You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
ajar y pisar la blanda superfi cie, los triángulos de diamante<br />
negro que cada emisario llevaba en la cintura se adhirieron<br />
confortablemente a cada pie, en tanto formaban un amplio<br />
tejido en forma de canasta plana. Asimismo, los bastones<br />
crecieron hasta el tamaño exacto que cada emisario ocupaba<br />
para impulsarse con la mayor facilidad y con el menor<br />
esfuerzo posible. Di los primeros pasos y ellos me imitaron.<br />
Al caminar entre la nieve sintieron ligeras cosquillas que<br />
los hicieron llenarse de admiración y asombro. Una risa<br />
luminosa invadió el frío.<br />
Avanzamos penosamente poco más que un día completo<br />
hasta que la caída de la nieve se convirtió en una tormenta.<br />
Mainar-Rotarú consultó el mapa de su medallón y señaló<br />
hacia una montaña no lejos. Al llegar hasta ahí el cansancio<br />
saltó sobre nosotros sin piedad, y tras éste venía el hambre.<br />
Lo que en principio nos pareció una rajadura, justo en la<br />
base del cerro, nos ofrecía el único respiro posible en la<br />
asfi xia de nieve. El estrecho acceso daba paso a una gran<br />
caverna donde los triángulos de diamante negro de sus<br />
pies y mis zapatos abandonaron la forma de canasta plana,<br />
acolchando cada pie y dándonos una vibración aterciopelada<br />
que nos relajó en minutos. Los bastones quedaron como si<br />
fueran parte de una manga holgada. Galax se internó en la<br />
cavidad.<br />
—Hay un túnel —dijo el guerrero al regresar, antes de<br />
indicarnos que era necesario dormir un poco.<br />
Al despertar escuché cómo Mainar-Rotarú indicaba que<br />
el mapa de los medallones señalaba que debíamos pasar<br />
por aquella montaña, siendo imposible volando, en vista de<br />
que la tormenta de nieve no hacía más que crecer.<br />
—Intentemos lo único que nos queda —interrumpí, y<br />
señalé el túnel.<br />
El mapa de mi medallón resplandeció, siendo<br />
interpretado por Gorgala como que internarse a través de<br />
la tripa de la montaña era un camino posible hacia nuestro<br />
destino. De inmediato, de las suelas de los triángulos de los<br />
hombres y mujeres pájaro, así como de mis botas, brotaron<br />
unas puntas de diamante que nos dieron una estabilidad<br />
única contra la congelada y resbaladiza superfi cie. Yo me<br />
101