más tarde, por haber cometido alguna falta contra ellos<br />
—se le vio al parecer comiendo alimentos prohibidos—, se encontró<br />
desamparado al no facilitar ellos ninguna ayuda y pensó que<br />
no tenía más remedio que retractarse y reclamar los bienes a su<br />
ciudad [Pero no obtuvo nada].<br />
El pasaje entero, como puede apreciarse, se centra en la<br />
astucia del protagonista y en la consiguiente e irrisoria ingenuidad<br />
de los cristianos, que queda atenuada al final, aunque<br />
tardíamente, al darse cuenta de con quién estaban tratando.<br />
El motivo de semejante credulidad por parte de los cristianos,<br />
según Luciano, parece ser doble: por una lado, la absoluta<br />
adhesión de los cristianos a las enseñanzas de su «legislador»;<br />
por otro, el principio coherentemente llevado a la práctica de<br />
una fraternidad que llega a poner en común los propios bienes.<br />
Y no es difícil ver detrás de esos epítetos de «infelices» y<br />
«simples» la total incomprensión de Luciano ante un comportamiento<br />
altruista (exagerado probablemente, como tal vez toda<br />
la historia de Peregrino), que no pertenecía a los esquemas<br />
corrientes de la moral antigua y que, por eso mismo, debía de<br />
parecer un comportamiento loco, especialmente a un mordaz<br />
y empedernido burlón como Luciano. A decir verdad, el ideal<br />
de una total comunión entre los amigos ya había sido formulado<br />
por Platón (Rep. 4,424a) en una frase, xoiva xa cpílwv =