13.05.2013 Views

Por qué amamos – Helen Fisher

Por qué amamos – Helen Fisher

Por qué amamos – Helen Fisher

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

HELEN FISHER<br />

De todas las leyendas sobre delitos de agresiones protagoniza­<br />

dos por mujeres, la más impactante para mí es la de Medea, la prin­<br />

cesa de la antigua Cólquide. Según contaba el dramaturgo griego<br />

Eurípides en el siglo v antes de Cristo, Medea estaba «loca de amor<br />

por Jasón», un griego 92 . Para ayudarle en su intento de recuperar<br />

el vellocino de oro, Medea traicionó a su padre, enfrentó a sus her­<br />

manas contra su hermano haciendo que le dieran muerte y aban­<br />

donó su tierra natal. Entonces Medea viajó con Jasón hasta Corinto<br />

para establecerse allí junto a él y sus dos hijos. <strong>Por</strong> desgracia, el am­<br />

bicioso Jasón la abandonó para casarse con la hija de Creonte, rey<br />

de Corinto. Como dice de Medea la niñera de sus hijos, «Yace ella<br />

sin probar bocado, abandonando su cuerpo a los dolores, consu­<br />

miéndose en lágrimas todo el tiempo» 93 *. Finalmente, la atormen­<br />

tada Medea envía a la nueva esposa de Jasón un regalo de boda, un<br />

vestido emponzoñado que se enciende en llamas provocando la<br />

muerte a la princesa corintia y a su padre, el rey. Pero Medea toda­<br />

vía no ha terminado con Jasón, pues también mata a sus dos hijos.<br />

En realidad, Medea estaba asesinando a los genes vivos de Jasón y<br />

destruyendo su futuro reproductivo.<br />

Al igual que el amor, el odio es ciego; para algunos, ninguna for­<br />

ma de violencia es demasiado extrema. Y esta violencia es genera­<br />

da, al menos en parte, por la química del cerebro. Recordemos que<br />

cuando los amantes sufren por primera vez el rechazo, al principio<br />

protestan, una reacción que va acompañada de unos niveles eleva­<br />

dos de dopamina y norepinefrina. Estos altos niveles de estimulan­<br />

tes naturales probablemente facilitan al acosador, al maltratador o<br />

al asesino una atención concentrada y una energía desmedida. <strong>Por</strong><br />

otra parte, el aumento de los niveles de dopamina a menudo redu­<br />

ce los niveles de serotonina en el cerebro. Y los bajos niveles de se¬<br />

rotonina están asociados con una violencia impulsiva hacia otras<br />

personas 94 .<br />

<strong>Por</strong> supuesto, los acosadores y los asesinos son responsables de<br />

sus crímenes pasionales. No en vano hemos desarrollado unos me­<br />

canismos cerebrales muy sofisticados para controlar nuestros im-<br />

* Eurípides, Alcestis, Medea, Hipólito, Alianza, Madrid, 1999. (N. de la T.)<br />

201

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!