13.05.2013 Views

Por qué amamos – Helen Fisher

Por qué amamos – Helen Fisher

Por qué amamos – Helen Fisher

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

HEI£N FISHER<br />

«encadenar este éxtasis. Tendemos a elegir a los que se encuentran a<br />

nuestro alrededor 4 . La situación fue elegantemente expresada por<br />

Terry, un canadiense que recientemente me escribió el siguiente<br />

mensaje de correo electrónico:<br />

Estimada Dra. <strong>Fisher</strong>,<br />

Cuando estaba en la edad de «salir», tenía ciertas expectativas so­<br />

bre la mujer con la que me casaría. Tenía que ser, así, asá y <strong>qué</strong> sé yo.<br />

Y, mientras, estaba ignorando a una mujer bella, cariñosa y generosa,<br />

con unos objetivos vitales maravillosos ¡que vivía literalmente en el pa­<br />

tio de atrás de mi casa! Ella no cumplía ninguna de mis «expectativas»<br />

pero empezamos a salir, vivimos juntos, nos enamoramos y nos casa­<br />

mos un año más tarde. De eso hace quince años y nuestra relación ha<br />

crecido tremendamente y sigue creciendo cada día. Creo que lo que<br />

quiero decir es que tenemos que pararnos y mirar a nuestro alrededor.<br />

No analizar cada detalle. Puede que nuestra alma gemela esté más cer­<br />

ca de lo que pensamos:)<br />

Hay muchas otras fuerzas ocultas que juegan un papel importan­<br />

te a la hora de elegir a una persona. Entre ellas, el misterio.<br />

MISTERIO<br />

Ambos sexos se sienten a menudo atraídos por alguien a quien<br />

encuentran misterioso. Como escribió Baudelaire, «<strong>amamos</strong> a las<br />

mujeres en la medida en que nos resultan extrañas». La sensación<br />

de dar por pura suerte con un tesoro escurridizo e improbable pue­<br />

de desencadenar la pasión romántica.<br />

Lo contrario también es cierto. La familiaridad puede amortiguar<br />

los pensamientos del amor romántico, como muestra la vida en un<br />

kibutz israelí. Allí los niños crecían juntos en una casa común en la<br />

que vivían, dormían y se bañaban juntos, con otros jóvenes de to­<br />

das las edades. Los chicos y chicas se tocaban y se tumbaban juntos<br />

alegremente. Sin embargo, alrededor de los doce años, empeza­<br />

ban a estar tensos unos con otros. Cuando llegaban a la adolescen­<br />

cia, desarrollaban unos fuertes lazos fraternales entre hermanos y<br />

121

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!