Untitled - Editores Alambique

“¡Es increíble! Contrario a lo esperado lo vitorean. Lo
traen alzado por un oleaje de brazos. Lo dirigen hacia el
barril de hielo. Ahí lo ponen. Chillan y se tiran los cabellos.
Totus se levanta y extiende sus manos hacia delante. Los
demás callan.
“—Mi nombre es Totus Tuus —dice— y ahora soy su
rey...
“El delirio se apodera del lugar. Rugen y brincan más
que antes. Luego comienzan a gritar: Totus, Totus, Totus...
Parecen un solo ser. Se detienen y dejan de hacer ruido, se
vuelven a ver unos a otros, por último a Totus. Frotan sus
manos. Es claro que esperan sus palabras.
“—Compatriotas —les dice Totus—, como su nuevo
y único rey, una vez coronado por la voluntad de todos,
tengo el sagrado y popular honor de dar mi primer discurso
ofi cial...
“Un griterío se apodera del lugar. Varios comienzan
a frotarse las manos en tanto empiezan a acercarse a los
primeros dos o tres anillos alrededor del barril de hielo. Al
principio lo hacen como si no quisieran. Enseguida se acercan
en estampida. Cualquiera que se atraviese en sus caminos,
es golpeado, tirado, escupido, quebrado, ahorcado, o bien,
lo más corriente, atravesado con cuchillos de hielo que salen
de cualquier lado. Finalmente, en los primeros dos o tres
anillos quedan aquellos que sobrevivieron y que desean
llamar la atención de Totus Tuus, el Rey.
“Uno logra subirse sobre varios cadáveres y, mientras se
limpia la sangre de hielo de las manos, dice con todo lo que
le da el pulmón: ¡Hip, hip, hurra! ¡Que viva Totus Tuus, el
mejor Rey que nunca hemos tenido ni tendremos! Bueno,
yo no opino, solo informo.
“Todos, menos quienes están alrededor del barril, sueltan
un alarido de admiración y, al batir de las manos de quien
dijera aquello, cantan: Totus, Totus, el mejor. Con Totus
Tuus somos más fuerzudus.
“El hombre de hielo del discurso logra, mediante sutiles
movimientos de sus manos, modular lo que la multitud
canta, hasta dominarla totalmente a su gusto. Totus vuelve
a ver a quien inició aquello y, con un simple gesto de su
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