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Por qué amamos – Helen Fisher

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HELEN FLSHER<br />

sistemas cerebrales orientados a la planificación y la persecución<br />

de una necesidad o un deseo específicos. Ynuestro colega, Art Aron,<br />

estaba entusiasmado con la idea de que el amor romántico no fue­<br />

ra una emoción, sino un sistema de motivación diseñado para per­<br />

mitir a los pretendientes construir y mantener una relación íntima<br />

con una pareja determinada que prefiere sobre las demás 38 .<br />

De hecho, el interés que mostraba Art por esta idea fue el motivo<br />

de que iniciáramos nuestro proyecto del escáner cerebral partien­<br />

do de dos hipótesis: la mía de que el amor romántico está asociado a<br />

la dopamina y/u otros neirrotransmisores cerebrales estrechamente<br />

relacionados con ella, y la teoría de Art de que el amor romántico,<br />

más que una emoción, es principalmente un sistema de motivación,<br />

Al final, nuestros resultados sugieren que ambas hipótesis son<br />

correctas. El amor romántico parece estar asociado con la dopami­<br />

na. Ydado que la pasión emana del núcleo caudado, la motivación<br />

y las conductas orientadas a un objetivo resultan implicadas.<br />

En efecto, estos resultados me llevaron a una consideración aún<br />

más amplia: llegué a la conclusión de que el amor romántico es un<br />

sistema de motivación fundamental del cerebro, en resumen, un<br />

impulso básico del emparejamiento humano.<br />

El neurólogo Don Pfaff define el impulso como un estado neural<br />

que activa y dirige una conducta con el fin de satisfacer una necesi­<br />

dad biológica determinada de sobrevivir o reproducirse 39 . Existen<br />

muchos impulsos que forman parte de un continuum. Algunos,<br />

como la sed o la necesidad de calentarse, no cesan hasta que no se<br />

satisfacen. El impulso sexual, el hambre y el instinto maternal, sin<br />

embargo, a menudo pueden reorientarse e incluso acallarse con<br />

tiempo y esfuerzo. Creo que la experiencia de enamorarse se en­<br />

cuentra en algún punto de este continuum.<br />

En primer lugar, la atracción romántica es tenaz, como todos los<br />

impulsos, y resulta muy difícil hacerla desaparecer. Las emociones,<br />

sin embargo, vienen y van: puedes estar feliz por la mañana y enfa­<br />

dado por la tarde.<br />

También al igual que los impulsos, el amor romántico se centra<br />

en una recompensa específica: el ser amado, de la misma manera<br />

que el hambre se centra en la comida. Las emociones, como por<br />

ejemplo el asco, van unidas a una inmensa diversidad de objetos e<br />

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