Untitled - Editores Alambique

EL CAPITÁN DE ULTRAMAR
Vestía traje de seda azul, entretejido por un atardecer
frente al mar por el que pasaban nubes de escarcha
turquesa, plateadas y violetas. El sol arrollaba su
incandescencia de mermelada amarilla mientras, hacia el
fondo de la tela, la noche desplegaba su bufanda de luna.
Una fila de pelícanos apareció a la altura del pecho del
traje, planeando por las suaves olas, en busca de algún
pez distraído. Uno de los pájaros se zambulló para salir,
lento, hacia el chorro de sol que aún se mantenía brillando.
Algunas salpicaduras de mar mojaron mis zapatos.
Este es el primer recuerdo que tengo de aquel hombre
alto, delgado, de piel cobriza, pálido, enfundado en un traje
imposible, y que esperaba a la entrada de mi casa. De largo
y entrecano cabello, recogido con una trenza que le bajaba
desde la coronilla, el extraño visitante tenía incrustados
rasgados escarabajos en vez de ojos, profundamente
oscuros, los cuales chispeaban sobre una nariz más bien
pequeña y ancha. El bigote, combinado con una delgada
barba en forma de candado, rodeaba una boca pequeña,
de labios finos.
—Mi nombre es Liu Yuan —dijo con un tono que lo hacía
casi incomprensible.
En su traje, poco a poco los brillantes colores del sol
dieron paso a una media luna cuya plata se reflejó en el mar.
Cuando el runrún del oleaje hizo que la noche se abriera,
el vestido se volvió índigo brillante, haciendo resaltar las
puntadas de la leche de las estrellas, mientras el océano se
hacía un ovillo de espuma cada vez más tenue. Entonces,
el que decía llamarse Liu Yuan sonrió e intentó explicarme
que estaba ahí porque necesitaba encargarme un trabajo.
9