ORÍGENES DEL CRISTIANISMO - 10
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218 <strong>ORÍGENES</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong><br />
Cristo, con su revelación rasgó la cortina de la ignorancia y<br />
del olvido, custodiada por potencias malvadas, y permitió a los<br />
hombres su reintegración en la luz superior (cf. ib. <strong>10</strong>1,<strong>10</strong>-15;<br />
<strong>10</strong>8,8-<strong>10</strong>; BG 121,13 - 122,8), favoreciendo así el retorno al<br />
Padre ingénito y su ensamblaje en la unidad primordial (cf.<br />
NHC III 117,1-11) como «hijos de la luz» (ib. 119,6).<br />
El escrito de El venerable Eugnostos, por su lado, ofrece<br />
una versión más sobria y verosímilmente carente de influencias<br />
cristianas. Se considera que este texto es más fiel al original.<br />
Pretende demostrar la existencia de una región celeste e invisible<br />
que está más allá del mundo visible. Condena explícitamente<br />
las opiniones de los filósofos, de las que dice que «ninguna es<br />
verdadera» (NHC III 70,8-71,1). Y así expone «otro punto de<br />
vista para confesar al Dios de la verdad»; «quien así obra es<br />
un inmortal en medio de hombres mortales» (ib. 71,5-14). Sigue<br />
la solemne definición del inefable, ingénito, incorruptible (etc.)<br />
«Padre del universo» o «Autopadre». De él emana una imagen<br />
andrógina: el hombre inmortal que es «hermano y consorte»<br />
(ib. 77,6) de la omnisciente generatriz Sophía (llamada también<br />
«Silencio»: 88,7-<strong>10</strong>). De donde deriva aún un hijo andrógino;<br />
el Hijo del Hombre con su consorte Sophía. A su vez, ellos<br />
tienen una descendencia andrógina: el Salvador y Pistis Sophía<br />
(cf. ib. 81,21 - 82,9). Se escalonan a continuación otros seres<br />
andróginos hasta el número de 360, que constituyen el tipo y<br />
figura tanto de los días del año (cf. 84,1-7) como de otros<br />
tantos cielos o firmamentos (cf. 84,20 - 85,5). Contempla asimismo<br />
una escala de seres descendientes del Hombre Inmortal:<br />
dioses, señores, arcángeles, ángeles. La soteriología pura y<br />
propiamente dicha no está desarrollada, pero el contenido del<br />
escrito es simplemente una revelación salvífica. Termina del<br />
siguiente modo: «Estas cosas os las he dicho para que las podáis<br />
acoger, hasta que aquel que no precisa ser instruido sea revelado<br />
en medio de vosotros y os diga todas estas cosas gozosamente<br />
y con puro conocimiento» (90,6-11). De cualquier modo, es<br />
claro que los «gnósticos» tienen su origen y su verdadera morada<br />
junto al «Padre ingénito». De hecho es fundamental el principio<br />
según el cual «todo aquel que es generado perecerá» (71,20-<br />
LA TENTACIÓN GNÓSTICA 219<br />
21), mientras que «todo lo que ha venido de la incorruptibilidad<br />
es imperecedero» (73, 23-74,ls).<br />
B. TEXTOS GNÓSTICOS CRISTIANOS<br />
La documentación directa de los escritos gnósticos cristianos<br />
reviste también grandísimo interés. Dichos escritos son en esencia<br />
los manuscritos coptos de Nag Hammadi, descubiertos en<br />
el medio Egipto a partir de diciembre de 1945. Se trata de<br />
traducciones hechas en el siglo IV a partir de precedentes<br />
originales griegos. De éstos, algunos puede que se remonten a<br />
mediados del siglo II, como el «Evangelio de Tomás» y el<br />
denominado «Apokryphon de Juan».<br />
El «Evangelio de Tomás» contiene sólo palabras de Jesús<br />
(= 114 dichos), de las que casi la mitad pertenecen a la tradición<br />
de los evangelios sinópticos o al material de la fuente «Q»,<br />
pero generalmente conforme a una redacción diversa. Resalta,<br />
pues, la antigüedad del texto y en particular su valor de cara<br />
a un estudio comparativo con los evangelios canónicos.<br />
Elementos gnósticos que lo caracterizan son: el conocimiento<br />
como medio de salvación, mediado éste por las palabras de<br />
Jesús (de su muerte no se habla en absoluto, salvo en el logion<br />
65, pero en parábola y sin referencia soteriológica alguna; cf.<br />
también log. 55), el anticosmismo, el antisexualismo encratita,<br />
el concepto de que son pocos los elegidos.<br />
<strong>10</strong>2. Del «Evangelio de Tomás» (NHC II 32,<strong>10</strong>-51,28) passim 6<br />
Estas son las palabras ocultas que dijo Jesús el viviente y que<br />
ha escrito el «mellizo», Judas Tomás:<br />
6. *Traducción de M. Alcalá, El Evangelio copto de Tomás. Palabras ocultas<br />
de Jesús, Salamanca 1989.