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EL PACTO PRIMERO<br />
Al otro día Liu Yuan no se levantó temprano, no hizo sus<br />
ejercicios de respiración, ni el acostumbrado de despertar<br />
el ser profundo que nos habita. Tanto me había habituado<br />
a este ejercicio que ahora que no lo practicaba me percaté<br />
de que lo hacía cada día y de inmediato recordé la primera<br />
vez en que el marino me lo contó y yo lo realicé con él:<br />
“—Imagina —dijo— que así como estás ahora, acabas<br />
despertar en la mañana. ¿Qué es lo primero que haces?<br />
Despabilarte, hombre, despabilarte. Éste es un ejercicio de<br />
voluntad. Estabas dormido y decides estar despierto. Así que<br />
¡hazlo! Siente cómo despiertas. Siente cómo la realidad se<br />
vuelve además brillante. Siente cómo tu cuerpo se despereza,<br />
cómo circula más la sangre. Respira hondo, lento, profundo.<br />
Hazlo por tres veces tres. ¡Llénate de vida!<br />
Cuánto más despierto menos apasionado estás. Las mareas<br />
de la pasión ya no te arrastran. El deseo está allí pero ahora tú<br />
lo ves. Tu mente ya no corre como un ciervo asustado. Aún<br />
piensas, pero puedes escoger lo que piensas. Ahora, desde este<br />
punto nuevo de conciencia, comenzamos otra vez. Este punto<br />
de conciencia equivale al estado de ensoñación en el amanecer<br />
de cada día. Ya no hay deseos. La pasión y el deseo han sido<br />
ahogados por la fuerza de la vida. Sólo hay el impulso de la<br />
existencia.<br />
Mira tu mente, ya no hay pensamientos, sólo percepción.<br />
Mira tu conciencia, ya no tiene límites. Ahora sumérgete en tu<br />
ambiente, el de afuera y el de adentro, y nada junto con los<br />
demás seres vivientes en el océano de la vida.”<br />
Como dije, al otro día Liu Yuan no se levantó temprano,<br />
no hizo sus ejercicios de respiración, ni el acostumbrado<br />
de despertar el ser profundo que nos habita. Ese día<br />
el capitán de ultramar durmió hasta tarde y ni siquiera<br />
se levantó para beber agua de su botella de turquesas<br />
vivas. Poco antes de que anocheciera el viejo capitán de<br />
ultramar se levantó a tomar su baño ritual. Luego contó<br />
lo que pudo ver conforme él y los otros dos supervivientes<br />
se dirigían hacia la salida de aquel paraje donde Gorgala<br />
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