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1) Parábolas de la buena nueva del Reino de Dios.<br />
- El Reino de Dios que Jesús anuncia es, ante todo, una buena noticia: - La buena noticia de<br />
la actualidad de la salvación: la salvación está ya presente, lo que es motivo de alegría: la<br />
presencia del novio (Mc 2, 19), el paño nuevo y el vino nuevo (Lc 5, 36s), la llegada del médico<br />
(Mc 2, 17).<br />
- Esta buena noticia es, sobre todo, la buena nueva de la misericordia, de la paternidad de<br />
Dios: parábolas de la oveja perdida, de la dracma perdida, del hijo pródigo (Lc 15), de los dos<br />
deudores insolventes (Lc 7, 41s). Algunas de estas parábolas tienen carácter ambivalente:<br />
misericordia y repulsa: fariseo y publicano (Lc 18, 9s), los dos hijos (Mi 21, 28s) la gran cena (Mt<br />
22, ls). Jesús tiene que justificar su actitud: parábola del patrono generoso (Mi 20, 1 s).<br />
- Lo que provoca una actitud de confianza: el Reino de Dios fructifica cuando es bien<br />
acogido: el sembrador (Mi 13, 4s), a pesar de sus comienzos humildes: grano de mostaza (Mi 13,<br />
31s) y levadura (Mi 13, 33), la semilla que crece por sí sola (Mc 4, 26s), como los pájaros y los<br />
lirios (Mi 6, 26s), el amigo que pide de noche (Lc 11, 5s).<br />
- El valor maravilloso del Reino de Dios: parábolas del tesoro y de la perla (Mi 13, 44s).<br />
2) Parábolas de las exigencias del Reino de Dios<br />
- Una llamada a la penitencia: los niños de la plaza (Mt 11, 16s), los signos de los tiempos<br />
(Lc 12, 54s), la higuera estéril (Lc 13, 6s), Sodoma y Gomorra (Lc 17, 28s), la gallina y los<br />
polluelos (Mi 23, 37s).<br />
- Vigilancia, no dejarlo para cuando sea demasiado tarde: el dueño y el ladrón (Mi 24, 43s),<br />
las diez vírgenes (Mi 25, ls), la gran cena (Mi 22, ]s), el rico y el pobre Lázaro (Lc 16, 19s).<br />
- Una llamada a vivir con responsabilidad: parábolas de los talentos (Mi 25, 14s) y de las<br />
minas (Lc 19, 11 s), del mayordomo (Mi 24, 45s), de la torre a medio construir (Lc 14, 28s), el<br />
mayordomo sagaz (Lc 16, ls), la puerta estrecha (Lc 13, 23s), el rico insensato (Lc 12, 16s).<br />
3. Parábolas de la consumación del Reino de Dios<br />
- Hay que esperar al final; entonces será el juicio: parábolas de la cizaña (Mt 13, 24s), de la<br />
red (Mt 13, 47s).<br />
No hemos agotado todas las parábolas de Jesús; en los evangelios se encuentran otras<br />
muchas; las relativas, por ejemplo, al comportamiento de los seguidores de Jesús: el perdón (Mi<br />
18, 23s), el amor al prójimo (Lc 10, 30s), etc.<br />
3. LOS MILAGROS, SIGNOS <strong>DE</strong> LA LLEGADA <strong>DE</strong>L REINO<br />
Jesús habla: evangeliza, y actúa: hace milagros. Debemos superar el riesgo de considerar<br />
los milagros de Jesús únicamente como un simple apoyo para sus palabras. Los milagros de<br />
Jesús no son simple apoyo, refrendo del evangelio de Jesús, sino que ellos son también evangelio;<br />
también ellos nos transmiten el mensaje salvador de Jesús.<br />
No son, pues, como algunos podrían pensar, una añadidura posterior a los relatos de la<br />
predicación de Jesús, sino que están formando una inseparable unidad con ellos.<br />
a. Historicidad de los milagros de Jesús<br />
A finales del s. XVIII se inició el ataque contra la historicidad de los milagros. Sin embargo,<br />
los católicos y muchos protestantes siguen admitiendo su historicidad básica, apoyándose:<br />
• En el examen interno de los evangelios: La acusación de magia diabólica lanzada contra<br />
Jesús, atestiguada por los evangelistas, y ciertamente no inventada por sus discípulos, resulta<br />
inexplicable si no es en base a unos acontecimientos auténticos que la motivasen. Los<br />
acusadores judíos no discuten el hecho de los milagros sino el de su procedencia: Dios o Satanás.<br />
• En datos extrabíblicos: Josefo ("realizaba obras prodigiosas"); Talmud ("ha practicado la<br />
hechicería").<br />
Esto no quiere decir que tengamos que creer que los sucesos ocurrieron exactamente tal<br />
como se narran; hay que contar con el proceso de elaboración por parte de la tradición, bajo la luz<br />
pascual, que admitimos para todo el contenido de los evangelios.<br />
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