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Untitled - Editores Alambique

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—Esta es la emisaria del clan de la elección.<br />

De inmediato, la segunda que saliera a nuestro encuentro,<br />

dio unos pasos hacia delante, situándose a la izquierda de<br />

la primera. Cualquier tono imaginable de rojo le circulaba<br />

por dentro, haciendo de aquella criatura el más hermoso<br />

calidoscopio vivo jamás soñado. Primero desplegó el ala<br />

izquierda y luego la derecha. De quién sabe dónde extrajo<br />

un arco bermellón y un carcaj con fl echas de sangre, que<br />

cruzó sobre sus pechos, los cuales tintinearon al igual que<br />

su tatuaje vivo, conformado por un anillo verde, a la altura<br />

del pecho, el cual contenía la cabeza de un tigre blanco que<br />

husmeaba hacia los alrededores.<br />

—Mi nombre es Dangas, dijo, y habito en los pies. En<br />

mí vive la elección que sólo obedece a sí misma, es decir, al<br />

cambio de las cosas. Mi arco y mis fl echas jamás se rinden<br />

y nunca fallan, pues en su vuelo y extensión únicamente se<br />

buscan a sí mismas, siendo ellas su propio blanco a través de<br />

cualquier cosa que mi puntería elija. De ahora en adelante<br />

seré la huella de la huella de ustedes, hasta el fi nal.<br />

Y así, Dangas agarró todas las fl echas con la mano y las<br />

lanzó lo más lejos posible. Varias vueltas dieron hasta que<br />

se juntaron en el aire regresando a toda velocidad hacia el<br />

carcaj, el cual movía, haciendo que las saetas ejecutaran una<br />

extraña danza. Más adelante nos aclararía que sus fl echas<br />

siempre regresaban hacia el carcaj por lo que había que<br />

tenerlo listo para evitar que lo atravesaran por cualquier lado,<br />

ya que sólo al entrar por el tubo lo hacían con suavidad.<br />

El frío gruñó entre la arboleda. Una palidez quiso<br />

fundirme con la luz que la luna dejaba por todas partes,<br />

como una llovizna de delgadísimos huesos de plata.<br />

A una señal de quien los presentaba —apuntó el capitán—,<br />

otra mujer pájaro se adelantó a sus palabras:<br />

—Esta es la que rige el clan de la magia.<br />

Una criatura dorada como un parpadeo de sol descubrió,<br />

a la altura del corazón, su tatuaje vivo, resguardado por un<br />

círculo negro reluciente, el cual mostraba una incesante<br />

transformación de cuanto animal hubiera para terminar<br />

siempre, cada ciclo, en una pequeña serpiente emplumada<br />

hecha de piedra. Una risa fulgurante iluminó su cara antes<br />

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