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Los problemas de la democracia deliberativa: una réplicaaquellos rasgos o patologías del sistema democrático que limiten odificulten esa gran deliberación colectiva han de ser corregidos y eliminados.Y todos los potenciales participantes deben ser incluidos enella. Es necesario que la vida del habitante del sistema democráticosea una inmersión en un proceso educativo que lo vaya constituyendoy mejorando como ciudadano. Creo poder explicar todas las propuestasinstitucionales de esta familia de teorías desde esta perspectiva.Y ésta es también la razón por la que critican la construcción de losteóricos de la democracia competitiva. A veces incluso con patenteinjusticia, como cuando se habla de una “nefasta herenciaschumpeteriana” con “tufillo maquiavélico” y que “ha pesado decisivamenteen la legitimación de modos y comportamientos repelentes...”(Rubio). La verdad es más bien (y se ha recordado por activa y porpasiva) que, desde Hobbes hasta la Public Choice, pasando porSchumpeter y Downs, la idea del actor político como maximizador racionalde preferencias no es ningún proyecto ideal de ser humano,sino una herramienta heurística para describir y explicar la génesis y elfuncionamiento de algunas instituciones políticas. Si las cosas no sonasí, entonces tal descripción y explicación serán defectuosas. Y nadamás. No hay por qué oponer a ese diseño epistemológico de actorpolítico ningún proyecto moral de ser humano superior porque no setrata de esto. Ni, por supuesto, puede condenarse a una teoría de lademocracia como esa porque haya fomentado el egoísmo o elabstencionismo electoral. Los seres humanos no se comportan asíporque lo diga la teoría competitiva de la democracia; es más bien alrevés, la teoría lo que hace es afirmar que la democracia se explicamejor si se opera con la hipótesis de que se comportan así. Nadie harecomendado al homo economicus como ideal de ser humano.Por tanto, nadie está autorizado a pensar que el funcionamientoinstitucional de la democracia representativa produce como consecuenciaese modelo de ser humano. Esto es simplemente un disparate. Conalguna frecuencia veo en los argumentos de los participacionistas unaespecie de reproche tácito a algunos mecanismos de la democraciarepresentativa, como el sistema de partidos, los medios de comunicación,los debates parlamentarios o el sistema electoral por imposibili-113

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