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comercial de enlace entre Oriente y Occidente y una de las tres ciudades santas del mundo<br />
entonces conocido, con su famoso templo de Artemisa, fue una de las comunidades a las que<br />
Pablo dedicó más tiempo, dos años largos, con ocasión del tercer viaje; por eso extrañan también<br />
frases como ésta: "Por eso también yo, al tener noticia de vuestra fe" (1, 15).<br />
Si se duda de la autenticidad de la carta a los Colosenses, de ésta se duda todavía más:<br />
diferencias de estilo y de lenguaje, con un número mayor de palabras nuevas... Lo mismo se ha<br />
de decir de Efesios, aun cuando ésta sigue siendo el blanco de una sospecha más tenaz. La<br />
genial sublimidad de esta epístola aconseja considerarla algo más que mera obra de un discípulo.<br />
El estilo ampuloso... es ciertamente diferente de la rápida y nerviosa argumentación de las<br />
epístolas anteriores; pero la amplitud de los nuevos horizontes que Pablo contempla explica<br />
suficientemente esta diferencia... La única dificultad verdadera viene de los numerosos pasajes en<br />
que Efesios parece repetirlas expresiones de Colosenses en forma bastante servil y desmañada;<br />
pero Pablo no escribía por sí mismo y en su totalidad las cartas....<br />
b. Motivación y contenido<br />
Esta carta, al igual que la carta a los Romanos respecto de la carta a los Gálatas, es una<br />
carta en la que remansa y amplifica lo escrito en la carta a los Colosenses. No existe, pues, una<br />
motivación concreta para escribir a los de Efeso. Si la consideramos como una carta circular, su<br />
finalidad sería salir al paso de unas ideas que podrían sembrar confusión en aquella zona del Asia<br />
Menor.<br />
Consta la carta de las dos partes correspondientes: doctrinal y parenética.<br />
La primera (1-3) se inicia, al igual que la carta a los Colosenses, con un himno de alabanza<br />
y de agradecimiento por el plan divino de salvación realizado en Cristo (c. 1). En el c. 2 saca las<br />
conclusiones: gracias a Cristo hemos sido trasladados de la muerte a la vida (2, 1-10) y se ha<br />
demolido el muro de separación entre judíos y gentiles para formar un solo cuerpo (2, 1122). En el<br />
c. 3 patentiza su vocación para anunciar este misterio de Cristo.<br />
En la parte parenética encontramos: un llamamiento a la unidad dentro de la variedad de<br />
dones (4, 1-16), a la vida nueva en Cristo (4, 17-5, 20), consejos familiares (5, 21-6, 9) y una<br />
exhortación al combate espiritual (6, 10-20).<br />
Carta a Filemón<br />
a. Autor, destinatario, lugar, fecha<br />
Carta escrita por Pablo en cautividad: "Pablo, preso de Cristo Jesús" (1); pero, ¿en qué<br />
cautividad? Hasta hace poco se suponía que en la cautividad romana (a. 61-62); hoy día se<br />
piensa más bien en la de Efeso (a. 55-56): No es probable que el esclavo Onésimo huyera desde<br />
Colosas hasta Roma; Efeso está más a mano. Se supone que Filemón está en Colosas (Col 4, 9),<br />
en cuya casa se reúne la comunidad cristiana (2). Con anterioridad había sido convertido por<br />
Pablo (19).<br />
b. Motivación y contenido<br />
El motivo de esta breve carta es muy concreto: Onésimo, esclavo de Filemón, en Colosas,<br />
se ha escapado de casa de su amo, acaso después de robarle (18), y ha ido a tropezar con Pablo,<br />
quien le convierte y le devuelve a su amo, recomendándole a éste que lo reciba con caridad.<br />
Acaso muchos hoy día se dirán que lo que tenía que haber hecho Pablo era no devolver el<br />
esclavo y escribirle a Filemón diciéndole que se dejara de esclavos. No es esto lo que hace Pablo,<br />
pero sí recordarle algo más importante: que él, el amo, y su esclavo son hermanos (16).<br />
Cartas Pastorales<br />
Estas cartas, llamadas pastorales por estar dirigidas a pastores de comunidades, forman un<br />
grupo muy homogéneo, tanto por razón del estilo y lenguaje como por la mentalidad que<br />
manifiestan y las circunstancias que las motivan.<br />
Hoy día son muchos los que suponen que estas cartas no fueron escritas por Pablo; para<br />
ello se apoyan: en la no coincidencia de datos históricos, en las diferencias de estilo y mentalidad,<br />
así como por abordar situaciones que corresponderían a tiempos posteriores a Pablo. Muchas de<br />
estas razones se desvanecen si suponemos, como hay que suponer, que Pablo quedó libre<br />
durante varios años después de su primer cautiverio romano, y si suponemos, por tanto, que estas<br />
cartas están escritas años más tarde. Las circunstancias han cambiado, y Pablo también ha<br />
cambiado: como todo líder, antes de morir, quiere asegurar la continuidad de su obra.<br />
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