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Ball, Phillip. Masa critica. Cambio, caos y complejidad

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M ASA C R ÍT IC A<br />

lineal y a fomentar una mayor sofisticación en su percepción de las causas<br />

y los efectos.<br />

¿ES BUENO QUE CONTEMOS<br />

CON UNA SOCIOLOGÍA CIENTÍFICA?<br />

Cuando William Petty aplicó razonamientos estrictamente matemáticos<br />

a los fenómenos sociales, particularmente a la hora de hacer recomendaciones<br />

sobre impuestos y el gobierno de Irlanda, a algunos de<br />

sus coetáneos su enfoque les pareció ridiculamente ingenuo. Y en realidad<br />

lo era. La insistencia de Petty en desarrollar una política basada en<br />

la racionalidad y en los datos cuantitativos más que en las intuiciones y<br />

los prejuicios fue pionera; cuando las cosas no se hacen así, con frecuencia,<br />

hemos de temer lo peor. Pero Petty tendía a rechazar cualquier consideración<br />

de lo que la gente podía o debía tolerar, o la necesidad de adoptar<br />

la política y la legislación a la situación y costumbres existentes.<br />

Su afirmación de que las personas que trabajaban podrían pagar más<br />

impuestos si dejaban de cenar los viernes (ahorrándose el precio de esa<br />

cena) era, por supuesto, perfectamente cierta. Pero sólo alguien totalmente<br />

ajeno a las circunstancias y psicología de sus compañeros podría<br />

aventurarse a hacer en serio una propuesta como ésa. En 1729, Jonathan<br />

Swift satirizó este seco y desapegado estilo de filosofía científica proponiendo<br />

que los pobres de Irlanda podrían llegar a fin de mes y al mismo<br />

tiempo contribuir al bien público vendiendo a algunos de sus hijos como<br />

alimento, porque “un niño pequeño sano y bien criado es, con un año<br />

de edad, un alimento delicioso, nutritivo y saludable tanto en estofado, a<br />

la brasa, al horno o a la cazuela; y, de ello no tengo la menor duda, también<br />

serviría para un fricaissée o un ragoüt”.12<br />

Introduciendo la física mecánica en la ciencia social, ¿nos arriesgamos<br />

a convertirnos en personas como Petty? Si las personas son reducidas<br />

a bolas de billar que interactúan por medio de fuerzas matemáticas<br />

definidas, ¿dónde queda espacio para la compasión, la caridad, para los<br />

mil y un detalles de nuestra vida cotidiana que no pueden reducirse a<br />

cifras y que hacen que vivir valga la pena? Esta fría idealización, epítome<br />

del hombre hobbesiano, era, en opinión de Lewis Mumford, una consecuencia<br />

desastrosa de la visión de la sociedad propia de la Ilustración:<br />

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