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agarrarse en medio de aquel naufragio de tierra. Ninguna<br />
de las criaturas supo que un rayo de oro brotó del lugar<br />
donde acababan de enterrar a la mujer pájaro. Con suerte,<br />
quizás alguno atisbara cómo aquella refulgencia que los<br />
traspasaba, era la verdad de la emisaria. Instantes después,<br />
la bofetada de la nieve despertó a Gorgala en las afueras de<br />
la montaña. Al incorporarse, escupió un puñado de tierra<br />
negra, acre y seca. Un punto de oro en el fi rmamento le<br />
hizo un guiño a la mujer pájaro. Hacia allí enrumbó sus al<br />
principio vacilantes pasos diciendo:<br />
—Somos actos mágicos. Somos actos mágicos.<br />
Mainar-Rotarú<br />
Sentía que la base de la espalda se me partía en dos, y<br />
que no podía permanecer despierto ni un minuto más. Una<br />
pesadez de plomo me aplastó la garganta. Lo único que<br />
no era opresión era la respiración de Yuan, tirado sobre<br />
el piso. Sin darme cuenta terminé respirando al ritmo del<br />
capitán de ultramar, lo que poco a poco me relajó. Ausente<br />
de mí mismo, sin poder hablar siquiera, estaba entre<br />
dormido y despierto, cuando involuntariamente brinqué<br />
sobresaltado. Liu Yuan me daba vueltas, apoyado en las<br />
rodillas y palmas de las manos. Me husmeaba, aunque no<br />
decía nada: parecía un alegre cachorro.<br />
—¡Escribe! —me ordenó con sequedad—. ¡Escribe como<br />
si de ello dependiera tu vida! —Y el brillo de su mirada hizo<br />
que me abalanzara sobre la libreta.<br />
Entonces Yuan contó el enfrentamiento de Mainar-<br />
Rotarú con el espejo negro sin dejar de darme vueltas, a la<br />
manera de un desproporcionado cachorro. “Ojalá no se<br />
le ocurra orinarme el sillón”, me dije antes de que el marino<br />
comenzara:<br />
—“Caminé despacio hacia el espejo ovalado —relató<br />
Yuan como si Mainar-Rotarú contara—. Caminé como<br />
quien se sigue a sí misma y nada más puede encontrar como<br />
verdaderos los pasos que acercan al origen.<br />
“La preocupación por los otros aparecía en mi mente y<br />
corazón, ¿cuál es la diferencia?, como ráfagas. Un impulso<br />
hizo que me acercara al espejo negro pero al intentar<br />
tocarlo, un violento rayo quemado se me clavó en los ojos,<br />
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