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Democracia representativa y virtud cívicademocracia “representativa” y en la segunda de sus críticas a las “otras”democracias, a las democracias que con algunas violencias, léxicas yconceptuales, se podrían llamar “participacionistas/deliberativistas”.Hay otra coincidencia en los dos textos que también conviene resaltar:el maltrato intelectual al que se ven sometidos los defensores de laspropuestas “alternativas”. Conviene resaltarlo porque nos pone sobre lapista de algunas carencias de sus argumentaciones. Pero, eso se verámás abajo, cuando se aborden sus críticas a las “otras democracias”.I. LA SENSATEZ REPRESENTATIVAA tenor de sus referencias y tono, el lector de Sartori se puede quedarcon la impresión de que la crítica a la democracia representativa es cosade la “literatura de aeropuerto” o de asamblearios gritones, que no hayinvestigación teórica, empírica o normativa que dude de la democraciarepresentativa. 3 Su defensa adopta dos estrategias: Por una parte, trata3 La lectura de los textos de Laporta y Sartori podría sugerir la impresión de que lascríticas a la democracia representativa sólo proceden de la filosofía política y que lasdefensa de las “otras” democracias no pasan de la especulación. No es así. En lo que atañea lo primero, tanto la teoría de la elección colectiva como la teoría económica de la informaciónhan proporcionado resultados que complican bastante la defensa de la democraciarepresentativa. De lo primero, el clásico es RICKER, W., Liberalism against Populism, Freeman,S. Francisco, 1982 y desde entonces legión. Un panorama de lo segundo en: FEREJHON,J., y KULINSKI J., (eds), Information and Democratic Processes, University of Illinois Press,Urban, 1990; CALVERTT, R., Models of Imperfect Information in Politics, Harwood AcademicPublishers, Nueva York, 1986. En lo que respecta a las “otras democracias”, es verdad quepredomina la literatura normativa o analítica. Por cierto de excelente calidad y con notableconciencia autocrítica. Tres ejemplos recientes: BHOMAN, J., y Rehg W., (eds.) DeliberativeDemocracy, The MIT Press, Cambridge, 1997; ELSTER, J., (ed.), Deliberative Democracy ,Cambridge U.P., Cambridge, 1998; MACEDO, S., (ed.), Deliberative Politics, Oxford UP,Oxford, 1999. Para un panorama de los problemas: BOHMAN, J., “The Survey Article: TheComing Age of Deliberative Democracy”, The Journal of Political Philosophy , 4, 1998. Perotambién hay investigación empírica. En el ámbito de la democracia deliberativa: FUNG, A.,y WRIGHT, E., “Experiments in Deliberative Democracy” (manuscrito) y los trabajospresentados en enero de 2000 en la conferencia del mismo título en Madison, Universidadde Wisconsin (por aparecer en Politics and Society, se pueden ver en: http://www.ssc.wisc.edu/~wright/RealUtopias.htm). En el ámbito de la democracia directa:BOWLER, S., DONOVAN, T., y TOLBERT, C., (eds.), Citizens as Legislators. Direct Democracyin the United States, State U.P., Columbus: Ohio, 1998.55

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