Untitled - Editores Alambique

objetivo fi nal: Zac-Noró, nos impulsaba con nuevos bríos.
Por otra parte, la ausencia de Dangas, Barú y Gorgala, nos
apretujaba el pecho.
¡Todo parecía tan cerca!
¡Cómo haber imaginado que lo peor aún estaba por
venir!
Al llegar a la planicie nos quedamos inmóviles. Sobre la
superfi cie congelada se veían, después de lo que aparentaban
ser nudos de relámpagos, imágenes nuestras por debajo de
cada cual como si estuviéramos en medio de un gigantesco
espejo. Las imágenes, además, se desdoblaban en
multiplicidad de formas y colores hasta inundar el lugar con
suavidad. Las alargadas y delgadas hojas en que se habían
convertido los zapatos que nos diera Lendrax se encogieron
hasta rodear cada pie, aunque con una tira a lo largo de la
suela, que nos levantaba un par de dedos sobre la superfi cie.
Un impulso hizo que comenzara a desplazarme por el piso
de hielo. Sin embargo, en ese momento Galax olfateó el
aire en todas direcciones antes de hacer la señal de alto. Su
sangre le indicaba peligro.
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