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Respondiendo a otro chasquido del patriarca, los seres<br />
blancuzcos comenzaron de nuevo a rodearnos con los ojos<br />
chispeantes de furia. Por nuestra parte, como nadie sabía<br />
bien qué hacer y Dangas necesitaba estudiar un poco más al<br />
clan de la pluma roja, ninguno se movió.<br />
Cepoe Seroye fi jó en aquel momento su atención en mí<br />
pero no como la primera vez, en que apenas y manifestó<br />
una mueca de mal humor, sino que ahora se relamió las<br />
comisuras, en tanto se sobó las manos, que más parecieron<br />
heridas.<br />
—¡Yava! ¡Yava! ¡Quen co humanois! —añadió como<br />
antesala a una mueca burlona, para luego dirigirse a los<br />
suyos, los cuales babearon al verme—. ¡Teste serr a elp<br />
postreis! —Y una cruel carcajada estalló.<br />
Después, el gusano rojo puso su atención en Mainar-<br />
Rotarú, ignorándome como quien sabe su presa demasiado<br />
fácil. Cepoe Seroye husmeó con fuerza en tanto<br />
contorsionaba su gordo tronco, tres veces a la derecha y<br />
tres veces a la izquierda.<br />
—¿Qué pretendes? —respondió Mainar-Rotarú, mirando<br />
al gusano con fi rmeza—. Por última vez te advierto que nos<br />
dejes pasar y nadie más saldrá herido o muerto.<br />
Esta vez Cepoe Seroye no se rió sino que más bien puso<br />
cara y gestos de niño regañado, muecas que los suyos<br />
imitaron sin siquiera volver a verlo. No dejaba de haber,<br />
pensé, una cierta admiración en aquella grotesca forma de<br />
representar los sentimientos de los demás.<br />
—“¡Naide mais saildrá hediro om uerto, ej!” —dijo el<br />
gusano rojo con impostadísima humildad—. ¡Quen co non<br />
teniniendo tiemp quen perdeirs!... ¡Agorrante! ¡Eres nuna<br />
agorrante! —agregó balanceándose a su derecha.<br />
—¡Temenos la misiones! —se contestó con burla al<br />
echarse a su izquierda, copiando los gestos que Mainar-<br />
Rotarú hizo cuando nos presentó—. ¡Temenos la misiones<br />
di llivar lois ouevus del a trubis! ¡Temenos quen salvorlos...<br />
temenos quen salvorlos...<br />
Se contorneó a la derecha para responderse, atacándose<br />
como si fuera la propia mujer pájaro.<br />
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