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“A veces el misterio de las cosas es que las cosas no<br />
tienen misterio”, mastiqué un recuerdo.<br />
Al terminar el joven emisario —prosiguió Yuan—, Mainar-<br />
Rotarú habló:<br />
“Somos de la tribu de los hombres y mujeres pájaro<br />
quienes viajamos en paz, en compañía de nuestro amigo<br />
Liu Yuan. No venimos a atacarlos. Si ustedes lo han hecho<br />
primero, sin provocación alguna de nuestra parte, recojan a<br />
sus muertos y heridos en silencio y déjennos pasar.”<br />
Un rumor de enjambre eructaron las criaturas en tanto<br />
volvieron a ver a su líder, inclinándose hasta tocar el suelo<br />
con las rodillas izquierdas por tres ocasiones. De seguido<br />
ponían las manos derechas con la palma extendida frente a<br />
sus narices, subiéndolas hasta que el pulgar apenas superara<br />
sus frentes, también por tres veces. Luego hicieron lo mismo<br />
hacia nosotros. Nunca supe si a los hombres y mujeres<br />
pájaro les produjo lo que a mí: un asco total. El gusano rojo<br />
movió su exagerado y gelatinoso cuerpo hacia delante y<br />
comenzó a hilvanar sonidos, al principio más cerca de los<br />
chillidos que otra cosa. Después, aquellas modulaciones<br />
de texturas metálicas, se fueron haciendo cada vez más<br />
parecidas a ciertas palabras; al principio sin mucho orden ni<br />
lógica, hasta que, poco a poco, empezaron a tener sentido y<br />
comenzamos a entenderle.<br />
—IIPP —comenzó a chillar—. OOOPQQQ... ILLLLL...<br />
IIYY... YPQQQ... EEEE...DDDDJJJRRR... PPPPSSSARR —y<br />
de golpe las cosas fueron claras: “¿Y por qué dejar pasar?”<br />
“¿Y por qué nos iba a dejar pasar?”<br />
Mainar-Rotarú nos lanzó una rápida mirada antes de<br />
contestarle que lo único que queríamos era continuar<br />
nuestro viaje. El gusano rojo respondió con una risa amorfa<br />
y metálica que hizo aparecer todo seco y oscurecido, al<br />
tiempo que comenzaron a despejar nuestro camino. Mainar-<br />
Rotarú, entonces, intentó que nuestra petición tomara<br />
mayor fuerza al presentar a los demás hombres y mujeres<br />
pájaro, indicando el nombre y el clan al que pertenecían.<br />
Por mi parte, yo mismo me presenté como Liu Yuan, capitán<br />
de ultramar y humano. Luego de rumiar cada palabra el<br />
gusano rojo esbozó, con una voz algo más clara y modulada<br />
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