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GENERALIDA<strong>DE</strong>S SOBRE EL NUEVO TESTAMENTO<br />
1. UNION ENTRE LOS DOS TESTAMENTOS<br />
Iniciamos esta introducción sobre el Nuevo Testamento repitiendo lo mismo que se dijo al<br />
comienzo del Antiguo Testamento: el carácter unitario de ambos Testamentos. El AT sin el NT<br />
habría sido una frustración. Todo el AT, sobre todo a partir de los Profetas, es una mirada hacia<br />
adelante, en la espera de un Mesías, de una liberación, de una nueva Jerusalén. De no haber<br />
surgido un Mesías, una nueva alianza, todas aquellas promesas se habrían desvanecido. Es cierto<br />
que los judíos que no han admitido a Jesús siguen esperando, pero ¿es razonable esa espera?<br />
Y el NT sin el AT tampoco sería suficientemente comprendido. Es cierto que lo definitivo es<br />
Jesús. En rigor, su presencia en medio de la humanidad habría podido producirse sin necesidad<br />
de una preparación, como un meteorito que impensadamente cayera sobre la tierra; pero de<br />
hecho no ha sucedido así. Jesús quiso ser esperado, deseado; la forma más adecuada de<br />
reconocerle es comparar lo que él fue con lo que, con anterioridad, se había dicho de él. Y esto es<br />
lo que precisamente vemos a lo largo del NT: la Biblia que cita Jesús, la que citan los hagiógrafos<br />
cristianos es el AT: Pedro, Pablo se apoyarán en el AT para afirmar que Jesús es el Mesías.<br />
Al adentrarnos, pues, en el NT no digamos un adiós definitivo al AT. Es cierto que la<br />
salvación está en el NT, pero lo mismo que toda historia tiene su prehistoria, y lo mismo que el<br />
hombre maduro presupone al niño y al adolescente, también la historia de salvación, definitiva en<br />
Jesús, se inicia ya con el comienzo del AT.<br />
2. DOBLE REALIDAD<br />
Lo mismo que la expresión AT, también NT sugiere una doble realidad. El AT y el NT<br />
consisten en los libros que, en nuestras biblias, se encuentran catalogados bajo esos epígrafes;<br />
pero AT y NT significan también la vida, la historia a la que están refiriéndose esos libros. Así el<br />
AT abarca toda la historia, con sus vicisitudes, del pueblo de Israel, con su alianza y sus<br />
rebeldías, con sus fracasos y esperanzas. Igualmente, por NT, además del conjunto de libros que<br />
lleva ese nombre, hemos de entender toda la nueva alianza inaugurada por Jesús, su vida y<br />
enseñanzas y la vida de la Iglesia fundada por él. En este sentido, el NT sigue siendo realidad,<br />
estamos viviendo el NT, aunque los libros del NT quedaron concluidos en el siglo 1.<br />
Si bien es cierto que lo que da pie a nuestro estudio, es el NT en cuanto escritos, sin<br />
embargo, lo importante no son los libros sino la realidad de la que hablan. Lo importante es Jesús<br />
y la salvación por él traída, independientemente de que ello hubiera quedado o no consignado en<br />
unos libros. Pero agradecemos el que existan esos libros, ya que, a través de ellos, nos resulta<br />
más fácil conocer a Jesús y su evangelio.<br />
Al igual que en el AT, para recorrer los diversos libros, nos atenemos al orden en que están<br />
consignados en la Biblia, no al orden cronológico de su composición.<br />
3. LOS LIBROS <strong>DE</strong>L NT<br />
Si echamos un vistazo al índice de nuestras biblias, observamos que los 27 libros del NT se<br />
encuentran distribuidos en 4 bloques, fundamentalmente diferenciados por razón del género<br />
literario empleado: Evangelios (4 libros), Hechos de los Apóstoles (1 libro), Cartas (21 libros) y<br />
Apocalipsis (1 libro).<br />
¿Cuál es el género literario empleado en cada bloque?<br />
Se ha pretendido catalogar a nuestros Evangelios en alguno de los géneros literarios<br />
preexistentes, pero desafortunadamente. Los Evangelios constituyen en realidad un género<br />
literario propio y exclusivo. Su contenido son los hechos y dichos de Jesús, pero no ordenados<br />
como en una biografía, sino organizados más bien con fines catequéticos y litúrgicos. La intención<br />
no es informar, relatar acontecimientos, sino suscitar la fe en Jesús, según se afirma en el final<br />
del evangelio de San Juan: "Estas (señales) han sido escritas para que creáis que Jesús es el<br />
Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre" (Jn 20, 31).<br />
Los Hechos son una monografía histórica, parecida a otros libros similares llamados<br />
`praxeis' = hechos, que recogían hechos de hombres célebres. No se trata de una historia de los<br />
apóstoles, sino de una selección de cuadros o relatos representativos, con una intención<br />
apologética, misional, propagandística y edificante.<br />
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