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Roberto Gargarella, Félix Ovejerobuscar la compañía del Platón popperiano para enfilar juntos la veredade la tecnocracia. 6 El tercer criterio, la posibilidad de destitución, sencillamenteno se corresponde con cómo son las cosas. Destituir es algobien distinto de “no elegir”: nadie diría que todos los candidatos a untrabajo que no han sido elegidos han sido destituidos. Por lo demás,los pocos mecanismos —listas abiertas— que la democracia podríaofrecer para mejorar la aplicación de este criterio no parecen muy delgusto de Sartori.La otra tarea consiste en mostrar que los fallos de “representación”de la democracia representativa no son insuperables, que tienen remedio.La tarea resulta obligada. De otro modo, si los “fallos” no soncircunstanciales, si la democracia tiene problemas esenciales a la horade asegurar la representación, estaría condenada como democraciarepresentativa. Sartori se concentra en dos problemas.El primero, el problema de la distancia “entre representado y representante”;cuando lo mira de cerca le parece un pseudoproblema,“un sentimiento subjetivo suscitado por el bombardeo de opinión realizadoen los últimos 30 años por los enemigos de la democracia representativa”(p. 5). Aun si se acepta esta ejemplar muestra deexplicación conspirativa, queda la duda de si en el asunto que nosocupa, a saber, la calidad de la representación, el que uno no se sientarepresentado es razón suficiente para que pensemos que no está representado.Cualquier otra posibilidad reclama un criterio externo alpropio individuo que nos permita determinar cuáles son sus genuinosintereses y convicciones. Sobre todo si no se le concede al ciudadanola posibilidad de (o las luces para) sopesar sus opiniones, de corregirsus puntos de vista, a través de la deliberación.El segundo problema de la democracia representativa es el de “lacalidad de las personas dedicadas a la política” (Sartori, p. 5). Éstees el verdadero centro gravitacional de la argumentación de Sartori.Sólo si los políticos son gente “especial”, si en algún sentido, son “losmejores”, se entiende que su opinión pese más que la de quienes loseligen o que no puedan ser controlados por sus electores de un modo6 Cfr. Nota siguiente.58

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