You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Hoy día se leen frases como ésta: "La muerte de Jesús en la cruz no fue el resultado de una<br />
decisión del Padre sino la consecuencia de su pretensión y de una forma de vida, el resultado final<br />
de una vida entregada por la causa del Reino de Dios”. De acuerdo con esta opinión tendríamos<br />
que concluir que la muerte de Jesús fue un mero accidente; murió porque tuvo la mala suerte de<br />
que le mataran. Según eso, la muerte de Jesús, en el plan salvífico, no sería necesaria para<br />
implantar el Reino de Dios.<br />
Los que así piensan dirán también que los evangelios tan sólo notifican el hecho de la<br />
muerte de Jesús, pero no nos dan su interpretación. El hecho de que la interpretación de la<br />
muerte de Jesús se encuentre ampliamente desarrollada en San Pablo no quiere decir, sin<br />
embargo, que los evangelios no ofrezcan también datos suficientes de interpretación:<br />
• Jesús anuncia por tres veces su muerte y resurrección (Mc 8, 3133; 9, 30-32; 10, 32-34;<br />
etc.). Jesús sabía lo que le iba a suceder, pero no simplemente como un suceso previsible, a<br />
causa del género de vida que llevaba de enfrentamiento con los dirigentes. Lo sabía porque había<br />
venido para eso (Jn 12, 27).<br />
• Con ocasión de las pretensiones de los hermanos Santiago y Juan, Jesús afirma: "que<br />
tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate por<br />
muchos" (Mc 10. 45).<br />
• En la última cena dice: "Esta es mi Sangre de la Alianza que es derramada por muchos<br />
para perdón de los pecados" (Mt 26, 28; Mc 14, 24; Lc 22, 19.20).<br />
• El relato de la agonía, tanto de Juan (12, 23-32) como de los sinópticos (Mt 26, 39-45; Mc<br />
14, 35-41; Lc 22, 41-44) presenta su muerte como dato de una planificación hecha de antemano.<br />
• Por lo demás ésta era una idea presente ya en el AT; ver los cantos del Siervo de Yahvé<br />
(ls 53).<br />
Podríamos seguir preguntando: esa Muerte de Jesús ¿cómo nos salva? ¿Cómo nos redime?<br />
Hoy día existe un rechazo bastante común de la interpretación, anteriormente generalizada, de la<br />
`satisfacción vicaria' a la justicia de Dios. Según ella, Jesús, como hombre-Dios, estaría dando al<br />
Padre con su muerte la justa satisfacción a la dignidad de Dios ofendido. Esta interpretación<br />
supondría subordinar el amor a la justicia; como si el amor de Dios no estuviera capacitado para<br />
perdonar sin necesidad de satisfacción. De haber sido así, Jesús no nos habría podido contar la<br />
parábola del hijo pródigo. La muerte de Jesús estaba en los planes de Dios, pero como<br />
manifestación máxima de su amor: "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus<br />
amigos" (Jn 15, 13). Jesús dijo también: "Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él<br />
sólo; pero si muere, da mucho fruto" (Jn 12, 24). "La muerte de Cristo es, en realidad, muerte a la<br />
muerte y, por tanto, apertura definitiva al triunfo de la vida”.<br />
b. La Resurrección de Jesús, cumbre de su acción salvadora<br />
Hemos dicho que Jesús implanta el Reino de Dios con los hechos de su vida y<br />
particularmente con su Muerte y Resurrección. Acabamos de hablar de su Muerte y ahora lo<br />
vamos a hacer sobre su Resurrección. Esto puede inducir a error, como si se tratara de dos<br />
acciones independientes. Se trata de una única y misma acción: sin Muerte no habría habido<br />
Resurrección; pero sin Resurrección la Muerte tampoco nos habría servido para nada: "Si no<br />
resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía también vuestra fe" (1 Co 15, 14).<br />
La expresión de San Pablo: "Cristo fue entregado a la muerte por nuestros pecados y fue<br />
resucitado para nuestra justificación" (Rm 4, 25) no hay que entenderla como si se tratara de dos<br />
acciones distintas: por la muerte de Jesús se nos perdonan los pecados y por su resurrección<br />
somos justificados. No, perdón y justificación son simplemente las dos vertientes, negativa y<br />
positiva, de una misma realidad; se producen simultáneamente, y ello gracias al Cristo muerto y<br />
resucitado.<br />
c.- ¿En qué consistió la Resurrección?<br />
Resucitar no es revivir, no es una simple reanimación corporal. Lázaro revivió, volvió a la<br />
vida que tenía antes, y por eso tuvo que someterse de nuevo a la muerte. Resucitar es vencer<br />
definitivamente a la muerte, es alcanzar la vida en plenitud.<br />
Los evangelios nos hablan de la Resurrección con una doble serie de textos: los relativos al<br />
sepulcro vacío y los relativos a las apariciones. En realidad no hay ningún pasaje evangélico que<br />
nos describa el hecho mismo de la Resurrección. Hubo un evangelio apócrifo, el de Pedro (hacia<br />
el a. 150), en el que con mucha fantasía se describe cómo resucitó Jesús, y justamente no fue<br />
admitido en el canon. "De hecho, aunque -en pura hipótesis- un fotógrafo hubiese estado junto al<br />
96