13.05.2013 Views

Por qué amamos – Helen Fisher

Por qué amamos – Helen Fisher

Por qué amamos – Helen Fisher

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

I Holmes 1997.<br />

2 Whittierl998, p. 41.<br />

3 Hamilll996, p. 13.<br />

4 Yutangl954, p. 72.<br />

5 Wolksteinl991,p,153.<br />

HELEN FISHER<br />

8<br />

CONTROLAR LA PASIÓN<br />

6 Peele 1975, 1988; Carnes 1983; Halpern 1982; Tennov 1979; Hunter<br />

et al. 1981; Uebowitz 1983; Mellody et al. 1992; Griffin-Shelley 1991;<br />

Schaef 1989; Findling 1999. Dado que los científicos informan de que<br />

muchos aspectos de la personalidad tienen una base genética, sospecho<br />

que los sentimientos del amor romántico también tienen una impronta<br />

genética; dicho brevemente: diferentes personas sienten esta pasión en<br />

diferentes grados, con diferente intensidad y duración. En apoyo de esta<br />

hipótesis, existen siete formas de trastorno amoroso. Algunas personas<br />

son incapaces de enamorarse {Tennov 1979). Se casan y construyen una<br />

relación feliz y duradera pero dicen que nunca han sentido la pasión del<br />

amor romántico. Otros son «yonquis del amor». Son tan adictos a esta ex­<br />

citación que no pueden mantener una relación a largo plazo; cuando la<br />

pasión va desapareciendo, van en busca del siguiente «colocón» románti­<br />

co (Liebowitz 1983). De hecho el psiquiatra Donald Klein identificó una<br />

forma de depresión recurrente que sufren algunos de estos yonquis: la<br />

disforia histeroide. Cuando esta desastrosa relación amorosa empieza a<br />

desarrollarse, el amante sufre unos acusados cambios de humor (Liebo­<br />

witz 1983). Otros padecen lo que los psicólogos llaman el síndrome Cle-<br />

rambault-Kandinsky (CKS) o erotomanía. En este caso, el amante obsesio­<br />

nado ni siquiera conoce al amado (a menudo se trata de alguna persona<br />

famosa) y sin embargo delira pensando que dicha persona está enamora­<br />

da de él (Zona et al. 1993; Rosenthal 2002).<br />

7 Leshner 1997; Rosenthal 2002.<br />

s BartelsyZeki 2000.<br />

9 Regisl995.<br />

10 AIarcon 1992, p. 85.<br />

II Thayer 1996; Rosenthal 2002.<br />

12 Rosenthal 2002.<br />

l s Kolata 2002.<br />

285

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!