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Miguel Carbonellno se encuentran planteamientos concretos de regeneracióninstitucional para avanzar hacia esa forma de democracia, sino que seaspira en ellas más bien al mejoramiento del “sujeto democrático”,a través del establecimiento de un ideal normativo de ciudadano.El libro se cierra con un par de ensayos que, sin formar parte ensentido estricto del debate iniciado por Sartori, contribuyen de formadecidida al núcleo del mismo: el funcionamiento de nuestras democraciasy las vías para mejorarlo. Se trata de dos trabajos escritos porFélix Ovejero y por Ernesto Garzón Valdés, respectivamente. Ambosaparecieron también en Claves de Razón Práctica.Ovejero intenta ofrecer una descomposición analítica de diferentestipos de democracia; en ellos juega un papel fundamental la divisiónentre formas representativas y formas participativas. Garzón Valdésse anima a formular algunas hipótesis sobre el futuro de la democracia;su análisis parte de premisas más amplias que las de la representacióndemocrática y se ubica en un escenario internacional complejoy delicado, como lo es el que tenemos luego de los atentados del 11 deseptiembre. Fiel a su estilo pedagógico, Garzón termina formulando undecálogo, que viene a representar una suerte de código de conductapara “optimistas moderados”.Las perspectivas más generales de Ovejero y Garzón constituyenun buen mirador desde el cual regresar a las reflexiones de los ensayosprecedentes, pero suministran también un cúmulo de ideas suficientepara que el lector pueda entender el contexto en el que segenera la discusión sobre la representación política.Lo que queda claro al terminar de leer las intervenciones a travésde las que se desarrolla el debate y las dos que lo complementan aúnsin participar directamente en el mismo, es que se trata de un conjuntode reflexiones hechas por auténticos demócratas. No habría razónalguna para mencionarlo, si no fuera por la abundancia de “especialistas”que, aprovechando debates como el que se presenta en las páginassiguientes, lo que intentan ofrecer es una batería de argumentosno contra ésta o aquélla forma de democracia, no contra éstos o aquéllospartidos, sino contra toda forma de democracia y contra cualquiertipo de partido político. No es eso, desde luego, lo que discuten nues-18

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